Este cementerio sirve a la vez de museo improvisado del pasado bélico de EE.UU. Un pasado que ayuda a entender también el presente. En el 309th Aerospace Maintenance and Regeneration Group (AMARG), el nombre oficial del lugar, hay de todo: aviones que transportaron a presidentes, cazas abatidos por el enemigo durante guerras en medio mundo y hasta un avión comercial de la antigua Trans World Airlines (TWA) secuestrado en 1969.
Este enorme complejo se creó en 1946 para albergar aviones tras la Segunda Guerra Mundial. En los siguientes años se fue poco a poco ampliando como un gigantesco almacén y cementerio donde van a parar todo tipo de aparatos fuera de servicio. Un extraño recordatorio físico de las guerras del pasado. Y de las que, desgraciadamente, aún están por llegar.
El fotógrafo de la agencia Associated Press Matt York visitó recientemente el Boneyard, y este es su impresionantes trabajo:






























