La agente policial Antonella Celeste Ortiz, de 35 años y empleada provincial, fue condenada este martes a 15 años de prisión por matar a un hombre en septiembre de 2022. Maximiliano Lucero tenía 33 años cuando, tras una discusión por asuntos vecinal en el barrio Nuevo Alberdi, la agente le disparó a la cabeza con su arma reglamentaria.
Luego de una semana de juicio oral y público, este martes el tribunal de Primera Instancia compuesto por los jueces Trinidad Chiabrera, Silvana Lamas González y Carlos Leiva condenó a Ortiz a 15 años de prisión efectiva. La sentencia por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego comprende también la inhabilitación por 10 años para tener y portar armas de fuego, así como para ejercer cargos públicos.
La condena decidida por el tribunal no coincidió con la sentencia solicitada por el fiscal Lisandro Artacho, que había sido de 22 años de prisión al igual que lo pidió el querellante Agustín Genera, representante de uno de los dos hijos de la víctima. Otra querella, llevada adelante por Federico Garat y Marcia López, había pedido 33 años de prisión. “Estamos a la espera de los fundamentos del tribunal para saber los motivos de la decisión”, indicó Artacho al final de la lectura de la sentencia.
El crimen
El asesinato ocurrió el 7 de septiembre de 2022 al mediodía en la cuadra de Matheu 3441. Hasta ese lugar llegó caminando Lucero, quien vivía a unas cuadras, y desde la calle llamó a la pareja de Ortiz, conocido como El Pelado, para que saliera a saldar una deuda que tenía con él. Al parecer, por la venta de una garrafa. Este hombre se asomó al umbral y le gritó que se fuera después de advertirle que “no sabía con quién se estaba metiendo”.
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Para el fiscal, en los primeros días la acusada “construyó una versión falsa de los hechos que fue rápidamente desmentida por la prueba recolectada”. “Luego, acorralada por las pruebas, asume la responsabilidad. Pero no deben creerle cuando intenta alegar que se trató de una respuesta a una agresión armada”, explicó el funcionario en su acusación. La empleada policial había dicho que disparó al ver un arma en la mano de Lucero, aunque al declarar en la primera jornada del juicio negó este punto.
De licencia y con arma reglamentaria
Al finalizar la lectura de la sentencia, el fiscal Artacho analizó que el crimen ocurrió “por un conflicto vecinal que no debió pasar a mayores”. “Ortiz decidió tomar el arma de fuego reglamentaria y disparar hacia la víctima, impactando en el cráneo de la misma y ocasionando el homicidio”, explicó.
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La familia Lucero estuvo acompañada todo este tiempo por organizaciones sociales y de derechos humanos que trabajan en situaciones de violencia institucional y gatillo fácil. Este martes se notó el descontento ante una condena que no se asemejó a la solicitada por Fiscalía y querellas.
“La Fiscalía entiende la preocupación que generan los casos conocidos como de gatillo fácil. Yo entiendo que en este supuesto no se configuran las circunstancias que comúnmente se asocian a este tipo de acontecimientos. No estaba en funciones en ese momento, estaba con licencia médica. Sí es cierto que utiliza el arma que el Estado le había provisto para cumplir sus funciones”, sostuvo Artacho.