Mientras las principales fuerzas opositoras se movilizaron ayer en más de 60 ciudades del país para reclamar más ayuda por la crisis del coronavirus, Italia volverá a permitir desde hoy los viajes dentro del país y la llegada de turistas de la Unión Europea sin necesidad de cuarentena previa.
El gobierno de Giuseppe Conte dará hoy uno de los últimos pasos hacia la normalización total de actividades con la habilitación de los desplazamientos entre las distintas regiones del país, así como la luz verde a la llegada de visitantes desde los países miembros del espacio Schengen de libre circulación continental, sin que tengan que hacer la cuarentena de 14 días obligatoria.
La liberación de los desplazamientos es vista como un fuerte guiño a la industria del turismo, un sector que aporta el 13 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), y que espera reactivar la actividad de cara a la temporada veraniega, luego de casi tres meses sin la llegada de visitantes extranjeros por las medidas de restricción vigentes desde el 10 de marzo.
"Ahora es el momento de proteger la economía y el empleo, sabiendo que la salud y la vida siempre son lo primero", afirmó ayer el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia.
Los desplazamientos internos, de todos modos, se dan mientras tres regiones del norte del país, Lombardía, Emilia-Romaña y Piamonte, concentran el 70 por ciento de los 39.893 casos actuales de coronavirus, por lo que algunas gobernadores de las zonas turísticas del sur habían pedido restricciones para los turistas de esa zona del país.
El gobierno de Conte, tras considerar "inconstitucional" la posibilidad de establecer el pasaporte sanitario que reclamaban los gobernadores de las islas de Cerdeña y Sicilia, sí accedió a que las regiones puedan guardar por 14 días los datos de los turistas para poder hacer un monitoreo de los contactos en caso de contagios.
Además, la Protección Civil informó que 55 personas murieron por la enfermedad en las últimas 24 horas, un nuevo descenso frente a los 60 fallecimientos comunicados el lunes, que eleva el total desde el inicio de la pandemia a 33.530.
Según el organismo, hubo también 318 nuevos positivos de coronavirus, aunque 17 de las 21 regiones y provincias autónomas registraron 10 o menos casos, incluidas siete en las que no hubo contagios.
A horas de la reapertura de fronteras, las principales fuerzas de oposición de derecha y centroderecha italiana marcharon ayer en Roma y más de 60 ciudades de todo el país para exigirle al gobierno que otorgue "más liquidez" a trabajadores y empresas golpeadas por la pandemia.
"Estamos en las calles para darle palabra a los que han sido abandonados por el gobierno", planteó el líder de la derechista Liga, Matteo Salvini, a la cabeza de una bandera italiana de 500 metros de largo con la que las fuerzas opositoras marcharon en la capital, desde la Plaza del Popolo por la céntrica Via del Corso, sin respetar las medidas de distanciamiento social.
Junto a Salvini estuvieron la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, y el referente de Fuerza Italia y ex presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, en el día en que se conmemoran 74 años del nacimiento de la República Italiana.
"El presidente Mattarella pidió unidad y colaboración, nosotros desde estas calles llevamos propuestas, como que se eliminen las trabas y dificultades para acceder a los seguros de desempleo", afirmó Salvini, en referencia al pedido del mandatario italiano para que haya "cohesión" entre las fuerzas políticas.
Decretos
Las críticas de las fuerzas opositoras se centraron en los dos decretos emitidos por Conte desde iniciada la crisis del coronavirus, con los que anunció medidas por 55.000 millones de euros con acciones para empleados, desempleados y estímulos fiscales.
Tras la movilización de la centroderecha, el grupo anticuarentena de los llamados chalecos naranjas, conducido por el ex general Antonio Pappalardo, marchó al centro de Roma y renovó sus críticas a la gestión del aislamiento social.