El peronismo rosarino sigue disperso tras las elecciones del Concejo de Rosario, con ganadores y perdedores, pero con la posibilidad de unidad sobrevolando. El objetivo de competir por la Intendencia en 2027 con Más para Santa Fe ya se pone arriba de la mesa, pero antes piensan juntar voluntades para obtener la Presidencia del Palacio Vasallo.
Parte del peronismo integra la alianza vencedora de este domingo que lidera Juan Monteverde, del partido Ciudad Futura, quien convocó a los peronistas díscolos.
La invitación hace algo de ruido porque durante la campaña el propio Monteverde trató de no pegarse al peronismo tradicional que lo acompaña, de la situación de Cristina Fernández de Kirchner y, sobre todo, del mote de “alianza peronista”. Algo que evidenció un equilibrio incómodo que se mantendrá.
Todavía perdura un problema de identidad que empezará a definirse a partir de esta semana en Más para Santa Fe. ¿Qué rol ocupará el peronismo en una alianza que encabeza la centroizquierda y la cual no quiere saber nada con someterse? Por el contrario, Monteverde, quien ganó y tiene derecho a imponerse, es bastante cauto cuando le hablan del rol del justicialismo.
El peronismo, ¿ganó?
“¿Ganó el peronismo en Rosario?”, le preguntó, atinada, este lunes la periodista María O’Donnell. “Ganó una fuerza muy amplia, donde el peronismo es estructurante. Muchos venimos de otros lados”, contestó el concejal electo que quiere ser intendente en 2027.
Más para Santa Fe es una alianza generada para las elecciones a convencional constituyente y al Concejo de Rosario conformada por Ciudad Futura, el Movimiento Evita, el rossismo y vertientes justicialistas más tradicionales y progresistas.
Muchos peronistas quedaron afuera, pero el propio Monteverde hizo un llamamiento tras el discurso de ganador. “Dos candidatos que habían llegado a la política por el justicialismo fueron por afuera. Si iban por adentro, ganábamos por 40 puntos. Ya los convocamos a que se sumen”, contó.
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Monteverde en los festejos, tras lograr una victoria ajustada.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital.
Sin embargo, Roberto Sukerman, quien sacó cinco puntos y quedó fuera de competencia, rechazó la propuesta y lo contradijo. “Mi experiencia con Monteverde ha sido muy mala. Podés tener cruces, pero pedir que te bajes es mucho. Uno lo espera de sectores antiperonistas. Si eso no pasaba, hoy podríamos decir que el PJ sacó 40 puntos. Pero no lo puede decir porque nos pidió a mi y a Lisandro Cavatorta que nos bajemos”, disparó en LT8 Sukerman.
Por el contrario, Cavatorta ya pensó en reunirse luego de ser picante en los últimos días y tratarlo de no peronista. “Le dije a Juan que me alegraba su victoria sobre los libertarios y que es una buena noticia para los que pensamos parecido. Hay que seguir trabajando para ganar la ciudad en 2027", confesó a La Capital.
Fernanda Gigliani, concejala de raíz peronista que tiene en el Palacio Vasallo su espacio Iniciativa Popular, fue más cauta a la hora de pensar en un interbloque con Más para Cambiar Santa Fe.
“Vocación de unidad siempre hubo y sigue intacta. Pero recibimos mucha violencia y agresión en estos últimos días. Es todo muy reciente para hablar de futuro”, aseveró.
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La otra integrante del justicialismo es la concejala María Fernanda Rey. En Más para Santa Fe ya la cuentan adentro, quizás pensando en una jugada política en el futuro Concejo, más que certezas.
El primer test será la Convención, donde habitan tanto Monteverde como el justicialismo tradicional con evidentes diferencias conceptuales e ideológicas. También Marcelo Lewandowski que compitió por fuera del PJ con su sello Activemos y ha sido protagonista del peronismo en los últimos años.
A su vez habrá un mojón especial en la negociación de las listas de postulantes a diputado nacional. Más para Santa Fe quiere a Eduardo Toniolli para encabezar. Los senadores, peso pesado en el justicialismo, no.
Ahora bien, la pregunta de fondo es cómo se definirá el peronismo que, en el último año y medio, chocó con una dura derrota frente a Maximiliano Pullaro, no pudo unirse en el PJ y terminó asomando la cabeza a la superficie de la mano de un candidato de otro signo político.
El peronismo tendrá que definir qué quiere más allá de los ánimos festivos, y si está dispuesto a la posibilidad de ser furgón de cola de la centroizquierda que representa el ganador Monteverde, quien ya se anotó para ser intendente. Faltan dos largos años.
“Con Monteverde no alcanza, sin el peronismo no se puede”, podría reconvertirse aquella frase de Alberto Fernández sobre Cristina.