Bratislava, la capital de Eslovaquia, fue la sede de una nueva edición de los Olympic Hope, un certamen internacional que alberga a las “esperanzas olímpicas” del canotaje a nivel mundial y de la que participó Ciro Fernández, de la Asociación Civil de Canotaje La Reserva de Granadero Baigorria, formando parte del equipo argentino. Ciro, que cursa el tercer año en el Colegio Las Heras, fue el único representante de Santa Fe, y tuvo su bautismo de fuego en una competencia de alto nivel en la que en los 200 metros K1 quedó 4º en la ½ final con 42s 660 y en K2, con el paranaense Matías Albornoz, en 500 metros en la semifinal 1 fue 7º con 1m 56s 800/1000.
Olympic Hope es una competencia internacional anual, que nació como una preparación para los Juegos Olímpicos de la Juventud, que este año debían realizarse en Dakar y que por la pandemia se suspendieron.
La Federación Argentina de Canoas, empezó a utilizar esta competencia como fogueo. Es muy distinto ir a un Sudamericano que a un Mundial, donde hay otra realidad, otro marco, otro sistema de competencia.
“Los chicos que participan surgen de los Centros de Tecnificación y Fortalecimiento (CTyF) a nivel regional, que hay cinco en todo el país. En esos CtyF cada entrenador trabaja con los chicos y selecciona a los que están en condiciones de viajar”, destacó la también baigorriense Mabel Borga, entrenadora de élite que estuvo a cargo de la delegación.
Ese viaje lo tuvo que solventar la propia familia del palista ya que no tiene apoyo estatal, “más allá de que siempre se presentan los expedientes para la gestión de los viajes hasta ahora nunca salió”, como argumentó la entrenadora. “En el selectivo de marzo ya se tiene un idea de los posibles aspirantes y ahí se les pide a los padres de los que están perfilados a participar, que empiecen a juntar plata de alguna manera”, prosiguió Borga.
El palista de Granadero Baigorria junto a su familia y amigos logró costearse el viaje, y lo hizo con eventos solidarios (venta de pollos, empanadas y rifas) ya que las instituciones políticas les cerraron las puertas porque “no tenían fondos”. No les fue fácil. Tuvieron que remarla.
El esfuerzo hizo posible el viaje de Ciro, que al hablar de su primera impresión en los Olympic Hope dijo: “Cuando llegamos nos encontramos con una pista increíble y unos pibes que eran enormes comparados con nosotros. Vimos botes que acá no se ven, ellos andan todos en Ferraris. Todo era una cosa de locos, y nosotros estábamos ahí...”
La experiencia del palista de Baigorria no es nueva. Ya en los Juegos Olímpicos que se realizaron en Roma en 1960, los remeros rosarinos que compitieron en esa competencia también advirtieron lo mismo en una carta que le mandaron a sus familiares, diciendo que “nosotros creíamos que teníamos los mejores botes en Rosario y sin embargo acá son de los más pobretones”. Salvando las distancias, la vivencia de Ciro hace pensar que más de medio siglo después ocurre lo mismo. En Argentina la mayoría son botes plásticos, mientras que en Europa son todos de fibra de carbono. Pasó el tiempo y hay cosas que no cambiaron.
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Ciro, el primero de la derecha, junto a sus compañeros del seleccionado nacional.
Para equiparar un poco esa diferencia en tecnología alquilaron unos botes a cien euros por día y tuvieron dos días para adaptarse. ¿Podrían haber alquilado algo más barato? La respuesta es no, porque si hubiesen querido alquilar uno como el que usa acá no podrían, lisa y llanamente porque no existen, no hay: el standart de calidad arranca con un piso más alto. Por eso la experiencia de Ciro fue como la de bajar de un bolita para subirse a un Fórmula 1.
Igualmente, el nivel de competencia fue áspero. Le tocó la serie más difícil compitiendo con chicos un año más grande que él y esa diferencia se notó, pero como el mismo confesó “dimos todo lo que pudimos”.
“Compartí el bote con Martina Catalano, una chica de Río Negro que salió campeona en el K1 1000 Sub 16, pero me acomodé bastante bien. Lo sentí cómodo. Después costó bajarme. Sabía que no era mío y no podía traerlo en la valija, así que lo tuve que dejar”, dijo Ciro entre risas.
Ahora que conoce el paño Ciro sigue entrenando de lunes a sábados pero ya se planteó como objetivo volver a los Olympic Hope para tratar para bajar los tiempos y pelear el podio. “Estoy conforme con lo que pasó este año pero se que puedo dar un poco más para llegar más lejos”, resumió el palista quien ya piensa en su propia revancha.