La Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) fue escenario de una experiencia de investigación inédita y de alto nivel tecnológico, en el que participaron estudiantes de distintos niveles de la carrera. Se trata del estudio realizado en la asignatura optativa internacional “Descubrimiento de Fagos”, del programa SEA-PHAGES (Science Education Alliance-Phage Hunters Advancing Genomics and Evolutionary Science), cuyos resultados finales de su primera etapa fueron presentados, exponiendo una metodología de investigación desarrollada por primera vez en una casa de altos estudios de la universidad pública.
Este curso de formación para estudiantes de grado, se enmarca en un acuerdo con el Howard Hughes Medical Institute (HHMI) que tiene sede en Maryland, Estados Unidos (EEUU), el cual desarrolla desde la década del 50 proyectos científicos que son sinónimo de vanguardia en ciencias experimentales.
“A partir de este convenio, la facultad forma parte de una de las instituciones académicas científicas más prestigiosas del mundo”, destacó la doctora Alejandra Mussi, responsable de la implementación del proyecto.
El objetivo de esta materia optativa, que comenzó a dictarse en agosto del ciclo lectivo 2022, es implementar en la docencia de grado experiencias de investigación de alto nivel tecnológico con sentido de propiedad de proyecto, utilizando una pedagogía innovadora. En particular, el programa incluye técnicas microbiológicas y genéticas avanzadas, observación de fagos por microscopía electrónica, además de ómicas de última generación como la secuenciación de genomas, el ensamblado y anotación de fagos.
De la experiencia, participaron 15 estudiantes de distintos años de las carreras de Biotecnología y Bioquímica: 10 bioquímicos de 5º año, 3 biotecnólogos de 5º año y 2 de primer año respectivamente, quienes presentaron los resultados de sus investigaciones en una clase abierta ante las autoridades de la facultad.
Con respecto a las ventajas de la asignatura, Mussi profundizó: “Estamos empleando las más altas capacidades tecnológicas y de innovación pedagógica que atraviesan diferentes áreas del conocimiento, como la microbiología básica y la bioinformática”. Generalmente este tipo de conocimientos que implican técnicas de secuenciación de genomas y microscopía electrónica se dan en las carreras de posgrados y postdoctorados de la facultad, por lo que esta primera experiencia significó en palabras de su responsable: “un gran desafío, porque incluimos a alumnos de primer año y materias junto con otros alumnos avanzados. Fue muy heterogéneo y algo muy disruptivo de hacer”.
Previamente, el equipo de docentes e investigadores, integrado también por los doctores Lautaro Diacovich y Hugo Gramajo, viajó a EEUU para capacitarse no sólo en los protocolos sino también en aspectos pedagógicos, por tratarse de una asignatura transversal que enseña a cada estudiante a tomar decisiones y elegir su propio camino para obtener un resultado.
“Se logró que cada participante vaya descubriendo su camino, volviendo atrás cuando hubo que volver atrás, rehaciendo los experimentos y tomando decisiones. Es importante que cada estudiante sienta que está haciendo una contribución científica y que su descubrimiento puede resolver problemáticas sociales”, explicó Mussi, quien valoró que esta etapa se haya cumplido en tiempo y forma.
Para el estudiante de 1º año Tomas Giusti, cursar esta materia optativa le permitió reafirmar su vocación por la ciencia. “Fue una experiencia muy linda, gracias a esta optativa pude confirmar que Biotecnología es la carrera que quiero seguir estudiando”, manifestó el alumno. Con respecto al aprendizaje que le dejó el cursado, agregó: “Aprendí muchas cosas, como una técnica aleatoria, qué es un fago, cómo cortar el ADN, y microscopia electrónica. Fue de mucha práctica, teníamos teoría, pero veíamos videos mientras consultábamos el protocolo y los profesores nos dieron la libertad para tomar un camino y cumplir el objetivo”. Y además, valoró la composición heterogénea de la clase: “Había chicos de otras carreras y más grandes que nos ayudaban y daban consejos para el estudio”.
En la clase abierta de cierre, todos los estudiantes presentaron ante sus pares los resultados de su investigación y eligieron a través de una votación los tres primeros puestos para los fagos más llamativos, cuyos genomas van a ser secuenciados.
La segunda fase consistió en la anotación del genoma para lo que se enviaron cinco fagos al laboratorio de la HHMI, aunque el programa analiza solo una muestra, el resto es por si se presentan inconvenientes en la secuenciación del ADN. La asignatura continuó con el viaje de tres docentes del área bioinformática, los doctores Martín Espariz, Mariano Torres Manno y Florencia Mascalli, a la sede de HHMI en Washington, con el objetivo de profundizar en la anotación de genomas que será el objeto de trabajo del primer semestre del año próximo.
Luego de presentarse los resultados finales de la primera etapa, el decano de la facultad, doctor Andrés Sciara, destacó: “Esta alianza con una institución del prestigio como HHMI, nos muestra una vez más, que nuestros docentes y estudiantes pueden trabajar en proyectos con los más altos estándares científicos. Pero también que mediante la capacitación docente y la innovación podemos brindar alternativas para mejorar los procesos pedagógicos, la retención de estudiantes y la calidad académica”.