Un joven magrebí apeló a un recurso tan original como desesperado para intentar de ingresar sin papales a Europa: se metió en el vano del motor de una furgoneta Ducato.
Un joven magrebí apeló a un recurso tan original como desesperado para intentar de ingresar sin papales a Europa: se metió en el vano del motor de una furgoneta Ducato.
Metido entre cables, mangueras, un block hirviente y esquivando correas y paletas, el magrebí de 25 años, con algo de ingenio y mucho de temeridad, encontró el jueves pasado un hueco para meter el cuerpo entero e intentar salir como polizón en un barco que cubre la ruta Melilla-Málaga (España).
No lo consiguió porque un agente de la Guardia Civil española lo encontró antes, probablemente salvándole la vida. Los policías no dudan que de haber quedado en ese hueco más tiempo, el magrebí hubiese sobrevivido.
Al ser requisado el auto, el muchacho estaba con el cuerpo completamente contorsionado y doblado a la altura de la cintura formando un ángulo de 90 grados. Cabeza abajo, compartió el recorrido hasta el puerto de Melilla con la batería, el sistema de transmisiones y el motor, piezas que tuvieron que ser manipuladas y movidas de sitio para poder crear un "habitáculo infrahumano", tal y como lo ha calificado la Guardia Civil, según recogió el diario El Mundo.
Cuando los agentes abrieron el capó, al inmigrante sólo se le veían las piernas y tuvo que ser auxiliado para salir porque no podía hacerlo por sus medios en esa postura. Además, tuvo que recibir primeros auxilios, aunque ya no necesitó más asistencia sanitaria y de hecho, ahora se encuentra en buen estado. De todos modos, la policía sostiene que si no llegaba a interceptar al joven las consecuencias podrían haber sido funestas, ya él que estuvo muy cerca de los gases del motor, el sistema eléctrico y las correas de transmisión de la furgoneta en la que se desplazaba. Además, la temperatura que alcanza la zona del motor podía haberle ocasionado daños severos ya que sólo estaba protegido por un cartón que hacía las veces de colchón o separador sobre las piezas del motor.
De los planes que tenía si llegaba a colarse en el barco como polizón poco se sabe, aunque lo más probable es que tuviera intención de salir del escondite para no estar las cuatro horas que duraba el trayecto del barco rápido desde que sale de Melilla hasta su llegada a Málaga.
A punto estuvo de conseguir su objetivo, ya que la Guardia Civil no encontró nada anormal en un primer reconocimiento superficial de la furgoneta durante el registro del preembarque, aunque un detalle levantó sus sospechas de que esa Fiat Ducato pudiera ocultar algo.
Fue entonces cuando al abrir el capó, descubrieron "de forma inverosímil" al inmigrante, que está al amparo judicial en calidad de testigo. También pasó por el juzgado el conductor de la furgoneta, un marroquí, que fue detenido acusado de un presunto delito de tráfico de inmigrantes, y está en prisión preventiva.
Al parecer, su cometido era llegar hasta Francia, país donde tiene su residencia legal y destino probable del inmigrante indocumentado.
El lunes último, la policía encontró a ocho inmigrantes metidos en los huecos de un ómnibus que regresaba de Marruecos, compartiendo sitio con la caja de cambios, el motor y el sistema de transmisiones. En aquel caso, como en éste, ninguno resultó herido pese al peligro de esta manera de traspasar fronteras ilegalmente.