A Diego Maradona lo operaron la semana pasada y se sabe que todo lo que le pase al Diez, para bien o para mal, no le pasa desapercibido a nadie que tenga sangre en las venas. Muchos y muchas le desearon "suerte" y una pronta cura, otros se pelearon entre sí, pero hubo miles más que recordaron anécdotas sobre él o con él. Una de esas historias ocurrió hace 25 años pero se reeditó en las redes este fin de semana. Un intercambio de piernas y corazones, casi como el de las camisetas, tuvo como protagonista no solo al ídolo futbolero argento por antonomasia sino al coordinador del área de Discapacidad del municipio de Totoras, localidad ubicada 58 kilómetros al noroeste de Rosario. Un hincha de River maradoniano.
El funcionario se llama Hernán Fonseca, hoy tiene 46 años pero a sus 20 jugaba de arquero para el totorense Club Unión, hasta que por un accidente que le afectó la médula perdió la posibilidad de caminar para siempre.
El 6 de mayo de 1995, un año después de esa tragedia, se hizo un partido a beneficio de Fonseca en Totoras. Diego estuvo allí y en un momento le dijo al oído: "Fuerza, no te caigas, mis piernas son tus piernas". Y Hernán, diez años después, cuando Diego tuvo un problema cardíaco, tuvo la oportunidad de devolverle ese amoroso gesto con una carta que incluso lo llevó hasta el programa "La noche del Diez".
El ex arquero y más tarde jugador de básquet adaptado de Central Córdoba de Rosario, campeón argentino con Crol (Club Rosarino de Lisiados), y ex integrante de la selección nacional hasta 2014, le había escrito a Diego: "Mi corazón es tu corazón", y la semana pasada cuando Maradona volvió a entrar a un quirófano, la historia circuló nuevamente por las redes con la misma intensidad de hace más de dos décadas. Hernán la cuenta especialmente para La Capital.
Fonseca en su Twitter se presenta como "jugador de básquet sobre silla de ruedas, fana de River y sobreviviente!!!". Pero solemnemente es desde hace cinco años funcionario del municipio. Vive allí desde que tenía 14 años, ya que no es totorense de cuna: nació en Buenos Aires. Hoy reside en Totoras, a una cuadra de su padre, Raúl, a dos cuadras de su hermana María Venecia, tiene un hermano más y seis sobrinos.
A dos años de llegar a la localidad, Hernán debutó en primera en Unión, el Celeste, uno de los clubes de fútbol más antiguos e importantes de la región. Y a los 16 años, cuando estaba a días de viajar a Buenos Aires para probarse en un club "grande", según dice, se accidentó.
Cuenta que la noche del accidente, el 4 de junio de 1994, salió a bailar como hacía siempre los viernes con sus amigos. "Era una minidespedida porque el 7 de junio, tres días después, debía presentarme a entrenar con la reserva de Boca en el predio La Candela. Pero antes de llegar a Las Rosas, seguimos de largo en una curva y me lesioné la médula".
Dice que se despertó en una cama y aún no sabía que no iba a caminar más. "Me cambió la vida, tuve momentos muy difíciles durante diez años. Me salvaron mi familia, mis amigos y vivir en una localidad pequeña. Intenté con el básquet y llegué a la selección", señaló el hombre que fue hace dos años distinguido por el ex gobernador Miguel Lifschitz, junto a otras nueve personalidades "por su labor y trayectoria" en el marco del Día Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad.
La inmovilidad de sus piernas no le impidió destacarse como deportista, ni tampoco tirarse en parapente, hacer esquí acuático o probar con el tenis.
"Los deportes me salvaron", resalta Hernán y si habla de deportes no puede callar la anécdota que vivió junto al deportista más popular de la historia del fútbol argentino.
https://twitter.com/rparrottino/status/1291924965734973440
Diego ayer, Diego hoy
Hernán contó que Diego fue a Totoras en 1995 porque estaba entrenando en Buenos Aires para su vuelta al fútbol después de la sanción del Mundial 94. Con él entrenaba el totorense Juan Amador Sánchez, ex jugador de Boca y de River, quien le pidió que hiciera un partido para entrar en ritmo porque le faltaba fútbol en cancha grande. "De ahí surgió por medio de Juan que, de paso, fuera a beneficio mío para darme una mano en la rehabilitación que debía seguir haciendo", recordó.
Y dice que le escribió la carta a Diego, una década después, a pesar de ser de River. "Es que, a principios del año 2000, su problema de corazón nos tenía preocupados a todos los maradonianos. La envié a Canal 13 porque se venía la Noche del 10 y salió elegida entre miles para contar la historia y hacer el reencuentro".
El sueño se hizo realidad y lo cuenta en varios videos. Que no olvida que le tuvo el bolso a Diego en el vestuario, la entrada a la cancha, su abrazo, lo que le dijo al oído, cómo le firmó la remera en sus piernas, sus tacos y gambetas. Cómo el ídolo pidió aplausos para él que en su silla se sentía tan pequeño.
También recuerda lo que revivió por estos días cuando se enteró que Maradona estaba afectado por un hematoma subdural y debía ser operado. "Volví a sentir dolor, me preocupé al verlo en el homenaje de su cumpleaños, viví con ansiedad la operación y cuando oí que había sido un éxito me relajé. Diego me dio mucho sin pedirle nada, influyó en mi vida. Sé que es muy fuerte y una vez más nos demostrará que puede seguir adelante".
Y miren quién lo dice.