Los taxistas de Rosario son una muestra de esa sociedad con añoranzas de federalismo que somos los rosarinos. Hace unos días vinieron a visitarme por primera vez mis sobrinos nacidos en España y empezaron a preguntarme cosas que habían oído en Europa sobre nuestra ciudad. Decidí llamar a un radiotaxi para que nos llevara a hacer un tour por los principales lugares turísticos. En la radio me dijeron que no me preocupara, que arreglara con el chofer el circuito que más nos interesaba visitar y los chicos quedarían encantados con el paseo. Cuando subimos al auto, el taxista nos comentó que ellos tienen un paquete de circuitos turísticos para los extranjeros que llaman tour por la ciudad de Belgrano y que integra el circuito de la independencia, el de la cultura e historia de Rosario, el de la provincia invencible y el circuito de los músicos y poetas del Litoral. Pero me aconsejó empezar por el primero, porque era el que más sorprendía a los chicos. El resultado fue mejor de lo esperado, ni bien el taxi comenzó a andar por las calles de la ciudad de Belgrano, el chofer nos comentó que Rosario estaba destinada e iba a ser la capital del país, a pesar de que los porteños lo habían impedido y se opusieron. Nos dijo después que los rosarinos habían tomado la costumbre de nombrar a las calles que van de sur a norte con los apellidos de los integrantes del directorio o de los militares que comandaban las expediciones punitivas que enviaban los porteños y con los nombres de los caudillos que defendían la autonomía del Litoral a las que van de este a oeste para recordar la epopeya del brigadier López. Apenas llegamos al río, nos hizo notar que en los galpones donde ahora se desarrollan actividades culturales, antes, cuando Rosario era el puerto de la Confederación Argentina y la sede del gobierno de nuestro país, se almacenaban cereales y que la Terminal de Omnibus, durante la época de la Confereación había sido una estación de ferrocarril donde llegaba toda la producción del interior para la exportación. Nos dijo también que durante el apogeo de los gobiernos autonomistas se había creado la sociedad de Beneficencia, las escuelas, hospitales, se había edificado un teatro y todas las instituciones que distinguen a los rosarinos por su altruismo. El recorrer el casco histórico, nos dijo que en el lugar donde los vecinos habían emplazado una bateria para derribar las velas francesas e inglesas que les impedían comerciar con el exterior, se levantaba ahora un mausoleo que los rosarinos habían mandado a construir para honrar a todos los que habían luchado por la unidad de las provincias argentinas. En fin podría seguir enumerando los recorridos Pero lo que puedo decir es que mis sobrinos quedaron tan satisfechos y se llevaron tantas cosas para contar en Europa que por este medio quiero expresar mi infinito agradecimiento al taxista que nos llevó.