Matías Montín recibió este lunes el alta médica en el Hospital Privado de Comunidad (HPC) y decidió volver junto a su familia rápidamente a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) para “estar con sus amigos”. Antes de abandonar la ciudad, el joven salvajemente golpeado en el boliche, Ananá del complejo La Normandina de Mar del Plata, habló con los medios y reconoció que los primeros días se preguntó “por qué a mí” y contó que las mamás de dos de los agresores imputados se contactaron con su papá.
“Con mi familia vivimos cada día como si fuera el último”, afirmó Matías en la puerta del hotel donde se alojó su papá Carlos y su mamá Viviana Cretton, mientras él transitaba la recuperación en el hospital. El joven dijo que se encuentra bien, aunque sabe que a partir de ahora tendrá que hacer “una vida muy tranquila, sin actividad física”. Por eso dijo que se propuso “disfrutar cada momento a partir de ahora y seguir adelante”.
Por este hecho, se encuentran imputados los rosarinos Gabriel Alejandro Galvano (23) y Andrés Guillermo Bracamonte (21), hijo del jefe de la barra de Rosario Central Andrés “Pillín” Bracamonte, acusados por la agresión, en el marco de una causa por “lesiones graves”.
También está imputado por el ataque el futbolista de Arsenal de Sarandí Matías Belloso -hijo de Gonzalo Belloso, exjugador de Central y actual dirigente de la Conmebol-, aunque en su caso continuó en libertad tras presentarse a declarar y ser indagado por el fiscal Paulo Cubas, quien intervino inicialmente en la investigación, que luego prosiguió la fiscal de turno, Andrea Gómez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 4.
Este lunes los médicos del HPC le realizaron una resonancia magnética y confirmaron que Matías todavía tiene un coágulo, pero “está mucho mejor”. “Por eso me dejan volverme”, dijo.
Matías reiteró que no recuerda nada de los golpes que recibió. Ratificó que se acercó porque le habían pegado a uno de sus amigos con la idea de calmar las aguas. “Pero no llegué ni a hablar, ni a verles la cara”, señaló.
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El joven, oriundo del partido bonaerense de Moreno, se encuentra hospitalizado desde las primeras horas del martes último tras haber recibido en la madrugada del martes al menos dos botellazos en la cabeza en el VIP del boliche “Ananá”, en la zona de Playa Grande, y sufrir una fractura de cráneo, una hematoma cerebral y lesiones en el rostro y en la boca.
“Al principio estaba triste, me preguntaba por qué me pasó a mí. Pero gracias a la gente que me apoya sé que voy a disfrutar”, afirmó el joven de 20 años, quien marcó que todavía no tiene respuesta de por qué le pasó a él. “La sigo buscando. Obvio que con esto que me pasó voy a estar más tranquilo y ver las cosas de otro modo”, aseguró.
Matías admitió que nunca se detuvo a pensar qué les diría a los jóvenes que lo atacaron en el boliche. “Me gustaría que digan la verdad de lo que pasó. Pero no le deseo el mal a nadie”, sostuvo y mencionó que el avance de la causa judicial se la deja en manos a los abogados.
Montín contó también que su padre, Carlos, recibió dos llamadas por parte de dos madres de los jóvenes involucrados en el hecho, quienes se disculparon por lo ocurrido.
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Ante la pregunta de si a raíz del hecho teme volver a su vida habitual, respondió que “para nada”. “No tengo miedo, ni un poquito. Es más, quiero volver a esa vida. A volver a salir y hacer todas las actividades que hacía antes”, aseguró.
Por otra parte, consideró que durante el episodio el boliche actuó “por una parte bien y por otra mal”.
“Los patovicas no actuaron a tiempo, según me contaron a mí, pero por la parte de que estuvo la enfermera todo el tiempo acompañándome estuvieron muy bien. El boliche no tiene la culpa, en ningún momento la tuvo”, sostuvo.