"Basta Mauricio Macri de liberar genocidas", fue el contundente reclamo que surgió de la enorme multitud y desde el escenario en el acto por memoria, verdad y justicia, al cumplirse el 42º aniversario el último golpe de Estado "cívico-militar-eclesial". La alusión era claramente a la cantidad de represores condenados que vienen siendo beneficiados por el régimen de prisión domiciliaria. "Este plan económico es el mismo de la dictadura, y es por eso también que estamos acá para resistirlo", fue otra de las consignas eje.
"Hoy seguimos luchando junto al pueblo para frenar este proyecto de hambre, entrega, represión e impunidad, como cuando copamos las calles con los organismos de derechos humanos para decir no al 2x1 a los genocidas, como los pasados 14 y 18 de diciembre contra la reforma previsional, como el 21 de febrero junto a los sindicatos y movimientos sociales y como el 8 de marzo con el movimiento de mujeres", aseguraron las decenas de organizaciones humanitarias, sociales, estudiantiles, políticas y gremiales que elaboraron un documento único.
El blanco de las críticas y los reclamos fue el presidente Mauricio Macri, tanto por su política económica como la de derechos humanos sean por hechos del pasado como del presente. El canto "Macri basura vos sos la dictadura" fue desplazado en parte por el llamado "hit del verano" en los coros de la multitud.
La marcha se inició pasadas las 17.30 desde la plaza San Martín y se dirigió como es habitual a la sede de bulevar Oroño al 900 de los Tribunales Federales. Una vez más fueron voceados los nombres de desaparecidos acompañados del grito: "Presente, ahora y siempre", y la exigencia de que no haya más dilaciones con los juicios —en Rosario se volvieron a suspender los procesos Feced 3 y Klotzman— y que los magistrados no envíen a los represores a su casa.
"Somos 50 mil los que estamos aquí", dijo el referente de la agrupación Hijos Juane Basso desde el escenario, y las casi 30 cuadras a lo largo de las que se extendió la marcha parecían darle la razón. También fue notorio el cambio de escenario: se pasó del Patio Cívico del Monumento a la Bandera, ya que está en obras de restauración, a una estructura montada cruzando la avenida Belgrano y de espaldas al río. Ese vasto espacio verde fue colmado por las columnas que tardó más de una hora y media en ingresar.
El "aguante" se hizo con números artísticos de las murgas "Mal ejemplo" y "Los vecinos recontentos", que prepararon músicas con letras dedicadas a fustigar ácidamente las políticas del gobierno nacional.
Entre las decenas de pequeños carteles con los rostros y nombres de víctimas de la dictadura, también estaban los de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, muertos en la Patagonia en medio de operativos represivos de fuerzas de seguridad.
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Unos 50 mil rosarinos marcharon ayer, según las estimaciones de los organizadores, y fue colmado el parque frente al Monumento.
"Los 30 mil compañeros y compañeras están presentes, en cada brazo joven que alza una pancarta, en los pañuelos blancos, en cada lucha del pueblo argentino, en cada uno de los que seguimos peleando para que alguna vez todo sea como lo soñamos", exclamaron durante la lectura del documento conjunto en un giro a la poesía de Paco Urondo.
"Este 24 nos encuentra con un gobierno nacional que representa cabalmente a los sectores imperialistas y oligárquicos, responsables de la miseria, el hambre y la entrega del pueblo argentino", añadieron.
"No hay reconciliación con los asesinos, torturadores y criminales de lesa humanidad. En una liberación encubierta, casi una amnistía, en prisiones domiciliarias, los genocidas cada vez gozan de más libertad. Los seguiremos escrachando y luchando por su prisión efectiva. Porque a los genocidas el único lugar que les cabe es la cárcel", plantearon.
Ese fue el principal reclamo ante el comportamiento cada vez más frecuente de la Justicia federal de otorgar el arresto domiciliario a genocidas con condena. El caso de Miguel Etchecolatz, que pasó tres meses en su casa de Mar del Plata, y fue retornado a la cárcel de Ezeiza luego de una fuerte repulsa popular, es el más conocido, pero no el único. La lista del Servicio Penitenciario Federal para "descomprimir" la población carcelaria con candidatos a pasar a prisión domiciliaria incluyendo a casi un centenar de represores, entre ellos Alfredo Astiz, colmó los ánimos. El "hit del verano" también se extendió a la otoñal tarde-noche rosarina.