La fusión de los ministerios de Seguridad y Justicia encuentra en Pablo Cococcioni un funcionario con experiencia en ambas áreas. Abogado especialista en derecho procesal penal y docente en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), el futuro titular de un ministerio clave y más que sensible también exhibe una extensa carrera en el ámbito penitenciario de la provincia de Santa Fe, donde fue funcionario de Maximiliano Pullaro cuando él era el ministro. Con esos saberes teóricos refrendados por años de práctica en la función pública, asumirá al frente de una cartera que desde el 10 de diciembre englobará ambas cuestiones con la idea previa de optimizar su articulación y funcionamiento.
De 43 años y nacido en Santo Tomé, Cococcioni ingresó en 2008 en la Secretaría de Asuntos Penitenciarios donde desplegó una carrera primero como asistente técnico, luego como titular de la cárcel de Coronda, director general del Servicio Penitenciario y secretario de Asuntos Penitenciarios. En ese ámbito tuvo como uno de los principales problemas a resolver la superpoblación de los penales de las comisarías, que redujo al mínimo sobre la base de un programa de construcción de dependencias carcelarias que sumó 2.800 plazas. También se lo recuerda por haber gestado lo que en su momento se conoció como "pabellones para reclusos de alto perfil", un dispositivo que fue minimizado durante la gestión de Omar Perotti y que sería reformulado por el próximo gobierno.
Su tarea como ministro a cargo de la Justicia y la seguridad púbica ya tiene un antecedente teniendo en cuenta que su recorrido como funcionario del gobierno de Miguel Lifschitz culminó, entre 2018 y 2019, como coordinador del gabinete y articulación con el Poder Judicial. También fue asesor del bloque de diputados provinciales de la UCR y estuvo al frente del área de Servicios Públicos del municipio de Santo Tomé.
Su relación con Pullaro va más allá de la gestión pública, ya que Cococcioni es el abogado que lo representa como querellante en una causa vinculada con la difusión de escuchas a su teléfono cuando era ministro y en otra que investiga al ex ministro de Seguridad Marcelo Saín por receptación indebida de información. Además, en 2022 se incorporó a los equipos técnicos del futuro gobernador de cara a la campaña electoral.
En los últimos años publicó dos libros relacionados con las temáticas que ahora afrontará como ministro. “Ejecución de la pena privativa de la libertad”, en 2018, y “Derecho Procesal y Penal. Teoría y práctica del sistema acusatorio de Santa Fe”, editado en 2021.
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Atender las urgencias
En cuanto a sus planes para gestionar la seguridad pública en la provincia, Cococcioni asumirá con la idea de que el tiempo no sobra si se trata de recuperar la confianza de la sociedad y legitimar la acción estatal. Entre las prioridades aparece mejorar la respuesta del sistema 911, no sólo en lo relacionado con las demandas de los vecinos sino también para no dilapidar una de las principales fuentes de información necesarias para afrontar el delito como son las denuncias.
Para ello, la primera medida sería poner en funcionamiento no menos de 200 móviles policiales en las calles rosarinas —hoy calcula que no hay más de 50— y cien en la capital provincial, ya que si el 911 mejora la tecnología pero no tiene los patrulleros suficientes se deslegitima como servicio. Y Cococcioni cree que si un móvil llega a tiempo a una emergencia eso motiva a los vecinos a aportar mejor información a la policía.
Todo apunta a que esa será la prioridad para luego poder avanzar en reformas más profundas. En este sentido, el futuro ministro es partidario de que Santa Fe adhiera a la ley de desfederalización del narcomenudeo que más allá de las controversias que supo despertar hoy sería aplicada en un contexto en el que la Justicia provincial viene investigando desde hace tiempo a bandas que despliegan todo tipo de violencia en los barrios para asegurar territorios donde dominar la venta de drogas a los consumidores.
Por otra parte, la investigación del narcotráfico a gran escala, tanto interno como internacional, seguirá en el ámbito de la Justicia federal. Para eso en el entorno del futuro ministro confían en la buena relación que han entablado en los últimos tiempos fiscales federales y provinciales a la hora de compartir información y cooperar mutuamente.
En cuanto a la policía antinarcóticos, la idea es reformular antes que emparchar. Y sobre la conducción de la policía, una de las ideas principales pasar por renovar la conducción de la fuerza con funcionarios más jóvenes.
Se presume que el ámbito penitenciario, teniendo en cuenta que las cárceles han tenido en los últimos años tuvo cada vez más injerencia en la violencia que azota las calles, una de las ideas es restablecer el tratamiento de quienes se consideren como reclusos de alto perfil mediante la construcción de una cárcel especial de alta seguridad con estructura modular que llegue a albergar a unos 3 mil presos. Las cárceles también requieren reformas ya que fueron pensadas con otro modelo y en otra realidad.
Las reformas que se vienen
Pero además de las reformas edilicias, Cococcioni apunta a un nuevo marco jurídico —una ley de alto perfil— sobre esa problemática nueva que hasta ahora no recibió más que parches como trasladar a todos esos presos que puedan ser absorbidos por penales federales de otras provincias. Acotar las posibilidades de esos reclusos de gerenciar a las bandas desde sus celdas va a requerir reformas institucionales y jurídicas como edilicias.
Entre los cientos de temas que generan controversia en el ámbito de la seguridad pública está el de las comisarías que, en su gestión como ministro, Pullaro comenzó a cerrar con la idea de reemplazarlas por otro esquema. Ese proyecto trunco no fue continuado sino bastante criticado por los diferentes responsables de la cartera que desfilaron durante el gobierno de Omar Perotti, que tampoco insistieron con la reapertura de las seccionales. Cococcioni considera acertado aquel plan que el próximo gobernador quiso implementar teniendo en cuenta que las comisarías, a su entender, no tomaban bien las denuncias ni protegían a los vecinos de sus jurisdicciones. Pero también sabe que las comisarías cerradas no fueron reemplazadas y eso cayó muy mal en muchos barrios se quedaron sin referencias. Es probable que su gestión retome la idea de las grandes estaciones policiales y las combine con otros dispositivos en pequeños territorios donde sean necesarios.
Todas las ideas que Cococcioni tiene para encarar su labor como ministro dependen de la información con la que cuente sobre la temática a abordar. Para ello, desde fines de septiembre mantiene reuniones con los actuales responsables de Seguridad y Justicia del gobierno de Perotti, a quienes les ha solicitado datos sobre cantidad de efectivos en servicio y móviles policiales, población de detenidos, procesos licitatorios en marcha, obra pública, armamento y otros temas.
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Pablo Cococcioni, de los equipos técnicos de Maximiliano Pullaro, y Claudio Brilloni, actual ministro de Seguridad. La reunión se realizó en muy buenos términos.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital
Más allá de sus planes, el futuro ministro de Seguridad y Justicia también está atento a lo que pasa en la provincia en una dinámica criminal que, al menos en Rosario, parece ir traspasando límites todo el tiempo. Por eso sus declaraciones más recientes en este contexto tuvieron que ver con el asesinato de un policía que custodiaba a un preso internado en el Hospital Provincial al que aparentemente quisieron liberar a los tiros. En ese sentido adelantó que ese tipo de problemáticas serán abordadas en conjunto con el área de Salud.
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Pero también deslizó algunas de las ideas que intentará poner en práctica desde el 10 de diciembre. “Tenemos un problema estructural, la fuerza de seguridad se comenzó a convertir en una estructura burocrática, hay que volver a volcarlos a funciones operativas”, dijo Cococcioni a LT8, preocupado por la situación y con la intención de “trabajar para restablecer la autoridad total en Rosario y la provincia. Las señales se van a dar en el corto plazo. Algunas transformaciones van a llevar más tiempo, pero los rosarinos van a ver en la gestión un rotundo cambio de actitud en el gobierno”.