Una mujer fue condenada por integrar la banda dirigida desde prisión por Alan Funes y por el intento de extorsión a una carnicería de barrio Triángulo. En ese local dejaron un cartel con un mensaje que decía “Comunicate ya” y un número telefónico. Al llamar, una persona allegada al dueño recibió una exigencia de 200 mil pesos y una amenaza de muerte. Por esa intimidación cometida junto a su pareja, un preso de Piñero, y por guardar armas de fuego de la organización, recibió una pena de 3 años de prisión condicional.
La condena fue dictada por la jueza Paola Aguirre a partir de un juicio abreviado presentado por la fiscal Valeria Haurigot. Recayó sobre Verónica Alejandra Salguero, una vendedora ambulante de 43 años que según el acta de su imputación no sabe leer ni escribir. Había sido detenida el 22 de febrero del año pasado y estuvo en prisión preventiva hasta este martes, cuando recuperó la libertad tras recibir una pena condicional de 3 años y la obligación de cumplir una serie de reglas de conducta.
Al fijarse la pena se tuvo en cuenta que no tiene antecedentes, reconoció su participación en el hecho, tiene siete hijos a su cargo y cuida a cuatro nietos de 3 a 15 años. Según la condena, Salguero guardaba armas que entregaba a integrantes de la banda cuando se lo requerían. Además, colaboraba con su pareja Damián “Bebe” G. en delitos como la extorsión a una carnicería de Seguí y Rouillón.
El 22 de febrero pasado, ante una orden de su pareja, la mujer trasladó en moto hasta el negocio de zona sur a otro hombre no identificado al que le dicen “Gordito”, quien golpeó la ventana del local y entregó un mensaje dirigido al dueño en un papelito: “Comunicate ya”. Luego detallaba un número telefónico.
“Tomá, entregale esto a Félix y en una hora pasamos a buscar la plata”, le dijo el hombre a quien lo atendió, antes de irse en la moto. Una persona allegada a la víctima se contactó con ese teléfono y recibió una intimidación: “Te vamos a cagar a tiros hasta que cierres”. Según la investigación, con escuchas telefónicas fue atendida por Juan Damián “Bebe” G., de 27 años, detenido en la cárcel de Piñero.
“Vamos a ir a buscar la plata. Yo sé que vos creés en Dios, ni Dios te va a salvar de esta, vas a terminar con un tiro en la panza”, le dijo el interlocutor, y añadió: “La policía está con nosotros, tenés que pagar la zona. Te vamos a cagar a tiros hasta que cierres”. En mensajes posteriores que luego eliminó solicitó la entrega de 200 mil pesos. La extorsión no llegó a concretarse porque los comerciantes nunca abonaron esa suma de dinero.
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La fiscal Haurigot acusó entonces al interno G. de haber instigado desde la cárcel el delito de extorsión en grado de tentativa. Había sido acusado en marzo del año pasado junto a otras 15 personas como miembro una asociación ilícita liderada por Alan Funes desde la cárcel de Ezeiza, a la que se le atribuye el control de búnkeres de drogas y el crimen de Mariel Lezcano, de 21 años, en octubre de 2021. G. fue considerado parte del grupo de tiratiros de la banda y contaba con una condena previa a 6 años de prisión por distintos hechos de robo.
En las escuchas quedó de manifiesto que el detenido se burlaba de la víctima, que lo llamaba llorando para que no atacara su comercio. “Me llamó la mujer. Chicharreaba a dos pesos. Soy creyente, me dice. ¿Creyente? Le mando al Gordito para darte un par de confitazos y fue. ¿Sabés cómo lloraba?”, comentó el interno en una comunicación posterior al hecho.
En un diálogo previo quedó registrado cuando el preso le daba instrucciones a su pareja sobre cómo acercarse a dejar el primer mensaje en el local. En un momento le pidió hablar con “Gordito” y le dijo: “Escuchame, cuando vayas te deja en la esquina y te muestra cuál es. Fijate la puerta de entrada que tiene una ventana. Golpeale la ventanita. Capaz que está abierta. Y dejale a la de la caja. Tomá, decile. Decile a Félix. Que se comunique. Es una rubia”.