“Los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando”, dijo alguna vez el pedagogo italiano Francesco Tonucci. Una frase que parece caberle justo a los creadores de “Expedición Humedales”, un juego de cartas creado por un grupo de docentes que se proponen concientizar sobre la riqueza natural del Paraná y sus islas. “Conociendo nuestra naturaleza —afirman— podremos cuidarla mejor”.
Un mazo de cartas y cuatro juegos en uno para aprender sobre la flora y la fauna de los humedales del litoral argentino. Así se presenta la caja que contiene esta propuesta lúdica. “Todos los juegos son educativos. Cuando jugamos, siempre aprendemos algo: desde habilidades sociales hasta las relacionadas con la memoria o la capacidad de manejar la frustración”, explican los responsables del proyecto, diseñado por los docentes Franco Toffoli, Germán Cuesta y Nicolás Passarino, además del ingeniero mecánico Federico Acien.
La idea germinó en el humedal. Verano de 2018. Estaban tomando mates y charlando en una isla del Paraná Viejo, cuando se les vino la idea de armar un juego de naipes sobre las especies del lugar. Las del aire, las de río y las del suelo. Aves, peces y animales terrestres. Pero también los árboles y plantas. Ahí comenzaron a cranearlo, pero desde esa idea inicial hasta el producto final fue un proceso largo de pruebas, de testeo con conocidos y familiares para luego pulir y corregir todo lo que hiciera falta.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
“Uno arma la idea inicial con papelitos, se modifican las cosas que no funcionan, las reglas. Nos llevó mucho tiempo lograr que sea como nosotros queríamos: un juego simple, divertido y a la vez educativo”, cuenta a La Capital Franco Toffoli, uno de los creadores de la propuesta lúdica. Los incendios en las islas —sobre todo los de 2020— profundizaron en este grupo de docentes y amigos la necesidad de darle forma final a un juego que sirva también como herramienta didáctica para el aula.
Cuatro juegos en uno
La cajita que contiene el juego contiene 25 cartas de objetivo, 48 cartas de especie, un librito de reglamento y uno que profundiza en la temática. Pacú, irupé, raya, sauce, carpincho, martín pescador. Cada carta viene con un cuidado diseño: de un lado, un dibujo de cada planta o animal, del otro su nombre. Pero además están clasificados con íconos de colores que referencia cada grupo de especie y tres colores posibles: rojo de peligro de extinción; amarillo, vulnerable; y verde, fuera de peligro. Descubrir las especies ocultas, avistaje por objetivo, avistaje grupal y duelo guardaparque son las cuatro modalidades sugeridas. En la cuenta de Instagram @expedicion_humedales hay videos que explican de forma amena cada una de las posibilidades de juego.
“Algo que nos gustaría mucho —dice Toffoli— es que esto llegue a las aulas. La educación basada en juegos es toda una corriente pedagógica y si el recurso es bueno y funciona bien, lo lúdico es un disparador muy valioso”. En el librito de la temática se explica qué son los humedales y por qué son importantes, qué son las áreas protegidas y los sitios Ramsar, los monumentos naturales y los estados de conservación de cada especie.
Para Toffoli, el juego de cartas no tiene por qué competir con los que desarrollan en el mundo digital. “Son para contextos distintos, el juego de mesa tiene el plus del cara a cara y de la interacción social que es valiosísima”, dice el docente. A modo de ejemplo, dice que en los recreos es común ver a chicos sentados en el piso jugando con cartas al truco o al Uno. “El aspecto lúdico cada vez toma más lugar en la vida de las personas, incluso de los adultos. Por eso se nos plantea el desafío a los educadores de ver cómo hacemos para que algo les llegue a los chicos e interesarnos en lo que se interesan ellos. Por eso, si tomamos una herramienta lúdica para enseñar tenemos más posibilidades de llegarles y que la pasen bien. Después obviamente está todo el trabajo posterior que el docente tiene que hacer para reflexionar, investigar y discutir”, apunta.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Tëkun, juegos educativos es el sello que lleva la propuesta didáctica. Antes de “Expedición Humedales”, el grupo ya había creado otros juegos pensados para instituciones y escuelas y empresas, además de brindar capacitaciones, talleres y asesoramiento. “Ofrecemos una variedad de juegos y experiencias lúdicas que permiten a los docentes, padres, animadores y catequistas compartir con niños y jóvenes espacios constructivos para todos”, dicen en su cuenta de Instagram @tekunjuegos. Un juego de naipes con temática religiosa y otro llamado “Recreando Funes” —sobre el origen y el desarrollo de esta ciudad— fueron los proyectos anteriores creados por este estudio de diseño. “ Desde Tëkun —explican— queremos aportar nuestro granito de arena para que los juegos de mesa se incorporen a las currículas y a las prácticas educativas, tanto a nivel formal como informal. Porque estamos convencidos que jugando se aprende mejor”.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital