Newell’s acumula cuatro derrotas en fila y la visita del sábado a Talleres sentenciará la suerte del DT Frank Darío Kudelka en el Parque. Si bien el equipo nunca fue regular tras el parate por la pandemia y ahora tocó fondo, tampoco se puede obviar que el inicio del ciclo fue auspicioso y cumplió con los objetivos. Lo mejor y lo peor de una gestión que afrontará 90 minutos a todo o nada ante un rival muy exigente como la T del Cacique Medina
Las razones que avalan el proceso
- Consiguió el objetivo prioritario: el DT Frank Kudelka salvó a Newell’s del descenso cuando el equipo del Parque estaba muy comprometido con el promedio y nadie se animaba a tomar el fierro caliente que era el club a mediados de 2019.
- Clasificó a los leprosos a la Sudamericana 2021: la buena campaña de la temporada 2019/20 les permitió a los rojinegros acceder de manera directa a la próxima Copa Sudamericana. Además avanzó de fase en la actual Copa Argentina.
- Se apoyó en los referentes: los máximos jugadores del plantel con raíz rojinegra como Maximiliano Rodríguez, Pablo Pérez, Nacho Scocco y Mauro Formica tienen un rol clave en plantel y son siempre mencionados por el DT como el espejo de los más jóvenes. Ahora se sumó Fernando Belluschi.
- La promoción de juveniles: sin dudas que uno de los aciertos de Kudelka fue darles minutos de cancha a los nuevos valores de la cantera, utilizando como opciones de recambio válido a lo largo su gestión a juveniles como Jerónimo Cacciabue, Aníbal Moreno (lo bancó algunos partidos como titular, pero ahora pasó Racing), Nicolás Castro, Juan Sforza, Julián Marcioni, Luciano Cingolani y Enzo Cabrera, entre otros. Lo cierto es que en esta última etapa ninguno logró consolidarse y todos entraron en la confusión generalizada del equipo.
- En el primer torneo el equipo apareció: en la temporada inicial, Kudelka impuso su ideario futbolístico, más allá de las victorias y las derrotas. Newell’s supo ser un equipo compacto, con laterales con libertades para sumarse al ataque, un único volante de contención, dos mediocampistas interiores con vocación ofensiva y la apuesta de tres delanteros. Además, supo marcar la diferencia en la pelota quieta a favor.
Los motivos que ponen al DT en la picota
- El equipo no logró dar el salto de calidad: Newell’s debía dar un paso al frente en su rendimiento en la Copa Maradona y decepcionó. Y además acrecentó sus males en este nuevo certamen. Perdió la brújula en el juego y hasta se lo notó superado por los rivales desde lo físico. Es cierto que no lo acompañó la suerte y sufrió lesiones de jugadores importantes (Aguerre, Scocco y Panchito González).
- La defensa está desarticulada: Desde la Copa Maradona, Newell’s no ofrece garantías atrás. La fragilidad de la retaguardia leprosa fue y es un dolor de cabeza sin solución hasta el momento. Hubo refuerzos que fracasaron. Para la zaga ahora llegaron Cristian Lema y Cabral. Se suman a Manuel Capasso, que estaba pero no había sido utilizado. Manuel Guanini quedó como el malo de la película, pero no fue el único que rindió por debajo de las expectativas.
- El mediocampo perdió la pelota: los volantes leprosos arrastran muchísimos altibajos. Julián Fernández está lejos de su mejor versión. Cacciabue no gravitó y hasta perdió el puesto. Pablo Pérez entró en la confusión generalizada y fue expulsado ante Vélez en la primera fecha. A Mauro Formica también le cuesta romper el molde. Y la vuelta de Rivero debe reportar mayores dividendos.
- Avanza, pero no ataca: La generación ofensiva es un déficit manifiesto. Newell’s no encuentra variantes arriba, no tiene desborde, no rompe por el medio y le cuesta horrores dejar a un jugador en posición de gol. Scocco está muy aislado y el DT entiende que Maxi está sólo para un lapso del cotejo. Sufre la falta de gol.
- No hay un plan B para reacomodar las piezas: ante el bajo nivel de muchas individualidades, más las lesiones, Kudelka intentó que su equipo mantenga en la gran mayoría de los partidos el esquema 4-3-3. Y tal vez era conveniente un retoque estratégico para adaptarse a la realidad del plantel disponible, tomando más recaudos a la hora de encontrar solidez atrás. Se podría decir que Kudelka no alteró jamás su hoja de ruta, aunque el escenario y la realidad se fueron modificando. Por ello tal vez debió adaptarse y armar el equipo en consecuencia con el presente físico de sus jugadores.