Eran las 19.45 del lunes cuando Florencia Ledesma consiguió llamar por teléfono a Enzo, su hermano, un efectivo de la policía de San Juan. Hacía horas que había salido de su casa a trotar y ya había pasado un buen rato desde que una jauría compuesta por siete perros la atacaron con furia hasta provocarle graves heridas. La joven contó donde estaba y para la familia en ese momento empezaron momentos angustiantes.
Florencia estaba corriendo no muy lejos de su casa cuando, cerca de un descampado, se encontró con los perros. Intentó correr e ingresó a un campo de difícil acceso, pero los perros la alcanzaron y la rodearon. Y entonces comenzó el ataque de la jauría que terminaría en una tragedia.
Cuando Enzo Ledesma recibió el llamado de su hermana salió disparado hacia el lugar donde ella le contó que estaba. Eran casi las nueve de la noche cuando la encontró. Y lo que vio fue dramático.
Florencia estaba corriendo no muy lejos de su casa cuando, cerca de un descampado, se encontró con los perros. Intentó correr e ingresó a un campo de difícil acceso, pero los perros la alcanzaron y la rodearon. Y entonces comenzó el ataque que terminaría en una tragedia. Florencia estaba corriendo no muy lejos de su casa cuando, cerca de un descampado, se encontró con los perros. Intentó correr e ingresó a un campo de difícil acceso, pero los perros la alcanzaron y la rodearon. Y entonces comenzó el ataque que terminaría en una tragedia.
La chica estaba inconsciente. Enzo pidió ayuda y junto a un familiar lograron sacarla del campo donde había sido atacada. En el lugar ya había una ambulancia que esperaba por ella. La llevaron al Hospital José Giordano, pero el deceso fue inevitable: Florencia murió desangrada.
Habían pasado menos de dos horas desde que, en un intento desesperado por salvar su vida, llamó al teléfono de Enzo y le contó lo que había pasado. Los perros le habían provocado serias lesiones en las piernas, los brazos y el pecho. Perdió mucha sangre.
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Lo que viene ahora es una investigación judicial que debe empezar por el principio: hay que hacer una autopsia para determinar cuál fue la causa de la muerte. También hay que indagar sobre los perros y sobre quién o quiénes son sus propietarios. La primera hipótesis es que son callejeros, aunque será un aspecto central de la pesquisa.
Florencia se definía a si misma como una joven caprichosa, porfiada y sensible. Al menos es lo que decía en su perfil de Facebook. En San Juan el episodio que terminó con su vida causó una gran conmoción y este martes allí no se habla de otra cosa.