Las malas prácticas de los "mercados húmedos" chinos llevaron a la pandemia, pero China no aprendió la lección. Si un país disparara accidentalmente un arma de destrucción masiva y matara a 340.000 personas en todo el mundo, habría una indignación internacional y llamamientos urgentes para que ese país cesara todas las actividades relacionadas con esa arma y se ajustara a nuevas medidas estrictas de transparencia y restricciones.
Lamentablemente, a pesar de las prácticas peligrosas y antihigiénicas de los llamados "mercados húmedos" de China, que probablemente dieron lugar a la pandemia actual, China ha decidido reabrir esos mercados. Un "mercado húmedo" de la ciudad Wuhan, que ofrecía animales salvajes vivos para su venta, parece haber sido el origen del virus del Covid-19. Además, esta es la segunda pandemia de este tipo que ha surgido de los mercados húmedos de China en los últimos 20 años (la anterior fue el Sars de 2003).
Aunque en febrero de 2020 China impuso una prohibición al comercio de animales salvajes vivos, sigue sin estar claro si esa prohibición se está aplicando plenamente. (en los mercados húmedos de China los animales son sacrificados en el lugar. La lista de animales que ofrecen incluye cachorros de lobo, jineta, serpientes, murciélagos, pangolines, tortugas y muchas otras especies). China se ha negado a cerrar sus mercados húmedos de forma permanente. En cambio, los ha reabierto, ahora ostensiblemente sin animales salvajes, mientras promueve su limpieza.
Esta negativa constituye un comportamiento irresponsable y peligroso por parte de China. No es la primera vez en esta crisis que el Partido Comunista de China (PCCh) ignora el bien general de su propio pueblo y de la comunidad mundial en favor de la protección de su propio poder. Al principio de la crisis, el PCCh censuró y encarceló en Wuhan a los médicos que informaban sobre el nuevo virus. También adoptó una amplia gama de medidas para suprimir la información y, al mismo tiempo, publicar su propia información errónea (como la falsedad de que no había transmisión de persona a persona). El resto del mundo perdió un tiempo precioso, y muchas vidas.
En el futuro, la comunidad internacional debería centrarse en prevenir una reaparición del virus en los mercados húmedos de China y también en otras fuentes de riesgo infeccioso, que se extienden más allá de China al resto de Asia y al mundo entero. Hay una amplia gama de acciones que podrían ponerse en marcha. Todas ellas deben centrarse en eliminar aquellas actividades _incluido el comercio de fauna silvestre en los mercados húmedos de China_ que crean formas imprudentes e innecesarias de riesgo para la salud y la seguridad mundial.
Hay un buen precedente. Hacia el final de la Guerra Fría, cuando los Estados Unidos y Rusia se preocuparon por el problema de las "armas nucleares sueltas" en la antigua Unión Soviética, los líderess de Estados Unidos trabajaron para convencer a las nuevas repúblicas de la antigua Unión Soviética de que devolvieran sus armas nucleares a la nueva Federación Rusa. Estos mismos líderes crearon el Programa de Reducción Cooperativa de Amenazas para trabajar con Rusia y las nuevas repúblicas para reducir los arsenales nucleares, químicos y biológicos y financiar la seguridad de los antiguos materiales para armas y proporcionar empleo a los científicos ex-nucleares.
Ahora, Estados Unidos y sus aliados y socios en todo el mundo, todos los cuales han perdido ciudadanos y una vasta producción económica a causa del virus, deben comprometer a la República Popular China con las acciones que se necesitan para disminuir la amenaza de pandemia, ya sea que provengan de China o de otros lugares.
En primer lugar, Estados Unidos deberían convocar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a una sesión de emergencia virtual a fin de colaborar con China y otros países para lograr el cese inmediato de todas las actividades de los mercados húmedos en todo el mundo (son muy comunes en gran parte de Asia, no solo en China, NdR), proporcionar transparencia sobre dicho cese, facilitar la inspección internacional y acordar normas internacionales que restrinjan de una vez por todas esas actividades en todo el mundo. Dado que China tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad, se debe enmarcar el problema en términos de mitigación de riesgos, para prevenir futuras pandemias.
En segundo lugar, el Consejo de Seguridad debería ser un comienzo, no un final. Como la comunidad mundial se reunió en épocas anteriores y acordó la Convención sobre armas biológicas de 1972 y la Convención sobre armas químicas de 1997, las negociaciones deben comenzar inmediatamente para establecer las disposiciones necesarias para la prohibición de los mercados húmedos en todo el mundo. Existe una necesidad urgente, tanto de vigilancia internacional como de cumplimiento por parte de los países para reducir en gran medida las posibilidades de la próxima pandemia mundial. Entre las actividades, debería incluirse la convocatoria de órganos regionales asiáticos, como el Foro Regional de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), el Foro Económico de Asia y el Pacífico (APEC) y una Cumbre del Asia Oriental. El plan de acción resultante de esas reuniones podría presentarse al G-20. Estas sugerencias no tienen nada que ver con castigar al PCCh o a China.
Por muy malos que sean los mercados húmedos, la dificultad es que son sólo un problema dentro de un desafío mucho mayor de salud pública mundial. Los animales salvajes que se venden y sacrifican en los mercados húmedos forman parte de un vasto comercio mundial ilícito de vida silvestre. La conservación de la vida silvestre debería ser una prioridad en la agenda mundial. Las medidas deberían estar dirigidas a una reducción drástica del comercio ilícito de animales silvestres y a una mejora igualmente drástica de la protección de los ecosistemas que les sirven de hogar. Los gobiernos deberían impulsar la ampliación del Convenio sobre la Diversidad Biológica posterior a 2020, cuya renovación está prevista para este otoño (boreal). Todas estas medidas estarían dirigidas a reducir el riesgo de pandemias derivadas de la transmisión de enfermedades zoonóticas, en particular de las especies exóticas de fauna silvestre a los seres humanos.
La necesidad de prevenir la reaparición del tipo de prácticas irresponsables que originó el Covid-19 es urgente. El objetivo es inducir a China a convertirse en un asociado en este esfuerzo; por ejemplo, a convertir su prohibición temporal del comercio de fauna y flora silvestres en una prohibición permanente y plenamente aplicada, consagrando la prohibición en la legislación nacional.