Como un correlato de los enfrentamientos que dejaron más de veinte muertos en terreno, el contrapunto entre bandas de los barrios Tablada y Municipal parece hacer eco en los estrados judiciales. Un sobrino de Roberto “Pimpi” Caminos que cumplía 26 años de prisión por tres homicidios sumó a esa condena un año y medio más como líder de la asociación ilícita integrada por descendientes de su tío. Una organización a la que se atribuyen robos, amenazas y usurpaciones. En la otra vereda, dos referentes la facción rival afrontan un juicio desde el lunes.
Fernando Andrés “Andy” Caminos aceptó en un juicio abreviado una condena como jefe del clan que lleva su apellido. Se trata de la banda integrada por descendientes de su tío Pimpi, el histórico líder de la barra brava de Newell’s asesinado a tiros frente a un bar en marzo de 2010. El juez José Luis Suárez homologó el acuerdo por los delitos de amenazas, usurpación y robo, además de la conducción de la banda. Andy aceptó haber dirigido la asociación ilícita como mano derecha de Alexis Caminos, su primo e hijo de Pimpi, cuyas órdenes ejecutaba. Le otorgaron 7 años y medio de prisión. Pero, por un método de composición de la pena, se unificó en 27 años y medio con la condena que había aceptado en 2019 por tres homicidios.
La pelea entre el clan Caminos y el grupo rival del tándem Ungaro_Funes dejó al menos 28 homicidios sólo entre 2016 y 2018 en la zona comprendida por el barrio Municipal de Grandoli y Lamadrid, Tablada y República de la Sexta. La confrontación tuvo un pico el 11 de marzo de 2016 cuando fue asesinada a tiros la madre de los hermanos Funes frente a su casa de Ayacucho y Uriburu. Uno de ellos, Alan Funes, de 23 años, comenzó a ser juzgado este lunes por integrar la banda rival a los Caminos junto a René “El Brujo” Ungaro. Este último como quien dirigía al grupo desde la cárcel, donde cumple condena a 12 años de prisión por el crimen de Pimpi.
Luego de un verano cargado de muertes cruzadas, esa organización grupo cayó en un operativo de abril de 2018 al que se bautizó “Los Miserables”. Ocho meses después, en diciembre, sería el turno de los Caminos. Más de veinte personas fueron detenidas y acusadas de integrar una asociación “con permanencia en el tiempo” y destinada a cometer delitos “contra la propiedad, la libertad y la integridad física de las personas”. Una parte de las actuaciones fue girada a la Justicia Federal por actividades de narcotráfico.
Además de asumir el rol de organizador de esa asociación ilícita, Caminos fue condenado por los delito de amenazas calificadas por uso de armas, dos hechos de amenazas coactivas calificadas por compeler a la víctima a abandonar su residencia y un hecho de robo calificado cometido en poblado y en banda. La fiscal Viviana O' Connell planteó que “el objetivo de la asociación era disputarse el poder en la zona” para garantizar un control del territorio. Es por esto que “se usurpaban las viviendas y se les sustraían pertenencias a los vecinos que no formaban parte de la organización o de algún modo se oponían al control total del barrio”.
En ese orden, se le atribuyó a Andy haberse presentado a las 2 de la madrugada en una casa de Lamadrid al 100 bis junto a otras personas que obligaron a una familia a abandonar la casa “golpeándolos con la culata de un arma de fuego y con golpes de puño, rompiendo elementos de la vivienda, manifestando que se tenían que ir”. Una hora más tarde regresaron con armas y efectuaron nuevas amenazas para que las víctimas dejen el domicilio y no realicen la denuncia. “Tanto el imputado como sus acompañantes permanecieron allí en la vivienda, sin permitir que los moradores retiren sus pertenencias”, señaló la fiscal.
>>Leer más: Arrancó el juicio oral a René Ungaro y Alan Funes por integrar una asociación ilícita
En calidad de integrante de una línea inferior de la organización, en tanto, también fue condenada Nélida Cayetana Aguirre a 3 años de prisión efectiva por los delitos de asociación ilícita, tenencia ilegítima de una pistola Bersa 9 milímetros y encubrimiento agravado por ánimo de lucro. Esto último, por haber ocultado en su casa una moto Yamaha robada de la calle en agosto de 2018 en Villa Gobernador Gálvez.
Andy está preso desde enero de 2017 por el crimen de Carlos “Pelín” Juárez, un hombre de 37 años abatido de dos disparos a la cabeza desde una moto la medianoche del 25 de diciembre de 2016, en Grandoli y Lamadrid. “Ya le volé el gorro al Tío Pelo”, comentó Caminos a otra persona en una escucha telefónica. En julio de 2019 aceptó en un juicio abreviado una condena a 26 años de prisión efectiva por ese y otros dos homicidios.
Otro de los crímenes fue el de Lorena Ojeda, de 16 años. El 16 de diciembre del 2016, cerca de la medianoche, en Vera Mujica al 2900, Andy junto a otras tres personas llegaron a la casa de la adolescente y le dispararon al menos seis veces cuando en realidad buscaban a su hermana Brisa, testigo de un homicidio atribuido al grupo. El ataque fue instigado desde la prisión por Ariel “Tubi” Segovia, quien fue asesinado en su celda de Coronda en 2018.
Por último fue condenado por el crimen de Cristian Reynoso, quien era testigo de un crimen atribuido a la banda de Los Monos y la tarde del 19 de abril de 2018 fue ejecutado a tiros por dos o tres personas que lo persiguieron en un Fiat Siena y una moto 125 en el barrio Saladillo.