Desde el balcón de la basílica de San Pedro en la ciudad del Vaticano se escuchó la expresión “Habemus papam”, que en latín significa “¡Tenemos Papa!”. Esto quiere decir que el 13 de marzo del 2013 un nuevo Pontífice había sido elegido para representar a la Iglesia Católica y convertirse en el nuevo obispo de Roma. Fue una alegría para todos, sin embargo de este lado del charco se vivió como un mundial ganado, pues el nuevo Papa era argentino, se llamaba Jorge Bergoglio y pasó a ser Francisco.
Francisco en aquel entonces tenía 76 años, había sido cardenal y fue elegido para suceder a Benedicto XVI tras su renuncia. No sólo era oriundo del país ubicado más al sur del mundo, donde la sorpresa fue grata y la emoción se vivió a flor de piel, sino que también se convirtió en el primer latinoamericano en ser el sumo Pontífice. “Parece que mis hermanos cardenales han ido casi al fin del mundo”, bromeó antes de arrancar, como todo buen argento.
Eran las 19.05 en Italia, mientras en Argentina el reloj marcaba las 15.05, cuando el humo blanco comenzó a salir de la chimenea de la Capilla Sixtina. La señal indicaba que alguien había sido electo para guiar a los miles de millones de creyentes en todo el mundo, sin embargo aún no había mucha más información aunque lo cierto era que la votación estaba peleada entre un brasilero y un italiano.
Puertas adentro, el Cardenal Giovanni Battista Re se acercó a Bergoglio para preguntarle si aceptaba ser el nuevo Pontífice para representar a la Iglesia Católica Apostólica Romana y luego lo interrogó sobre su nuevo nombre. Sería Francisco en honor a San Francisco de Asís, “por su sencillez y dedicación a los pobres”, según explicaron desde el Vaticano, y no se lo adjudicaría como “Primero” puesto que aún no hay un “Segundo”.
Minutos después de la ceremonia interna, en la que el nuevo elegido se coloca las prendas como la sotana y el solideo blanco, capa y zapatos rojos y los demás cardenales “prometen obediencia” al Papa, este sale al balcón para ser presentado ante la multitud que espera expectante en la plaza. El encargado de introducirlo al mundo fue el cardenal Jean Lous Tauran a través del siguiente anuncio:
"Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam! Eminentissimum ac reverendissimum Dominum, Dominum Georgium Marium Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio, Qui sibi Nnomen impossuit Francisco".
La sorpresa no fue solamente para los presentes en la plaza de San Pedro, donde había argentinos presentes, sino también lo fue para los que estaban viendo el evento desde sus casas y todos los que estaban cubriendo el evento para la televisión nacional. Tras el anuncio, las banderas celestes y blancas comenzaron a flamear para celebrar la noticia, que llegó hace 8 años. “Recen por mí”, expresó Bergoglio en su primer discurso.
Quién es Jorge Mario Bergoglio
En el barrio de Flores, Ciudad de Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936 nació el hijo de Mario José Francisco Bergoglio y Regina María Sivori, a quien llamaron Jorge Mario Bergoglio. Ferviente hincha de San Lorenzo de Almagro y de corriente jesuita, inició su camino al sacerdocio en Villa Devoto a los 22 años. Fue enviado a Chile, estudió Filosofía y se licenció en Teología. Se desarrolló como docente y en una de las escuelas en las que ejerció la profesión, llevó a Jorge Luis Borges para que brinde a los alumnos un taller de escritura gauchesca.
Cuando tenía 36 años fue elegido provincial y muchos de los que lo conocieron siendo joven quedaron sorprendidos por la espiritualidad que cargaba consigo. En 1992 fue nombrado por Juan Pablo II como Obispo titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. Más tarde se convirtió en Vicario Episcopal de su Flores natal y luego Vicario General de la Arquidiócesis de la Ciudad. Llegó a ser Arzobispo Coadjutor y condujo el Arzobispado.
En el Consistorio del 21 de febrero del 2001, Juan Pablo II lo creó Cardenal, función en la que se destacó y lo llevó a convertirse en Papa el 13 de marzo del año 2013, luego de que el Papa Benedicto XVI, el segundo Papa en abandonar su cargo ya que el primero fue Celestino V, decidió retirarse debido a incomodidades o “momentos duros” que ha pasado dentro de la iglesia. Ya como Francisco, fue el encargado de canonizar en 2014 a los papas Juan Pablo II y Juan XXIII. Actualmente tiene 84 años.