Durante la tarde del domingo los vecinos de un pasillo ubicado en la zona de Avellaneda y Presidente Quintana, barrio Vía Honda, vieron pasar en varias ocasiones a tres muchachos desconocidos. El movimiento siempre fue alrededor de "la cuevita", como se conoce en ese lugar a un punto de venta de droga que está muy activo desde hace al menos cuatro meses. Pasadas las 20, cuando ya anochecía, fueron acribillados allí por cuatro personas que habían llegado en un auto. Dos de las víctimas murieron en el hospital y el otro recibió un disparo en un brazo. Se trata de un sector del barrio en el que ya habían ocurrido otros hechos violentos.
"No eran de acá, todo el día estuvieron comprando. Iban y venían, iban y venían. Hasta que llegaron los otros en un auto, se bajaron y dispararon con ametralladoras". Así resumió una vecina de Manantieles y Avellaneda el doble homicidio ocurrido al anochecer del domingo. En principio el comentario barrial ubicó a las víctimas como consumidores, tres de los tantos que pasan por ese pasillo a diario. Uno se llamaba Nahuel Nicolás Rendill, de 26 años, y recibió un disparo en el cuello. Hernán Flores, de la misma edad, fue herido en el abdomen. Mientras que a Aníbal A., de 34 años, un disparo lo lastimó en un brazo y pudo informar a las autoridades que no conocía a las víctimas fatales, que solo pasaba por allí cuando quedó en medio del ataque.
Según la versión difundida por la Fiscalía fue alrededor de las 20.15 del domingo. Al menos cuatro personas que iban en una Renault Kangoo oscura bajaron en la zona de Presidente Quintana y Avellaneda y gatillaron contra las víctimas, que estaban en la calle. Los tres fueron trasladados por vecinos al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde se confirmó el fallecimiento de dos de ellos. El restante quedó internado por la herida que le afectó el hombro derecho.
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Marcas de balazos: una postal habitual en los barrios rosarinos afectados por la violencia urbana.
Diario La Capital / Virginia Benedetto
Si bien la policía informó que levantaron solo tres vainas servidas calibre 9 milímetros, en el barrio aseguran que fueron una docena de disparos efectuados con una ametralladora. Son detalles que se deberán esclarecer con el correr de la investigación del hecho, que quedó a cargo del fiscal de Homicidios Alejandro Ferlazzo.
La cuevita
Donde los vecinos distinguen a "la cuevita" como punto de venta de drogas se ve el movimiento de consumidores que evidencian con su aspecto un estado de salud deteriorado. El ambiente en general luce en malas condiciones: zanjas con aguas servidas a la vista, basura, y viviendas precarias. Aspectos que delatan la problemática sanitaria relacionada al narcomenudeo en estos sectores de la ciudad.
"Antes no era así acá, hará cuatro meses que está pasando esto. Los pibes vienen a comprar todo el tiempo", contó un vecino a La Capital este lunes. Lo que se escucha en el pasillo es que en ese lugar se consigue de "la sabrosa", en referencia a una cocaína de calidad suficiente como para ser consumida por inhalación nasal. Por el contrario en muchos otros puntos de venta solo se ofrece el residuo de la cocaína mezclado con bicarbonato, sustancia que se fuma y tiene un efecto más nocivo.
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"Ayer cuando se fue la policía se pusieron a vender de nuevo y estuvieron ahí hasta las tres de la mañana", contó una vecina. "Pobrecitos estos chicos, ¿por qué les hacen esto?", agregó lamentándose. Entre los comentarios barriales predomina el disgusto por cómo las personas ajenas a las disputas entre bandas que controlan el narcomenudeo quedan expuestas a la violencia. Se refieren a ellos mismos, vecinos que se ven forzados a convivir con las dinámicas impuestas por los transeros. Pero también a los consumidores, algunos vecinos y otros no, que están atravesados por esa problemática y a su vez quedan a merced de las balaceras dirigidas a puntos de ventas de drogas. Una mirada que complejiza el análisis sobre la seguridad en estos sectores de Rosario, donde las víctimas de la violencia no siempre están ligadas de manera directa a los choques entre bandas.
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Diario La Capital / Virginia Benedetto
Días violentos
El hecho se informó como sucedido en la zona de Presidente Quintana y Avellaneda, pero puntualmente ocurrió a algunos metros de distancia, en un pasillo que nace en la unión de esas dos calles con Manantiales. Es un pasadizo angosto que cruza las vías y se adentra en un barrio que en los últimos meses fue escenario de varios crímenes y otros hechos violentos.
Pero incluso en ese mismo cruce se registraron distintos episodios de balaceras en el último tiempo. El sábado 15 de octubre dos hombres de 36 años fueron atacados a balazos en la misma intersección. Ambos fueron trasladados al Heca, donde quedaron internados pero fuera de peligro.
En tanto el sábado 3 de diciembre, en el mismo lugar, una mujer de 54 años y un hombre de 64 fueron baleados en las piernas. Luego del hecho la policía dio con los autores, que se movían en una moto Honda Wave y trataron de escapar. El conductor perdió el equilibrio pero solo uno de los sujetos fue detenido. Lo identificaron como Kevin M., de 28 años, y días después el fiscal Fernando Sosa le imputó la portación ilegítima y abuso de arma de fuego. La jueza Paula Álvarez dispuso la prisión preventiva por el plazo de ley.