Los dos salieron a escena y recibieron la misma ovación que un equipo que perdió una final por goleada y la gente los va a esperar al aeropuerto porque el sentimiento va más allá de los títulos.
Por Pedro Squillaci
Los dos salieron a escena y recibieron la misma ovación que un equipo que perdió una final por goleada y la gente los va a esperar al aeropuerto porque el sentimiento va más allá de los títulos.
El aplauso de bienvenida en un Círculo colmado ya aseguraba que esa noche no sería la de un sábado más.
Lisandro Aristimuño y Raly Barrionuevo presentaron en sociedad su nuevo proyecto "Hermano Hormiga", con canciones de uno y otro, pero también de Silvio Rodríguez, de Juan Luis Guerra, y hasta dos temas inéditos, como lo fueron "Vida" del rionegrino y "Amanda", del folclorista santiagueño. Esta mixtura de paisajes también le dio un colorido distinto al show. Porque el recital fue mucho más que uno haciendo las canciones del otro, o que Aristimuño le ponga los coritos a un tema de Raly y viceversa. No. El disfrute que salía de las interpretaciones de canciones como "El plástico de tu perfume" y "Niña luna" hizo que por momentos nadie supiera quién era el autor del tema, porque la complicidad, la alegría que transmitían y la calidez y calidad que pusieron al tocar y al cantar sobrepasó cualquier cuestión de egos, o de autoría. Y como si fuera poco, el aporte de César Elmo en la percusión le sumó vuelo más allá de sutileza rítmica.
La alusión al Día del Amigo era cantada, parecía que fuese a propósito que en el momento en que todos los bares estaban atestados de gente brindando por la amistad, en el teatro dos compañeros de ruta eligieran este día para compartirlo con el público. La sensibilidad que transmitían a dúo fue notable. Era imposible no emocionarse con la letra potente de "El necio", de Silvio, y cantar a coro con la gente "Ojalá que llueva café". El ai re festivo se ratificó cuando cuatro mujeres salieron a bailar chacarera en los pasillos del teatro en "La Sixto Violín", de Raúl Carnota, dedicada al eterno Sixto Palavecino.
Aristimuño tiene un pulso cancionero sureño y una identidad interpretativa que encaja a la perfección con la energía folclórica y con cierta carga ideológica de los temas de Raly. Hay una mixtura saludable en cada tema. Incluso se notó en el estreno de "Vida", de Lisandro, y de la versión al piano de Raly con la emotiva "Amanda".
Para los bises, decidieron algo más intimista y en solitario. Primero fue Raly con su clásico "Ey paisano" y después Aristimuño con "Me hice cargo de tu luz".
E l final a dúo fue con "El amanecer", de Son de Madera, para salir del teatro cantando. Se fueron como llegaron, ovacionados. Y el título de campeones se lo dio la gente.