La pobre producción de Newell's ante Defensa requiere una inmediata respuesta, como lo hizo tras las dos anteriores caídas en el torneo
La pobre producción de Newell's ante Defensa requiere una inmediata respuesta, como lo hizo tras las dos anteriores caídas en el torneo
Levantarse ante la adversidad es la tarea de Newell's. Lo hizo en las anteriores dos derrotas en el torneo, de un total de siete que registra desde que Diego Osella asumió como entrenador en febrero de 2016. La diferencia con respecto al par de caídas anteriores fueron las pobres señales que dio en el traspié con Defensa y Justicia, lo que es todo un llamado de atención. No es para preocuparse ni para pensar que la campaña realizada hasta acá es un espejismo. Lo que requiere es volver al camino andado y encontrar otras respuestas individuales y colectivas, bien diferentes a lo expuesto en Florencio Varela. Si es capaz representa el desafío.
El mal comienzo del conjunto rojinegro en el reinicio del torneo, no sólo desde el punto de vista del resultado sino fundamentalmente desde la producción, contrasta con las anteriores derrotas en el torneo. Cuando sucedieron, contra Banfield (0-2) en el Coloso y Racing (1-2) en Avellaneda, el rendimiento fue otro, antecedido por actuaciones convincentes. Si bien el partido contra Defensa y Justicia no tiene parámetro, porque la anterior presentación fue hace tiempo, a mediados de diciembre, no hay dudas de que el juego del equipo estuvo por debajo del habitual en este torneo.
El lapso que pasó desde uno de las mejores partidos de Newell's en el ciclo Osella, la goleada sobre San Martín de San Juan por 6 a 1 del 18 de diciembre, hasta el encuentro del sábado en el sur del Gran Buenos Aires dejó en evidencia un conjunto que involucionó. Si es una cuestión momentánea o se prolonga en el tiempo es algo a develar.
La pérdida del invicto en el torneo contra Racing se replicó con la valiosa victoria sobre River (1-0) en el Coloso. Y la derrota ante Banfield en Rosario tuvo a la semana siguiente un agónico empate con Talleres (1-1). Con distintas particularidades, virtudes y defectos, Newell's levantó cabeza en ambas ocasiones después de haberse quedado previamente sin nada. El deseo es que no haya dos sin tres.
Las soluciones tienen que aparecer desde adentro y afuera de la cancha. El nivel de los futbolistas frente a Defensa y Justicia estuvo por debajo del esperado. Los amistosos de la pretemporada no hacían imaginar tal inicio. Es indudable que todos tienen que mejorar. Las individualidades hacen al equipo. Si no rinden es difícil. Resalta más al tratarse de un conjunto que acostumbra a hacer la diferencia con las apariciones fulminantes de Formica, Scocco y Maxi Rodríguez. Si no anda ninguno, se hace cuesta arriba. La cuestión se complica si encima Quignon no entra en el circuito futbolístico y los demás están desdibujados y no cumplen con lo mínimo requerido.
La otra cuestión que resalta es que Osella no encontró para esta fecha a los jugadores que hicieran olvidar a Luis Advíncula y Diego Mateo. Durante la pretemporada, y en los amistosos de preparación, se planteó el tema de los sustitutos del peruano y de Pomelo, bajas que había que cubrir. El interrogante era saber cómo llegaban los posibles reemplazantes y si estaban en condiciones de hacerlo. Lo concreto es que Franco Escobar y Juan Ignacio Sills no encajaron contra Defensa y Justicia. Tampoco el resto, es cierto.
Si ambos tienen tiempo para demostrarlo, o se prueban otras alternativas, depende del entrenador. Se aclara que no fueron los únicos responsables de la derrota. Tampoco hicieron lo contrario para evitarla. En realidad, ninguno de los que pisó el campo de juego de Defensa y Justicia lo hizo.