El dibujante e historietista gráfico Carlos Loiseau, Caloi, creador del personaje Clemente, murió ayer a los 63 años de edad en el Instituto del Diagnóstico de Buenos Aires donde se encontraba internado por un cáncer.
El dibujante e historietista gráfico Carlos Loiseau, Caloi, creador del personaje Clemente, murió ayer a los 63 años de edad en el Instituto del Diagnóstico de Buenos Aires donde se encontraba internado por un cáncer.
Los restos de Caloi eran velados desde anoche en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados, luego de que la familia aceptara el ofrecimiento de las autoridades legislativas.
Fue uno de los historietistas más importantes del país y distintas voces expresaron ayer su dolor por su muerte. Fue despedido por miles de personas a través de las redes sociales Twitter y Facebook, quienes también le agradecieron (ver página 20). De su lápiz nacieron personajes entrañables: Clemente, La Mulatona, Mimí, Alexis, Bartolo, el Clementosaurio, el hincha de Camerún.
De Clemente, Caloi dijo: "Somos como un matrimonio de muchos años de casados, nos conocemos demasiado".
Nace Clemente. Publicado con regularidad desde 1973 en la contratapa de Clarín, Clemente estuvo presente todos los días e iba a cumplir 40 años en 2013. Nació como personaje secundario en la tira "Bartolo el maquinista" (Bartolo era el conductor de un tranvía que se movía como loco y Clemente, su mascota) pero se fue convirtiendo en el protagonista.
Caloi nació en Salta el 9 de noviembre de 1948 y su carrera arrancó en el ‘66 en la revista Tía Vicenta: sólo en dos números, porque el presidente militar de entonces, Juan Carlos Onganía, ordenó cerrarla.
Siempre simpatizó con el peronismo e hizo pública su adhesión.
Caloi ingresó a Clarín en 1968 y su personaje Clemente se popularizó diez años más tarde, en el Mundial de Fútbol 1978, alentando a arrojar papeles desde las tribunas.
Un pájaro que no era tal pues no tenía alas, pero tampoco manos, y al que le gustaban con locura las aceitunas, le ganó una pulseada a la Junta Militar en un tema tan masivo como el fútbol. Y la ciudad de Rosario entró en esa historia. Con el Mundial ya empezado los militares creían tener todo controlado. Pero Clemente puso de consigna en su tira: "Tiren papelitos" mientras el principal relator argentino, José María Muñoz, bramaba desde Radio Rivadavia para que los asistentes no lo hicieran.
En el debut de la selección contra Hungría casi no hubo papelitos en River; en el segundo partido —ante Francia— la tribuna popular tiró una buena cantidad, que se hizo mayor aún en la derrota contra Italia. Pero fue en Rosario donde los papelitos coparon la parada en los tres partidos de la fase que la selección del Flaco Menotti jugó (contra Polonia, Brasil y Perú), logrando el pase a la final. Una nube de papeles cubrió el Gigante de Arroyito las tres noches.
Entre 1976 y 1982 Caloi publicó en El Gráfico. Ya en democracia estrenó el programa televisivo "Caloi en su tinta", dedicado a la difusión del cine de animación de autor y de las artes plásticas. Recibió el Premio Konex de las artes plásticas en 1982 y 1992, y la semana pasada había estrenado el film "Anima Buenos Aires".
El Negro, como lo apodaban sus amigos, vio sus trabajos reproducidos en Uruguay, Brasil, Venezuela, Colombia, México, España, Francia, Italia, Estados Unidos, Cuba, Bélgica, Bolivia, Alemania y Puerto Rico.
Admirador de los historietistas argentinos clásicos, de las revistas Ricotipo y Patoruzú, Caloi reconoció entre sus maestros a Quino, Bataglia, Oski, Cané, Lino Palacio, Prats, Breccia, Crist, Tabaré y Roberto Fontanarrosa. Se presume que en el sepelio de Fontanarrosa, en julio de 2007, fue una de las últimas veces que Caloi estuvo en Rosario.
"De los nuevos, subjetiva y objetivamente, Tute es el mejor", declaró, en alusión a Juan Carlos Loiseau, su hijo.
Su colega, Horacio Altuna, desde España, señaló ayer que la muerte de Caloi es "una desaparición terrible" y sostuvo que "él forma parte de la cultura popular y quedará en la memoria". l (Télam, DyN y otras)
Por Martín Stoianovich