Desde el punto de vista de Bein, "aun sin tener en cuenta la conflictividad implícita en la propuesta del gobierno, jugar este partido podría dañar en algún punto la recuperación del consumo". El escenario base del estudio pasa por un crecimiento del 2,7% del consumo "consistente con paritarias del 27% y una inflación del 23% o paritarias de 25% a 21,5%", señaló. En cambio, "definitivamente no es compatible con paritarias del 18% al 20%".
Esta semana, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que consolida el Banco Central entre 57 analistas, estimó algunos puntos más de inflación que el gobierno. Señaló que la pauta de incremento de precios llegará a 20,8% y que además estará por encima del límite superior de la meta que fijo el Banco Central este año.
Para Jorge Vasconcelos, economista jefe del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, resulta "inexplicable", con el enfoque que predominó en los doce años anteriores, que la pauta salarial que propugna el ejecutivo nacional para 2017 esté en el orden del 18% anual, por debajo de la inflación esperada. "Si los sueldos vuelven a perder la carrera contra los precios, una pregunta es cómo habrá de reactivarse la economía y otra, tan incómoda como la anterior, es cómo piensa el oficialismo triunfar en los comicios legislativos de octubre", se pregunta.
Pero desde su óptica, la mirada es distinta. Considera que "es posible que la visión del gobierno tenga un sesgo más optimista respecto de la inflación y que, además, apunte a un mix de crecimiento más balanceado, con algo de consumo pero también exportaciones e inversión, lo cual ayudaría por el lado del empleo".
Por un lado, aunque reconoció que el gobierno prevé una inflación inferior a la que espera el mercado, le puso una ficha a la política del Banco Central para controlar la expansión de base monetaria. Según su teoría, su estrategia es "congruente" con una inflación de 17% hacia fin de año.
Para Vasconcelos, "la pauta salarial define sólo una parte de la masa de ingresos". Confía en el poder de posibles mejoras salariales en el sector privado por avances de productividad y en el volumen del empleo. También en las partidas estatales para planes sociales y jubilaciones, que estima subirán un 25% interanual en términos nominales, "con cierto margen frente a la inflación".
Por otro lado, se mostró convencido de que el consumo puede subir por factores extra salariales. Mencionó, en ese sentido, que los préstamos al consumo se expanden al 5% mensual, más que triplicando la inflación, y que las reformas del impuesto a las ganancias reducirán el peso de este tributo sobre los ingresos intermedios en dos o tres puntos porcentuales respecto de 2016.
Apuesta por el BCRA
Para la consultora Economía & Regiones (E&R), la meta de inflación de 17% para 2017 "no está lejos" porque implica una tasa promedio de 1,3%. En esa tarea asigna un especial protagonismo a la "exitosa política desinflacionaria" del Banco Central. Su temor es que "la política meta la cola" y no se comprometa con la estrategia de absorción de pesos y la reducción de la asistencia al Tesoro por parte de la autoridad monetaria.
Cumplir el objetivo de precios, "exige que a la autoridad monetaria no le tiemble el pulso si tiene que hacer momentáneamente política cambiaria, vendiendo reservas, o subir la tasa para contener una eventual dolarización de carteras o una suba de expectativas de inflación, respectivamente".
Los economistas del think tank que fundó el actual ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ponen bajo la lupa a la nueva conducción del Banco Nación, que lidera Javier González Fraga, como representante de una línea "más keynesiana" dentro del gobierno. Su sugerencia es que el primer banco del país se comprometa en la política del Ministerio de Finanzas para reemplazar el enorme stock de Letras del Banco Central (Lebac), actualmente equivalente al 84,5% de la base monetaria, por Letras del Tesoro (Letes).
Pero en E&R reconocen que la política de ajuste tiene su impacto en el crecimiento. Su escenario base para 2017 es una expansión de entre 1% y 1,8% en 2017. Sin embargo, esta evolución "no estaría acompañada por creación de puestos de trabajo privados estables y genuinos, por lo cual no contribuiría a que el público percibiera una clara mejora del entorno macroeconómico".
Con esta estimación de variación del PBI para este (1,8%) en 2017, el PBI per cápita cerraría por debajo de 2015 (-2,3%). "En pocas palabras, a la mitad de mandato del gobierno de Cambiemos, la producción de bienes y servicios por habitante sería un 2,3% inferior a la que había cuando se hizo cargo de la política económica", dijo.
El economista Rodolfo Santángelo, de la consultora MacroView, señaló que en 2016 "terminó con la economía dejando de caer, y todavía no tenemos información del verano, está amesetada".
"Esperamos que la economía a la salida del verano, en el segundo trimestre, en el otoño, cuando venga la cosecha, cuando se cierren las paritarias, cuando empiece la inversión pública, tenga una recuperación", manifestó.
Para Miguel Bein, la posibilidad en el corto plazo de apalancar la economía con el plan de obra pública, más algún grado de atraso cambiario que asegure salarios por encima de la inflación en 2017 "aparece nítida, al menos hasta octubre". A contramano, "el clima complicó la cosecha gruesa, generando una caída de expectativa de crecimiento del PBI de entre dos y tres décimas de punto porcentual".
Desde su opinión, la el gobierno cerró filas en su decisión de concretar en los primeros 9 o 10 meses de 2017 la totalidad de los gastos de capital incluidos en el presupuesto (236 mil millones de pesos), "un 40% mas de lo ejecutado en 2016, y un 90% cuando se contabiliza la dinámica hacia las elecciones". Según sus cálculos, el impacto directo de la inversión pública sobre el PBI podría llegar a representar en forma directa cerca de 2 puntos porcentuales del PBI.
El endeudamiento externo es clave para solventar este plan y el déficit fiscal, que el año pasado sólo alcanzó la meta comprometida por el aporte extra y único del blanqueo de capitales. "El déficit fiscal interno hay que financiarlo, hay un objetivo de bajarlo este año, el año pasado nos salvó el blanqueo", advirtió Santángelo.
La incertidumbre generada por la asunción del nuevo presidente estadounidense Donald Trump se mide en las especulaciones sobre la política monetaria de Estados Unidos. Bein advirtió que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) "empieza a virar el discurso hacia uno algo mas duro luego del movimiento de tasas de diciembre".
Reendeudamiento
Los economistas destacan que, siempre en el marco de una fuerta apuesta al reendeudamiento, el Ministerio de Finanzas se apresuró a colocar bonos y pedir préstamos en el primer mes del año.
"El gobierno ya cubrió gran parte de las necesidades de divisas del año que arranca, el desafío en los meses que siguen consiste en cubrir una brecha de pesos equivalente a $ 338.000 (3,2% del PBI), por Lebac y depósitos de los bancos, "sin dañar el financiamiento monetario ni la recuperación de la economía ni generar un atraso cambiario mayor al requerido". En este punto, subrayó que "la coordinación de la política y monetaria será indispensable".