Un hombre de 32 años fue imputado y quedó preso por un doble homicidio ocurrido a principios de mes en el barrio Molino Blanco. Miguel Ángel "Ojudo" L. fue mencionado desde un comienzo por testigos y familiares de las víctimas como el autor del crimen de Jonatan Schneider, con quien mantenía un conflicto. En ese ataque a balazos también fue asesinada Graciela Carrizo, una vecina que tomaba mates en una plaza cuando fue alcanzada por los disparos.
El domingo 4 de septiembre, cerca de las 15.30, los vecinos del barrio Molino Blanco que pasaban la tarde en una plaza ubicada en el pasaje 544 al 6600, vivieron momentos de tensión y horror por el doble crimen de Schneider y Carrizo. El hombre, de 31 años, iba en su bicicleta por la zona cuando fue sorprendido por dos personas que lo acribillaron a balazos. La víctima cayó al piso con 17 heridas de balas y apenas pudo resistir hasta que llego al Hospital Roque Sáenz Peña, donde falleció. En esa misma ráfaga dos disparos continuaron su trayectoria e impactaron en el cuello y el cráneo de Graciela, que estaba algunos metros atrás. La mujer tomaba mates en una mesa junto a sus nietas, a quienes alcanzó a proteger arrojándolas al piso.
Desde un primero momento, familiares de Schneider indicaron que el trasfondo del ataque al hombre pudo haber sido un conflicto barrial con una persona apodada "Ojudo". En ese marco el día siguiente al doble homicidio los vecinos de Molino Blanco que hablaron con La Capital indicaron que se trataba de una persona llamada Miguel, que vivía a pocas cuadras de los domicilios de las víctimas y del lugar del hecho.
Además de los vecinos y testigos que identificaron al agresor, fue un familiar del propio "Ojudo" quien lo vinculó al hecho. Su hermano se presentó en la Fiscalía y contó que aquel domingo estaba en Funes cuando le avisaron que no volviera al barrio porque el ahora imputado "estaba haciendo locuras". El viernes pasado "Ojudo", quien sabía que era buscado, se presentó en la sede de la Agencia de Investigación Criminal junto a su abogado. Así quedó a disposición del fiscal Gastón Ávila, de la Unidad de Homicidios Dolosos, quien está a cargo de la investigación.
Con ese marco este lunes el fiscal Ávila le imputó a "Ojudo" la autoría del doble crimen. Según relató el funcionario, el acusado estaba junto a otro hombre cuando vieron a Schneider pasar en bicicleta junto a su primo. "Los dejaron pasar y liego les dispararon al menos 15 veces con dos armas de fuego", detalló el fiscal. La jueza Valeria Pedrana dictó para el imputado la prisión preventiva por 90 días.
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Graciela, la segunda víctima
Ver a Graciela Carrizo sentada en una de las mesas de la plaza ubicada en pasaje 544 al 6600, barrio Molino Blanco, era una costumbre para los vecinos. Ella vivía en frente, en una casa de pasillo que a su vez está rodeada por otras viviendas en las que habitan sus hijos y nietos. Uno de sus hábitos era cruzarse a la plaza a tomar mates con familiares o vecinos, a aprovechar el espacio que habían logrado construir tras insistir con fuerza ante la Municipalidad.
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Otro de los hábitos de la mujer era ir a ver sus nietas más chicas a jugar al fútbol, como iba a ocurrir ese domingo. Pero el marido de Graciela tenía que trabajar en Roldán, por lo que ella decidió quedarse y hacerle compañía hasta que se fuera. Entonces cruzaron a la plaza, tomaron unos mates y al rato se despidieron. Ella se quedó ahí mismo, con dos de sus nietas de 14 y 15 años y el novio de una de las chicas.
Ese rato de distracción y disfrute se volvió un caos cuando una serie de disparos rompió la calma de la tarde. Algunos vecinos corrieron, Graciela alcanzó a gritarle a sus nietas que se tiraran al piso, quiso protegerlas y recibió dos balazos, uno en la cabeza y uno en el cuello. Se desplomó sobre una de las chicas y agonizó hasta que confirmaron su fallecimiento en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.