“La de Bauza fue una elección correcta”. La contundencia de la declaración corre por cuenta de Horacio Matuszyczk, un hombre de fútbol, nacido y criado futbolísticamente en Argentina, con un paso que no dejó una huella indeleble si se quiere, pero partícipe y viejo conocedor de la época en la que el Patón se desempeñaba como jugador. Hoy es entrenador de Portuguesa, en la lejana Venezuela, donde el seleccionado argentino se presentará por una nueva fecha de las eliminatorias sudamericanas y, sobre todo, donde le puso punto final a su carrera como jugador e inició la de entrenador. La charla con Ovación transitó por varios carriles, entre ellos el buceo bien profundo sobre las características del fútbol venezolano a nivel selección (ver aparte). Pero su nacionalidad (es oriundo de Melincué) hizo que el análisis de algunas cosas que competen al combinado albiceleste también formaran parte de la charla. Y fue en ese terreno en el que el ex jugador de Boca, Racing y Temperley se despachara con una catarata de elogios hacia quien hoy maneja los hilos de la selección.
“En la época de jugador me tocó enfrentarlo y en la última Copa Libertadores nos cruzamos como entrenadores, yo con Trujillanos y él con San Pablo (en la edición 2016 compartieron grupo con River y The Strongest) y lo tengo como un gran personaje del fútbol. Como entrenador logró cosas importantes porque tiene una mentalidad muy ganadora, un manejo de grupo espectacular y sobre todo maneja muy bien la alta presión. Es un técnico que admiro mucho y creo que va a andar muy bien porque tiene experiencia y sabe de qué se trata la selección argentina. A partir de su personalidad puede tranquilizar mucho a los jugadores y hoy a la Argentina lo que le puede hacer falta es algo de tranquilidad”, razona a la distancia Matuszyczk.
—Consumada la renuncia de Martino, ¿la elección de Bauza te pareció una buena decisión?
—Me parece que fue una decisión correcta porque tiene la suficiente experiencia para hacer un buen trabajo. Dirigió equipos a los que se les exige mucho y en todos supo llevar a cabo distintas ideologías futbolísticas. Hizo mucho en Liga de Quito con una idea determinada, hizo lo propio en San Lorenzo jugando de otra manera y ahora realizó cosas importantes también con San Pablo, que le exigía otras cosas y otra manera de jugar. Me parece que tiene la capacidad de adaptarse y que no va a tener inconvenientes para imponerse de acuerdo con lo que necesita la selección argentina.
—¿Esa capacidad de adaptación es lo que hace a un técnico de élite?
—Hay entrenadores que están marcados por una idea, por un estilo y no se mueven de ahí, pero a veces necesitás moverte y el Patón lo hace. La selección argentina no es de esos equipos que vaya a cerrarse en su arco como puede hacerlo otra selección. Podrá hacerlo en una situación determinada, pero la exigencia será otra y creo que Bauza tiene la capacidad necesaria para manejar distintos estilos de juego.
—¿Y a la distancia qué equipo ves en la selección argentina?
—Argentina es un equipo tremendamente competitivo. De repente los argentinos somos muy exagerados en matar a una selección que juega una final de Copa del Mundo y finales de Copa América. Eso lo logra un equipo muy competitivo. Es una selección ganadora, pero no se puede condenar ni al equipo ni a los jugadores por perder finales. A veces se exagera una situación y esa exageración nunca es positiva. Que te renuncie el mejor jugador del mundo por presión, que renuncie el técnico por presión son situaciones exageradas. Estoy seguro de que el Patón es un tipo muy tranquilo, de grandes análisis, el tema es que los jugadores sigan creyendo en lo que son. A todos nos dolió perder finales, pero nadie deja de ser grande por eso.
—¿Cómo se vive un Argentina-Venezuela para un argentino que jugó y dirige hace tantos años en el país caribeño, como es tu caso?
—El fútbol venezolano me dio muchas chances, por eso me radiqué acá. Lo conozco mucho porque trabajo de esto. Más allá de eso, mi visión como entrenador hace que no me identifique como un fanático. Siempre trato de analizar las cosas desde otro punto de vista. Por supuesto que la selección argentina es mi selección y siempre quiero que le vaya bien, pero también quiero que Venezuela crezca porque trabajo y vivo acá. Desde ese aspecto es una situación un poco difícil.