Hace un año y medio un ciudadano chino murió en la zona sur de la ciudad en un oscuro enfrentamiento con efectivos del Comando Radioeléctrico. El hombre de origen oriental recibió un tiro en la sien a corta distancia como corolario de un incidente que tiene explicaciones antagónicas. La policía señala que el hombre que murió, que iba acompañado por un connacional, le disparó a los efectivos al final de una persecución. Pero el hombre que iba con la víctima asegura que ninguno de los dos portaba armas de fuego, que por eso mismo no dispararon y que el incidente fue una ejecución sumaria.
Por las incosistencias policiales en la explicación oficial del hecho hay un policía detenido desde diciembre del año pasado acusado de ser quien produjo el disparo que mató al extranjero, llamado Dong Deyi. En ese marco Germán Mahieu, quien actúa como querellante por la viuda de la víctima y al mismo tiempo como abogado defensor del hombre que lo acompañaba y que está acusado de resistencia a la autoridad, pidió que se anulen las actas policiales que refieren el incidente por sus falsedades y le requirió al juzgado de Instrucción Nº 5, que lleva adelante el trámite y en el cual está a cargo la jueza Alejandra Rodenas, que convoque a indagatoria a todos los uniformados que participaron en aquel operativo.
El motivo de Mahieu es que, según las marcas de la autopsia el disparo que mató al ciudadano chino se efectuó a unos diez centímetros de la víctima, lo que aparece como impropio de una situación de enfrentamiento; a la vez el examen forense dice que los disparos ingresaron en la cabeza de Deyi de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante, lo que también contradice la trayectoria que debe llevar una bala cuando dos individuos contienden de frente.
In fraganti. El incidente investigado se produjo el 13 de octubre de 2013 a las 4.20 cuando, según el acta policial, agentes del Comando Radioeléctrico se toparon en 27 de Febrero al 6300 con un hombre de rasgos orientales que estaba pegando una nota escrita en chino en el portón de la empresa Agustín Berasategui e Hijos, dedicada a la venta de tubos y caños de acero.
Lo destacado según señalaron entonces los voceros policiales consultados fue que luego de colocar la nota el hombre realizó al menos tres disparos contra el portón. Eso motivó a los policías a darle la voz de alto pero el hombre se subió a un Citroën C4 en el que lo esperaba otro hombre al volante y emprendieron el escape. Así comenzó una persecución y un operativo cerrojo que terminó en Lavalle y Gaboto cuando el auto se incrustó en una zanja. “El conductor del vehículo (Yu Ken Sek) se bajó con un arma en la mano y disparó a los efectivos. Se repelió la agresión y cayó abatido su compañero”, dijeron entonces las fuentes policiales.
Mahieu llama la atención que por la discordancia entre las actas y el hecho hay un policía preso imputado por homicidio agravado y no por un acto de represión legítima de un delito. Se trata del cabo Ricardo M.
Para el abogado la falsedad del acta policial está en principio en que se consigna un enfrentamiento cuando la autopsia señala que el tiro que mató a Dong Deyi se efectuó a diez centímetros y dejó la típica aureola ahumada en el cuerpo que marca un disparo hecho a mínima distancia. El letrado señala que la conducta antijurídica no fue solo de quien disparó sino de los camaradas que le prestaron la necesaria colaboración para encubrir el hecho lo que los hace pasibles de ser perseguidos como partícipes secundarios de homicidio.
Vicios de la pesquisa. El reclamo es que no se puede acreditar la existencia de persecución, ni de enfrentamiento ni de que la secuencia de disparos se hubiera producido tal como se narra. Tampoco que las armas atribuidas a los civiles hayan sido en efecto halladas en poder de ellos. “Producto de todos los vicios no se puede saber qué es verdad y qué no lo es. Imposible definir cuántos móviles hubo ahí o si se recogieron todas las vainas de los disparos. Además desapareció la tapa del baúl del Citroën C4 que hubiera servido para determinar cuántos disparos se hicieron”. Aunque la defensa tomó fotografías, según aduce Mahieu, que acompaña como prueba.
En consecuencia, lo que pide el defensor es que se declare nula toda la prueba por la falsedad del acta de procedimiento, que se levante la imputación de resistencia a la autoridad contra Yu Ken Sek por ser el delito que se le atribuye indemostrable y que se instruya sumario contra los policías participantes del hecho por incumplimiento de los deberes de funcionario público, abuso funcional, falsificación de instrumento público, con los agravantes por ser funcionarios públicos. “El acta policial es un instrumento realizado al solo fin de ocultar no una acción legal con el resultado de una persona muerta sino una ejecución mafiosa”, señaló Mahieu.