"Corazones de hierro" sumerge al espectador en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial en un tanque al mando del sargento Don "Wardaddy" Collier, interpretado por Brad Pitt, que tiene a su cargo una tripulación con una misión casi suicida en el corazón de la Alemania nazi.
La acción del filme que se estrena mañana en Rosario, transcurre en abril de 1945. A medida que los aliados hacen su último esfuerzo en Europa, el aguerrido sargento Wardaddy envía un tanque Sherman, junto con su tripulación de cinco hombres, a una misión mortal tras las líneas enemigas. Superados en número y armamento, Wardaddy y sus hombres enfrentan enormes obstáculos en sus heroicos intentos de repeler al enemigo.
Cinco años después de protagonizar "Bastardos sin gloria", en 2009 (ver aparte), Pitt regresa a un escenario similar en la misma contienda bélica, pero en una ambientación diferente ya que buena parte de la trama ocurre dentro del tanque mencionado antes, denominado "Fury", y con el que tuvieron que familiarizarse para el rodaje.
La película invita al espectador a subirse al interior de ese vehículo de guerra para ser testigo de los horrores cotidianos, un blindado del que Pitt concluyó que sintió como "su casa" y la del resto de actores durante el rodaje, una sensación que cree que vivieron los soldados que participaron en el conflicto bélico.
Al ser consultado sobre cómo fue la experiencia de adaptarse a un espacio tan reducido, Pitt dijo en tono de broma que con el tiempo aprendieron "dónde colocar las tazas de café para que no salieran en escena".
Además, el rodaje de "Corazones de hierro" coincidió con la producción de la película Inquebrantable, dirigida por su esposa, Angelina Jolie, y ambientada también en la II Guerra Mundial (ver página 29), un hecho que "a pesar de las diferencias en el enfoque de ambos proyectos", utilizaron para "compartir e intercambiar conocimientos y experiencias".
"Corazones de hierro" cuenta con numerosas escenas bélicas y de acción que se complementan con la historia de Norman, interpretado por el actor estadounidense Logan Lerman, un joven soldado que apenas cuenta con ocho meses de experiencia en el Ejército y que es destinado a la tripulación del tanque bajo mando de Pitt.
El guión desarrolla la evolución psicológica de Norman que pasará de ser incapaz de disparar un arma a matar sin contemplaciones para sobrevivir, después de que un bombardeo nazi acabase con la vida de Emma, una joven alemana con quien había entablado una relación sentimental durante el transcurso de los acontecimientos.
A la pregunta de cómo evolucionó su relación con Pitt, debido a que el personaje del sargento Collier supone una figura paternal para Norman, Lerman afirmó que aunque predomina el respeto y la admiración, durante el rodaje forjaron un vínculo "muy bueno y cercano".
Por su parte el director de la película, David Ayer, explicó que con "Corazones de hierro" quería mostrar cómo las tropas que participaron en la Segunda Guerra Mundial "estaban conformadas por gente normal como podría ser un amigo o un vecino" y revelar "cómo podía ser su día a día durante la contienda a bordo de un tanque".
Director también de títulos como "Reyes de la calle" y "En la mira", en la que reflejó en formato de símil documental la vida diaria de dos policías de Los Angeles, Ayer -que tiene en carpeta "Escuadrón suicida" sobre un cuerpo de elite integrado por convictos entrenados para misiones especiales a cambio de clemencia- coincidió con el resto de actores en que el rodaje de las escenas en el interior del tanque fue "complicado".
Dos personajes en los límites de la cordura
En su segunda oportunidad como oficial del Ejército Aliado, Brad Pitt encarna a un personaje opuesto al que interpretó en “Bastardos sin gloria”. La película, por la cual Tarantino fue nominado al que habría sido el tercer Oscar de su carrera luego de “Django sin cadenas” (2012) y “Tiempos violentos” (1995), lo tenía en el rol del teniente Aldo Reine. En el límite del desquicio, Reine organiza un escuadrón de militares de origen judío que se dedica a matar oficiales nazis de la forma más cruenta posible, mientras solo deja vivo a uno para que haga correr la noticia de lo que les espera a sus superiores. Ahora, con “Wardaddy” Collier, Pitt se interna en los pliegues más sensibles de la guerra, pero también en los más duros: los de un líder que debe cumplir con su deber y tener la responsabilidad sobre la vida de sus soldados.