La presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuestionó ayer al gobierno de los
Estados Unidos por haber pregonado durante años que "no era necesaria" la presencia del Estado para
regular los mercados y ahora cambiar su postura para realizar "la intervención más formidable de la
que se tenga memoria" por la crisis financiera, a la que calificó de "efecto jazz".
Al hablar ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en
Nueva York, la jefa de Estado también instó a la República Islámica de Irán a que "acceda a que la
Justicia argentina pueda juzgar a aquellos ciudadanos de ese país que han sido acusados" por el
atentado contra la Amia, que provocó la muerte a 85 personas en 1994.
Por otra parte, Fernández de Kirchner ratificó el reclamo
argentino para que el Reino Unido cumpla con la resolución de las Naciones Unidas para sentarse a
dialogar en torno al conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas, al advertir sobre "la
vergüenza que significa tener en el siglo XXI un enclave colonial".
Durante el primer discurso que pronuncia en el recinto
principal de la ONU, la presidenta de la Nación pidió la ratificación del Tratado sobre
Desaparición Forzosa de Personas, hizo una enfática defensa de la multilateralidad y defendió el
gobierno del "presidente legítimo" de Bolivia, Evo Morales.
La jefa de Estado improvisó un discurso de aproximadamente
veinte minutos ante la atenta mirada, en los sillones reservados para la delegación argentina, de
su esposo y ex presidente, Néstor Kirchner, y el canciller Jorge Taiana, además de representantes
de Abuelas de Plaza de Mayo.
En el corazón financiero de la nación más poderosa del
planeta, Cristina criticó duramente al gobierno de Estados Unidos y a los organismos
internacionales de crédito y consideró que "ya no se puede hablar de efecto caipirinha, tequila o
arroz, se debe hablar de efecto jazz".
En rigor, dijo que esta situación debe servir para poder
revisar comportamientos y políticas porque, durante la vigencia del Consenso de Washington, se nos
dijo a los países de la América del Sur que el mercado todo lo solucionaba y que el
intervencionismo estatal era nostalgia de grupos que no habían comprendido cómo había evolucionado
la economía. "Sin embargo, se produce la intervención estatal más formidable de la que se tenga
memoria precisamente desde el lugar donde nos habían dicho que el Estado no era necesario, en el
marco además de un fenomenal déficit fiscal y comercial", aseveró la presidenta, al referirse al
salvataje de bancos dispuesto por el gobierno de George W.Bush.
A pesar de las críticas, Cristina cenó junto a Bush, en el agasajo que Ban Ki
Moon realizó en honor a los jefes de Estado que asisten a la asamblea de la ONU.
Malvinas. En el capítulo sobre Malvinas, la mandataria remarcó que el reclamo
por la soberanía de la Isla es "para los argentinos, una política de Estado" y solicitó la
colaboración de la ONU "para instar, una vez más, al Reino Unido para que acceda a cumplir con las
normativas del derecho internacional".
Finalmente, la primera mandataria reclamó la
"reformulación" de los organismos internacionales, como Naciones Unidas, para "volver a reconstruir
una multilateralidad que se ha perdido y ha tornado al mundo mucho más inseguro". Consideró que esa
reformulación "no es una cuestión dogmáticas sino una necesidad concretas".
También destacó la política de desendeudamiento, con la cancelación de la
deuda "íntegramente" con el Club de París, así como la propuesta para los holdouts. l