Ahora sí, el álbum de la transición santafesina está completo: 25 días después de las elecciones, llegó la primera foto entre Omar Perotti y Maximiliano Pullaro. El gobernador saliente y el mandatario entrante viajaron hasta Coronda para firmar el contrato del acueducto interprovincial Santa Fe-Córdoba. Allí se sumaron otro gobernador que se va y otro que llega: Juan Schiaretti y Martín Llaryora.
En un clima distendido, los cuatro dirigentes pusieron el gancho a una obra que llevará agua a la provincia mediterránea y es financiada por el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Económico Árabe.
“Desde el túnel subfluvial, hace cincuenta años, que no teníamos una obra de características provinciales de la magnitud como tenemos hoy”, dijo Perotti, que defendió la inversión pública ante la amenaza de la motosierra de Javier Milei.
“La presencia del Estado es fundamental en momentos donde vemos discusiones sobre el rol del Estado. ¿Cuál sería la perspectiva para cada una de las poblaciones si quedara librado al mercado, a si es redituable o no?”, interpeló el rafaelino, que buscó volar por encima de la turbulencia de la coyuntura y le hizo un gesto a su sucesor en la Casa Gris.
“La política en Santa Fe y en Córdoba tiene prioridades claras y objetivos que van más allá de si en algunas cosas coincidimos y en otras no. Primero están las necesidades de la gente”, señaló Perotti.
Participaron del acto referentes de la gestión Perotti y la primera línea de Unidos para Cambiar Santa Fe, la coalición que contará no sólo con el Ejecutivo sino con mayoría propia en la Legislatura. Todos aplaudieron cuando se recordó a Miguel Lifschitz, impulsor junto a Schiaretti del acueducto.
Firma contrato inicio Acueducto Interprovincial Santa Fe - Córdoba
La transmisión oficial de la provincia captó a Perotti y a Pullaro hablando varias veces en un clima cordial. En el entorno del radical destacaron el carácter “institucional” del acto y lo ubicaron en el mercado de una transición que se da en un marco de cordialidad pero, aseguraron, la información no fluye a la velocidad y en el volumen que esperan. En la Casa Gris lo niegan.
Pero además, cerca de Pullaro también se quejan por el avance de licitaciones y designaciones a pesar de que les habían pedido expresamente a los enviados del gobernador que frizaran ese tipo de movimientos administrativos.
La transición se abrió formalmente el 19 de septiembre. De un lado de la mesa se sentaron tres representantes de la administración Perotti: los ministros Marcos Corach (Gestión Pública) y Juan Manuel Pusineri (Trabajo) y el senador por Castellanos, Alcides Calvo. Del otro, tres enviados de Pullaro: los senadores Felipe Michlig (San Cristóbal) y Lisandro Enrico (General López) y el secretario parlamentario de la Cámara de Diputados de la provincia, Gustavo Puccini.
La troika radical se perfila para tener ocupar lugares destacados en el gabinete. Michlig está cerca de Gobierno, Enrico de Obras Públicas y Puccini estará a cargo del área de de Producción.
A partir de entonces, hubo una serie de encuentros temáticos. Así, se sucedieron reuniones sobre obras públicas, seguridad, salud, cultura, educación, justicia, trabajo, producción ambiente y desarrollo social.
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La indicación de Pullaro para sus referentes temáticos es no sobreexponerse. No quieren proyectar una imagen de cogobierno que empiece a desgastar a los funcionarios entrantes. También deslizan que tanto a ellos como a Perotti les sirve un interregno pacífico. “Omar lo necesita, su única agenda es la transición. Es como un boxeador golpeado, que necesita aire y para eso se abraza a su rival”, señalan en el búnker radical.
Desde el 11 de diciembre, Pullaro compartirá su período de gestión con Llayora, encarnación de una nueva versión del cordobesismo. Gane quien gane las elecciones del 22 de octubre, ambos serán jugadores importantes del tablero nacional.
Exponente de la vieja guardia de la fuerza fundada junto a José Manuel de la Sota, Schiaretti, que compite como candidato a presidente en una alianza de la que participa el socialismo, calificó a Santa Fe y a Córdoba como “provincias hermanas mellizas” porque tienen la misma cantidad de habitantes, superficie, producto bruto geográfico y presupuesto.
El cordobés apeló a un clásico de su repertorio federal y destacó que “el país necesita a la Región Centro, es el motor productivo del país y debe ser considerada como corresponde”.