La separación de Shakira y Gerard Piqué tiene muchas aristas, tantas que en torno a ella no dejan de aparecer nuevas hipótesis, alguna probable como las infidelidades y otra más compleja como una supuesta adicción al sexo, en la que intentan sustentar el comportamiento del futbolista de Barcelona.
Tras 12 años de convivencia, la cantante colombiana le puso fin a su historia con Piqué al haber descubierto infidelidades del español, y según cuentan desde el entorno familiar ella decidió pedirle la separación de manera indeclinable ya cansada de la reiteración de hechos similares.
Shakira y Piqué no están casados, razón por la cual no habrá necesidad de divorcio legal, no obstante los padres de Milan (9 años) y Sasha (7 años) enfrentarán una separación millonaria, ya que ambos cuentan con un capital enorme con propiedades en distintos lugares del mundo que hacen una importante cifra.
Los medios españoles ya informaron que el diálogo entre las partes no es fluido, razón por la cual, y ante la complejidad del acuerdo final, tanto la cantante como el deportista contrataron estudios jurídicos con probada trayectoria para que negocien una salida consensuada.
Según el sitio web Celebrity Net Worth, la cifra de la que se habla es de 700 millones de euros, que incluye departamentos en España, Colombia y Miami, aunque desde el ámbito deportivo sostienen que esa cifra es aún mayor.
No obstante, los letrados coindicen en adelantar que las tratativas no serán tan complicadas como se especula porque la cantante de 45 años y el futbolista de 35 no contrajeron matrimonio.
En cuanto al dato de que una de las causas que detonó finalmente a la pareja sea una supuesta adicción al sexo por parte de Piqué, desde el entorno de ambos prefirieron mantener el blindaje sobre la separación, la que fue anunciada mediante un comunicado, pero después se negaron sistemáticamente a referirse al conflicto.
Pero allegadas a Shakira dan por cierta esta adicción de Piqué, a tal punto que por ese motivo ellos se habían puesto de acuerdo en establecer en los últimos tiempos una relación abierta, pero con la condición de que ningún hecho extra matrimonial trascendiera en público.