El homenaje a los historiadores del país asignándoles un día en el calendario oficial es relativamente nuevo, data de 2002 pero con estatus de ley nacional Nº 25.566 y acertado fundamento en sus considerandos. La fecha elegida es el 1º de julio y se basa en la del decreto del Primer Triunvirato en 1812 que en resumen estableció sea escrita la historia de nuestra revolución encomendando la tarea al Deán Gregorio Funes que produjo su Ensayo de la Historia Civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán. De estas regiones Santa Fe estaba incluida en la Gobernación Intendencia de Buenos Aires como tenencia de gobernación. En ese marco jurisdiccional, en la Capilla del Rosario, por 1802 residía el aragonés don Pedro Tuella, destacado y respetado vecino, que fue maestro, recaudador de alcabala, mayordomo de la capilla y propietario de una pulpería, y pudo ser nuestro primer historiador. Pero no lo fue porque su historia del origen del la Capilla del Rosario fue desmentida. Su trabajo lo publicó en el periódico de la época el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político e Historiógrafo del Río de la Plata”, titulado “Relación histórica del pueblo y jurisdicción del Rosario de los Arroyos en el Gobierno de Santa Fe, Provincia de Buenos Aires”. Entre otros temas, Tuella relata que los guaycurúes habían atacado y destruido una reducción de calchaquíes, indígenas en amistad con Francisco Godoy, quien para protegerlos los trasladó hasta el lugar de la futura Capilla por 1725, cuyo asentamiento lo da como origen del poblado. Aparte de esta fallida relación tomada de diferentes relatos y mezclando el sitio con el pago regional, de éste hizo aportes geográficos, económicos y censales reconocidos por quien lo defenestró. Esto le valió mantener su nombre como el primer historiográfico de Rosario. Incluso, la versión fallida tuvo vigencia hasta varias décadas del siglo XX, de tal manera que produjo homenajes al personaje Francisco Godoy asignando su nombre a la avenida en diagonal que hoy es la Pte. J. D. Perón y al mismo Pedro Tuella, calle vigente en barrio Arroyito. Aquellos homenajes significaron un adelanto a la celebración del bicentenario de la fundación de Rosario en 1925 con la visita del presidente Marcelo T. de Alvear adhiriendo a los festejos. Los actos centrales fueron en la semana que contenía al 7 de octubre de 1925. En realidad, fueron 10 días de banquetes, bailes, obras teatrales e inauguraciones de las que puede destacarse el Camarín de la Virgen en la cripta de la Catedral. Sin embargo, pocos años después, la versión entró en dudas hasta 1943 que la “Historia de Rosario” de Juan Alvarez la sepultó. Una verdadera paradoja fue que la historia de aquellas fuentes orales inexactas y la de fuentes documentadas fueron escritas en el mismo solar en que habitaron Pedro Tuella y más tarde Juan Alvarez, en Córdoba y 25 de Diciembre, esquina SO. Merece ser agregado, a favor de aquel respetado vecino, un acto de calidad humana que, junto con su esposa, adoptaron como hija y la declararon heredera a una niña vecina que quedó huérfana de padre y madre a los cuatro años que en edad mayor fue Catalina Echevarría de Vidal, hacedora de la primera enseña patria de acuerdo con la fuerte tradición que así la distingue.