Marco Ruben abrió la cuenta, Franco Cervi la cerró. Cada uno agradeció una asistencia vital y habló de sociedades futbolísticas. Uno es el goleador del equipo y del torneo. El otro, el que le sigue en la tabla del club. Pero no sólo coincidieron en la red el viernes para el triunfo en Mataderos. Forman parte de un engranaje ofensivo que Central parece tener bien aceitado. El ataque canalla convierte, algunos lo hacen seguido y otros se dedican al rol de asistidores. Hay participación general y acaso ese sea lo mejor que muestra el equipo de Coudet.
“Tengo que agradecer otra vez a Marco (Ruben), porque me volvió a asistir en el gol. Tiró un gran centro contra la línea”, dijo Cervi. Y razón no le faltó. En realidad, parece que hay una devolución de favores entre ambos. Es que el Petiso le entregó tres goles al 9, en el primer gol en Bahía Blanca ante Olimpo, al partido siguiente, para el 1 a 0 frente a Temperley y en Rafaela para el empate 1 a 1 (también asistió a Niell, para el entonces 1-1 con Tigre).
Claro que Ruben, además de la gran asistencia del viernes último, también se comportó bárbaro con el 10, en el anterior triunfo frente a San Martín de San Juan en el Gigante para el 1-0. Mientras que en las otras dos conquistas de Cervi también hubo un toque previo de un jugador ofensivo: de Barrientos en el debut triunfal ante Racing, y del Chelito Delgado en el zapatazo de afuera del área frente a Defensa y Justicia. De los 4 goles suyos, 3 fueron fuera del Gigante de Arroyito.
En el caso del artillero del campeonato, Ruben no sólo encontró un gran aliado en Cervi sino también en Jonás Aguirre. El volante zurdo, figura ante Chicago, no sólo le sirvió el gol en Mataderos sino el día que entró en la historia canalla al convertir 7 goles consecutivos de Central. Fue en Florencio Varela, entonces en el 1-0 canalla que luego resultó 3 a 3.
También de otra gran intervención del mediocampista, Ruben marcó otro gol. Penal a Aguirre y festejo del 9 ante Colón para el 1-1. Además, de un centro suyo envenenado que el arquero no pudo contener, Central ganó en Misiones gracias a la captura del rebote de Niell y de una falta que le cometieron a él, de frente al arco, Donatti marcó el 3-3 definitivo en Florencio Varela. “Por las características que tiene es muy veloz y desborda. Estamos buscando que tire el centro rápido al primer palo, entre el central y el arquero. Lo entrenamos en la semana para coordinar movimientos, también junto al Chelito y Cervi. Es una jugada que se trabaja”, dijo Ruben, que no quiso ahondar en una sociedad particular, porque “cuando el equipo está bien, se generan situaciones y Central se beneficia”.
En los otros dos tantos de Ruben, de los 9 que posee, recibió un rebote del arquero de Olimpo (zapatazo de Fernández, tras gran pase de Cervi) y definió de emboquillada luego de una pelota bárbara del Chelito. En los otros goles de los 19 canallas también hubo participación directa de los hombres de punta.
Niell asistió bárbaro de taco para el 2-1 definitivo de Ruben ante Tigre en adicional (pase previo de Colman) y a Cristian Villagra, para el 1-1 con Huracán, le armaron la jugada Ruben y César Delgado. En los otros dos festejos de Donatti de cabeza, primero recibió el centro de Colman y luego el de Delgado, ambos de pelota parada.
La ecuación es clara. Hoy Central está entre uno de los equipos más goleadores del campeonato y, aunque sólo marcan unos pocos, los goleadores además se visten de asistidores junto a los otros que componen el andamiaje ofensivo auriazul. Hay sociedades que se fueron formando y que son una de las razones más importantes de este gran protagonismo canalla.