Economía adjudicó unos $ 3,78 billones en la licitación extraordinaria a la que convocó. Las tasas muestran gran volatilidad. El gobierno informó superávit fiscal primario pero déficit financiero en julio
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Con su apretón monetario, el gobierno logró un buen nivel de adhesión en la licitación de deuda convocada para este lunes. El Tesoro adjudicó $ 3,78 billones sobre un total de ofertas recibidas por $ 3,79 billones. La refinanciación fue un costo equivalente al plazo fijo mayorista más 1%.
Luego de la licitación, las tasas de caución tomadora a un día se desplomaron al 2,1% tras tocar picos de hasta el 65% en el inicio de la jornada. Fuentes del mercado explicaron que el derrumbe se debió a que la liquidación de la licitación tendrá lugar este martes, por lo que los bancos se quedaron momentáneamiente con $ 3,8 billones líquidos que fueron volcados a la caución a un día y arrastraron a la baja a las tasas. No obstante, se espera que retornen a niveles cercanos al 45%.
Con el arranque de semana debutó la ventana de liquidez del BCRA en torno al 65%, la cual no tuvo mucho movimiento debido al sobrante de liquidez.
En la licitación del miércoles de la semana pasada se habían renovado unos $ 9 billones sobre un total de $ 15 billones. Para evitar que esos $ 6 billones presionaran sobre la demanda de dólares, el gobierno convocó a una licitación extraordinaria para el lunes, en la que se absorbieron casi $ 4 billones. Los otros $ 2 billones fueron a los encajes de los bancos.
Es que para garantizar la participación de los bancos, el organismo que conduce Santiago Bausili anunció una nueva suba de encajes para los depósitos a la vista en bancos del grupo A, de los Fondos Comunes, money market y las cauciones. Hasta el 28 de noviembre los primeros aumentaro de 45% a 50% y los segundos de 40% a 45%. Este incremento pueden ser integrado con títulos públicos.
El director del Banco Central Federico Furiase señaló en ese momento el espíritu de la medida: “Ningún peso va a la calle”.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance dijo que la licitación fue positiva si se analizan los tres principales resultados: el monto adjudicado, la tasa ofrecida y el efecto en cauciones. “Se adjudicó casi el 100%, es decir que hubo consenso entre los bancos y el Tesoro”, señaló, y consideró que “la tasa ofrecida es muy razonable y en línea con lo que se esperaba”.
En el mercado secundario las tasas de caución posteriores a la fecha de liquidación de esta licitación comenzaron a nivelarse en torno del 40%, cuando habían llegado a tocar 75% en los últimos días.
El equipo de Research de Puente dijo que la licitación fue “atípica” al contar con un solo instrumento y dirigida exclusivamente a bancos. “El bono Tamar terminó saliendo a un spread bajo (1%) en relación a la licitación de la semana pasada (6%-7,5%)”. Este resultado “era esperable porque era el único instrumento elegible para cumplir la integración de los nuevos encajes”. De cualquier manera, el sobrecosto implica “una tasa real muy alta en términos históricos”.
En el mercado cambiario, el dólar mayorista volvió a caer y acumula once jornadas consecutivas a la baja. Retrocedió 0,5% a $ 1.293. El minorista subió a $ 1.314,24 para la venta en el promedio de entidades financieras. Los futuros operaron a la baja. El mercado “pricea” que el tipo de cambio mayorista a finales de agosto será de $ 1.313,5.
En medio de este tembladeral, el gobierno informó que el superávit fiscal primario creció 41% interanual en julio, en términos reales, por lo cual en los primeros siete meses de 2025 representó cerca del 1,1% del Producto Bruto Interno (PBI). Sin embargo, el Tesoro tuvo su primer déficit financiero del año, debido a la estacionalidad de los pagos de intereses de la deuda.
El Ministerio de Economía informó que la balanza fiscal dio un resultado primario positivo de $ 1,74 billones pero un “rojo” financiero de $ 168.515 millones. Esto último se debió a los vencimientos de los Bonares y Globales que, netos de tenencias intra sector público, significaron unos $ 1,9 billones.
En cuanto al superávit primario, el incremento anual se explicó tanto por la caída del gasto público (-1,3%) como por la suba en la recaudación (+2,8%).
De acuerdo a una publicación del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dentro de los componentes más relevantes en la estructura de gastos del Estado, se verificaron contracciones reales en subsidios a la energía (-28,3%), programas sociales (-11,7%), salarios (-10%) y prestaciones del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (-7,4%). También se destacaron fuertes caídas en asignaciones familiares (incluye AUH) e inversión real directa.
En el otro extremo, la erogación en jubilaciones y pensiones trepó 16,5%, desde una base de comparación muy baja, y también se destacó una recomposición del 99,6% en las transferencias corrientes a provincias.
En lo que va del año, los ingresos totales descendieron 1% real, versus el mismo período de 2024, mientras que el gasto primario creció un 3,6%.