Ana María “Pato” Schneider fue formalmente acusada la mañana de este sábado como autora del asesinato de Isabel Petrona “Chabela” Cantero, de 56 años y una de las hermanas de Ariel Máximo “Viejo” Cantero. También le endilgaron la tentativa de asesinato de Luisana Nicole Cantero, quien tenía 16 años cuando recibió un disparo en la cabeza que la dejó ciega, y haber portado sin contar con la debida autorización legal un revólver calibre 38, es decir un arma de fuego de uso civil. Tras escuchar la acusación por parte de la fiscal Georgina Pairola, el juez de garantías Gonzalo López Quintana dejó a Pato bajo prisión preventiva efectiva por el plazo de ley, es decir al menos por dos años.
El asesinato de Chabela no sólo generó un cisma en el barrio Las Flores, la geografía donde se produjo el crimen el mediodía del viernes 16 de junio de 2017, sino que tuvo como réplica vengativa al menos media docena de asesinatos que incluyeron a la ex pareja y a una hija de Schneider.
Los Cantero y los Schneider son familias tradicionales de Las Flores y la antigua villa La Granada, hoy conocida como barrio 17 de Agosto, dos de las zonas situadas en las inmediaciones del Casino City Center. Las relaciones entre ambos clanes se remontan a principios de los años 90 del siglo anterior y tuvieron mejores y peores días.
Los “buenos tiempos” dejaron cruces parentales sellados con sangre, como la relación del Viejo Cantero con una hermana de Pato Schneider de la que nació Alexis “Tartita” Schneider, condenado el año pasado a 18 años de prisión por el asesinato de Débora Natalia Fernández, ocurrido en 2020 y orquestado desde la cárcel de Piñero. O el nacimiento de Gastón Ezequiel Schneider, de 21 años, hijo de Claudio “Pájaro” Cantero (el hijo mayor del Viejo) con Pato Schneider, según la documentación con la que cuentan en la Fiscalía Regional de Rosario. Este muchacho está en prisión preventiva junto a su medio hermano Luciano “Lucho” Cantero por cometer extorsiones a comerciantes de la avenida San Martín, en la zona sur de la ciudad.
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Pero nunca las familias estuvieron en un momento peor que en las vísperas de aquel viernes 16 de junio de 2017, cuando a partir del robo de un caballo y una catarata de amenazas cruzadas, se generó una serie de réplicas que derivaron en el asesinato de Chabela, una de las hermanas del gestor de la banda de Los Monos, y severas lesiones en una de las nietas de la mujer baleada.
Sobre el mediodía de aquel viernes de hace cinco años, una de las hijas de Chabela circulaba en una moto junto a una amiga por España y Estrella Federal, un territorio en el que vivía buena parte de la familia Schneider. Entonces una de las hijas de Pato le salió al cruce, la empujó y tumbó del rodado a la mujer de los Cantero. Así se desató una riña en la que hubo de todo. Insultos, golpes y disparos.
Según testimonios de entonces, Chabela llegó al rescate de sus familiares y en medio de la trifulca, con las pulsaciones a mil, Pato pidió que le alcanzaran un arma. Así fue que una de sus hijas pequeñas le dio un revólver calibre 38 largo con el que disparó desde corta distancia contra Chabela. La hermana del Viejo fue trasladada en un auto particular al Hospital Roque Sáenz Peña, pero no pudieron salvarla. Los relatos dijeron que otro de los que disparó fue Jonathan Eduardo I., hijo de Pato actualmente prófugo.
Como consecuencia de los disparos Luisana Cantero, nieta de Chabela, fue alcanzada por un proyectil en la región malar izquierda y quedó al borde de la muerte internada en el Hospital de Emeregncias. La chica sobrevivió, pero quedó ciega.
Cambio de paradigma
El primer acto reflejo de venganza de los Cantero fue quemar las viviendas de los agresores. Luego expulsarlos del barrio. Y por último someterlos a las leyes de la calle y sus castigos. Así, la casa de Pato Schneider fue devorada por las llamas y la mujer quedó detenida junto a quien era su pareja, David Sergio “Garay” Díaz. Con el correr de las horas ambos recuperaron la libertad y se sumaron al éxodo de un barrio conmocionado.
Una vez que terminó el duelo por el crimen de Chabela, comenzó una cacería que hasta el momento lleva media docena de asesinatos. El primero de la lista fue Gustavo César Díaz, hermano de “Garay”, al que un sicario mató cuando estaba con su esposa y un hijo de 10 años en una precaria vivienda del acceso Sur, a unos 30 metros de Uriburu, en la villa Manuelita. Fue la noche del miércoles 12 de julio de 2017 cuando un gatillero metió el arma por una de las ventanas de la vivienda y disparó matando a Díaz e hiriendo a uno de sus cuatro pequeños hijos. “Esta bronca vino por mi cuñado Sergio, que es de Las Flores. Después de ese crimen le quemaron todo y por eso vino a pedirle al hermano un lugarcito en el terreno, para vivir aquí”, contó la viuda de Díaz.
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Diez días más tarde, un hermano de Pato, José Luis “Chino” Schneider, de 40 años, fue baleado en la nuca a corta distancia en inmediaciones de Petunia y Guaria Morada, en Las Flores, la noche del sábado del 22 de julio de 2017. Agonizó hasta el 6 de agosto, cuando murió en el Heca. El hombre vivía en España al 7100, a metros de donde Chabela había sido asesinada.
Siete meses después del crimen de la hermana del Viejo, fue el turno de Garay Díaz, la pareja de Pato. Fue la noche del 16 de enero de 2018 cuando Sergio David Díaz, de 34 años, fue acribillado mientras circulaba en bicicleta. Le dispararon más de diez veces desde un auto en cercanías del puente que marca el fin de la Circunvalación y el inicio del acceso Sur.
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Seis meses más tarde, el 5 de julio de 2018, asesinaron a Juan Carlos Schneider, de 42 años y también hermano de Pato. Recibió ocho balazos en el patio de su casa de Magaldi al 9800, en un asentamiento conocido como El Fantasma y que se levanta detrás del Mercado de Concentración de Fisherton.
El 24 de enero de 2019, en tanto, fue el turno de Juan Carlos “Nango” Fernández, quien al momento del crimen de Chabela era novio de María Soledad Schneider, la hija de Pato. Según testimonios, este joven era uno de los tres hermanos Fernández que acompañaron a Pato en el ataque contra Chabela. Le dispararon una decena de tiros desde una moto en España y 5 de Agosto, en el ingreso al barrio Las Flores. En aquel hecho fue sindicado como homicida Wily C., a quien vinculan Chabela Cantero.
El último crimen de la saga de venganza, al menos hasta el momento, ocurrió la madrugada del 4 de febrero pasado en una casa de Segundo García al 1200, en el barrio Virgen de Luján de la ciudad bonaerense de San Nicolás. Un grupo de hombres armados irrumpió en una vivienda al grito de ¡policía, policía! Los agresores encerraron a la pareja de María Soledad Schneider y a sus hijos en una habitación y a ella la sacaron de la vivienda y le dispararon en la cabeza. La muchacha era hija de Pato y tenía un hijo de 5 años.
Los homicidas buscaban en realidad a su mamá, quien se encontraba en una vivienda lindera. Pero Pato logró escapar hasta que cayó presa el jueves en una plaza nicoleña y ayer fue imputada por el homicidio de Chabela.