“Mi hermano era un pibe querido en el barrio. Una persona que buscaba trabajar y estudiar para ser mejor. Nosotros llevamos un apellido que tiempo atrás estuvo mucho en los diarios. Nos juzgan por el apellido y nada que ver. Somos una descendencia nueva”. Juan es uno de los siete hermanos de Néstor Andrés Arduvino, un pibe de 18 años asesinado en una balacera ocurrida el lunes en las inmediaciones de un playón de Virasoro y Beruti, en barrio Tablada. Juan estaba con su hermano y otras treinta personas cuando alrededor de las 17.30 pasó una moto Honda Wave y el acompañante comenzó a disparar “al bulto”. De los dos heridos en el ataque, Néstor fue el que sufrió las lesiones más graves y el jueves a la noche murió en el hospital donde estaba internado.
“Muchos éramos familia pero también había vecinos. Disparó al bulto, así que no sabemos para quién era. Otro de mis hermanos recibió una herida y el acompañante de la moto se bajó para rematarlo, pero el arma se le trabó”, rememoró Juan sobre la balacera de aquella tarde. En el episodio uno de sus primos también fue baleado y debió ser internado. Luego de tres días de agonía, Néstor falleció con heridas de arma de fuego en la zona lumbar.
Juan no esquiva preguntas, pero se incomoda cuando se lo consulta por su parentesco con Andrés “Lepe” Arduvino, un joven de 23 años que murió en un oscuro episodio que se produjo el 8 de abril de 2012 dentro de un estudio jurídico ubicado en la planta baja de un edificio de Montevideo 1629.
“Nosotros no tenemos nada que ver con esa historia de cuando los Arduvino estaban en los diarios. Somos otra generación. No tenemos nada que ver con eso. Podés preguntar en el barrio y los vecinos te van a contar quién era mi hermano. Era una buena persona que sólo quería estudiar y trabajar para ser mejor”, explicó Juan a este diario.
Ritual de feriado
El lunes alrededor de las 17.30 un grupo de vecinos se reunió en las inmediaciones de Beruti y Virasoro para ir a jugar a la pelota como hacían habitualmente los fines de semana y feriados.
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“Ibamos a jugar a un playón que esta atrás del club Porvenir. Siempre jugamos a la pelota en ese lugar. Así que el que vino a disparar sabía que los vecinos jugábamos siempre ahí”, relató el muchacho. Varios de los que iban a jugar eran familiares de Arduvino. Juan relató que cuando estaban en los preparativos por el lugar pasó una moto Honda Wave con dos ocupantes y el acompañante desató un pandemónium de disparos con un revólver.
Néstor Andrés Arduvino, de 18 años, fue herido de bala en el décimo espacio intercostal, lo que le provocó una grave lesión hepática y renal. Quedó internado en el Hospital Provincial y la noche del jueves murió por la gravedad de las heridas. Su primo Leandro Jeremías, de la misma edad, sufrió una herida en el muslo izquierdo con orificio de salida.
Sin ayuda
“Yo agarré mi moto y con otro de mis hermanos cargamos a Néstor que estaba malherido. A mi primo lo llevó otra persona. Ibamos como locos, cruzando semáforos en rojo, hasta que vimos en 27 de Febrero y Necochea un patrullero. Me le crucé delante del vehículo y le pedí que cargara a mi hermano y lo llevara al hospital. O que nos hiciera de escolta para llegar más rápido y seguros”, contó Juan.
“Pero me dijeron que no _añadió_. Que era mucha responsabilidad cargarlo y que el móvil no funcionaba bien. Eso puede verse porque en esa esquina esta llena de cámaras. Quedó grabado. No nos dieron bola. No es como salió en el diario, que la policía lo llevó. No nos dieron pelota. Entonces seguimos en la moto por la nuestra hasta el Hospital Provincial”.
Néstor ingresó directamente a quirófano y tras una cirugía compleja quedó internado en grave estado hasta que este jueves antes de la medianoche falleció. “Mi hermano tenía sueños. Trabajaba armando escenarios para shows. Se había ido a vivir con la novia a la casa de la suegra, que era como su segunda mamá. No merecía que lo mataran así”, reflexionó Juan.
Los tiros de la cortada
El asesinato de Néstor Arduvino quedó en manos de la fiscal de Georgina Pairola. Para los investigadores todas las hipótesis están abiertas, aunque la de robo o tentativa de robo corre muy de atrás. Una de las teorías que se barajan en la investigación está ligada a una serie de balaceras con heridos en un pasaje de una sola cuadra: la cortada Iberia.
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El pasaje Iberia está entre Chacabuco y Esmeralda y entre Deán Funes y Garay. Según registros periodísticos el 19 de septiembre 2019 y el 31 de diciembre de ese año dos niñas de 1 y 2 años resultaron gravemente heridas por distintos ataques a balazos contra una vivienda.
Vecinos de la zona contaron que el objetivo de esos ataques era Fabricio “Momo” P., de 15 años, y que detrás de esas agresiones estaban “los Arduvino”, aunque otros hablaban de las huestes de los hermanos Lautaro y Alan Funes, quienes junto a Carlos “Pelo Duro” Fernández integraban la banda de René “Brujo” Ungaro, de la que luego se distanciaron.
El 5 de noviembre de 2021 Fabricio “Momo” P. circulaba en bicicleta cuando al llegar al cruce de Beruti y Dean Funes comenzó a ser perseguido por dos personas que circulaban en una Honda Tornado. “Momo” alcanzó a pedalear una cuadra y cayó de la bicicleta a la altura de Deán Funes y Esmeralda. Los tiratiros lo alcanzaron y varios disparos impactaron en la zona cervical y en la región submaxilar del adolescente, quien intentó salvar la vida a toda carrera mientas se tomaba la cara ensangrentada.
Por este hecho en febrero de 2022 el fiscal Ademar Bianchini acusó al apodado “Cumpy”, como quien conducía la moto, y a Nicolás Alberto M., alias “Cara de Burro”, de 23 años. Juan, el hermano de Néstor Arduvino, dijo desconocer “por dónde viene” el ataque que terminó con la muerte del joven. Y al ser consultado sobre las hipótesis en danza respondió: “Desconozco sobre los episodios de calle Iberia. No se de qué me estas hablando”.