Me es grato exaltar valores de personas, instituciones médicas, fuerzas de seguridad y en general, de todas aquellas expresiones científicas, artísticas y deportivas que son el resultado de creatividad, talento, trabajo y perseverancia. Felizmente, en todo el mundo hay realizaciones asombrosas donde la ingeniería, la física, la química, la mecánica y la cibernética, entre otras disciplinas, procuran mejorar la calidad de vida de la gente. En ese sentido, Argentina se distingue por su industria espacial, agropecuaria, investigativa, alimenticia, de comunicaciones, farmacéutica médica y quirúrgica. No en vano en septiembre pasado, el laboratorio argentino Sinergium Biotech fue seleccionado por la OMS para desarrollar y producir vacunas con tecnología “ARN mensajero”. Además, nuestro país cuenta con una red de estudio sustentado por investigadores, médicos, fundaciones, universidades, institutos especializados, clínicas y laboratorios empeñados en una contienda sin cuartel contra el Covid-19. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y ciudades del interior, están hermanadas solidariamente en esa lucha que nuestra ciencia médica nacional guardará en los capítulos de su brillante historia. Como para conocer algo más de la lucha que los laboratorios mantienen contra el ataque de los virus, los especialistas de Pfizer informan que con las vacunas se procura inhibir la proteasa del Covid-19: una enzima esencial para que el virus se multiplique. En abril de 2020 se publicó que el laboratorio estadounidense Merck Sharp & Dohme (MSD), estaba probando vacunas y tratamientos para detener la pandemia. Y a principios de septiembre de 2021 se conoció que Merck efectuó en Argentina la selección de pacientes para intervenir en estudios clínicos sobre un antiviral de administración oral. Una de las experiencias se realizó en el Instituto Médico de la Fundación Estudios Clínicos de Rosario; la otra se llevó a cabo en la Clínica Independencia de la bonaerense ciudad de Vicente López. Los estudios se hicieron también en países de América Latina, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Rusia, Israel y Japón, entre otros. Lo que se estudiaba era una molécula denominada “molnupiravir” que se hallaba en la fase 3 que examinaba la seguridad y eficacia del fármaco. El sitio elpais.com/sociedad publicó el 01/10/21 que Merck Sharp & Dohme, solicitó a las autoridades sanitarias de Estados Unidos y otros países, autorización para administrar su fármaco oral para uso de emergencia. Como los desarrolladores de la primera pastilla contra el Covid-19 basada en la molécula “molnupiravir”, aseguran que han logrado resultados altamente satisfactorios, la comunidad médica mundial y la sociedad esperan que pronto el primer antiviral sólido y oral sea un arma nueva y contundente arma para luchar contra la pandemia que marcará para siempre al siglo XXI.