Por lo menos esta vez no claudicó. Central Córdoba sacó ayer un punto. El primero
después de cinco largas y tensionadas jornadas, donde en medio de su crisis deportiva padeció el
descenso el último fin de semana. El charrúa completó ante Defensores de Belgrano el encuentro que
se había suspendido por la lluvia correspondiente por la 33ª fecha de la B. Aunque el desafío pasó
al archivo de manera fugaz como consecuencia de la mediocridad que exhibieron ambos en el
despoblado Gabino Sosa.
"Nos vamos disconformes con el resultado porque hicimos todo para ganar. Pero
también hay que remarcar que mostramos otra mentalidad. Ya no salimos con la presión que veníamos
teniendo y jugamos más sueltos", remarcó Ezequiel Petrovelli. "Sufrimos por habernos ido al
descenso, pero ya está. Ahora hay que mirar hacia adelante con la mayor dignidad posible", amplió.
A su vez, el Chango Cárdenas dijo "Hicimos el desgaste y nos quedamos sin ganar. Da bronca porque
todo el año nos pasó lo mismo. En los últimos minutos nos empatan o ganan. No puede ser, pese a que
hoy (ayer) no estuvimos mal como otras veces".
Quedaron con bronca
El pensamiento charrúa ya proyecta el futuro. La peor
noticia ya llegó. Ahora es tiempo se relajarse y salir a afrontar los compromisos que restan con la
mayor dignidad posible. La carga emocional ya es cosa del pasado. Ahora los jugadores no salen a
escena pensando en que un paso en falso los condenaría, porque ya fueron sentenciados por sus
pésimas últimas tres temporadas.
Por eso ayer mostraron otra actitud. Claro, no se prolongó
durante todo el cotejo. Pero al menos en varios pasajes el local le puso el pecho a la adversidad y
fue al frente con el orgullo, herido por cierto, a buscar esos tan esquivos tres puntos. El fondo
local se movía en línea y de manera sincronizada, como hacía mucho tiempo no pasaba. El medio,
donde sobresalían un inquieto Víctor Juárez y un pensante Ezequiel Petrovelli. Mientras que en
ofensiva no gravitaba tanto.
Central Córdoba tuvo dos chances claras en la primera
mitad. Una a través de un tiro libre de Petrovelli. Pero el juvenil Germán Oviedo alcanzó a desviar
la trayectoria del balón cuando el destino inicial era la red. Y el otro gran momento lo
protagonizó Juárez, quien se animó a probar de media distancia y la pelota terminó rebotando en un
adversario y yéndose al córner. El Dragón tenía su fuego futbolístico muy apagado. Aunque sobre el
cierre del primer acto hizo estremecer el deteriorado corazón charrúa cuando el travesaño quedó
temblando tras una acción de Maximiliano Ceratto.
El complemento recién arrancó pasado los 20’. Fue
cuando Petrovelli quebró el silencio de misa que reinaba en el Gabino con un impecable tiro libre,
que tuvo como aporte extra un guiño de Oviedo. Aunque la alegría no duró tanto en barrio Tablada,
pese al cabezazo del defensor Gustavo Sosa que terminó rebotando en el horizontal.
Es que cuando restaban escasos cinco minutos para el cierre, Maximiliano
Serrano capturó una pelota que quedó boyando en el área chica anfitriona a la salida de un tiro
libre y no perdonó. Fue 1 a 1 y sabor a poco para el charrúa, que pese al empate al menos logró
cortar una racha adversa de cinco presentaciones haciendo agua.
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