Central y Newell's, ni tan Gigante ni tan Coloso
Como a muchos otros equipos, a los rosarinos les costó aprovechar la localía, aunque sus problemas parecen más de juego que de falta de apoyo de los hinchas
3 de diciembre 2020 · 05:00hs
Central no tiene prácticamente nada por lo que jugar en esta última fecha de la fase de grupos, Newell’s sí. El canalla ya se aseguró el tercer puesto y la lepra todavía está a tiempo, aunque para ello debe vencer a Lanús por al menos dos goles. ¿Por qué la importancia de terminar en la tercera posición? Porque los equipos que lo logren tendrán la “ventaja” de disputar tres de los cinco partidos de la zona complementación en condición de local. Pero, ¿es una ventaja algo de lo que puedan sacar provecho? No lo parece. A juzgar por los resultados obtenidos en lo que va del torneo, ninguno de los dos equipos logró sacar rédito por jugar en su estadio. En el Gigante, el del Kily jugó tres, de los cuales perdió dos (Banfield y River) y el restante (Godoy Cruz) lo ganó a duras penas. Un poquito peor parece lo del Newell’s de Kudelka (en el Coloso), que todavía no sabe lo que es ganar de local: perdió con Boca e igualó frente a Talleres, jugando más de medio partido con un jugador de más. Todo esto imaginando el escenario de un posible clásico en la etapa que se viene.
Es imposible no emparentar estas performances al juego que mostraron ambos equipos. Es que a partir de las debilidades futbolísticas crece y se desarrolla el resto. Si tanto Central como Newell’s se acostumbran a dejar en manos de los rivales parte del desarrollo y les brindan (a partir de errores propios) posibilidades, no sólo van a tener que luchar contra eso, sino que su suerte dependerá, precisamente, de la suerte como tal.
Central inició una etapa de recambio en el plantel y el equipo está atravesando un proceso de consolidación que, las pruebas están a la vista, se le está tornando demasiado complicado. Allí habría que buscar otro de los grandes argumentos para explicar los resultados endebles. Porque, también es claro, así como le cuesta de local, lo mismo ocurre en condición de visitante. Ahí Newell’s la jugaba distinto, casi que con la chapa de candidato, porque mantuvo la base, que en nombres ya era importante, y sumó a un jugador de la talla de Nacho Scocco. Ni siquiera a eso pudo aferrarse para marcar presencia en el Coloso.
Qué difícil establecer que esto que les ocurre a los equipos rosarinos (a la mayoría le pasa algo similar, por eso en estas cinco fechas se registraron más triunfos visitantes que locales) es por la falta de hinchas, pero al menos del lado canalla el contraste es evidente. Porque la única fecha que se jugó de la Copa de la Superliga fue derrota frente a Colón, cuando se jugó también a puertas cerradas. Es decir que entre ese partido y los tres de este torneo fueron tres derrotas y una sola victoria. ¿Y de ahí para atrás? Los seis anteriores en el Gigante fueron todos triunfos.
Leer más: La bolilla que faltaba
Lo de Newell’s fue más repartido porque con hinchas en las tribunas despidió la Superliga pasada con una derrota (ante Godoy Cruz), pero de ahí hacia atrás los resultados más que mal lo venían acompañando en el Coloso.
Los técnicos podrán hablar de “sensación rara”, de que se extraña “el empuje de los hinchas”, pero los tiempos que corren son estos, por eso lo que debieran mejorar son sus funcionamientos. Suponiendo que se juegue el clásico en esta nueva etapa del torneo, siempre le caerá mejor la noticia a aquel equipo que pueda jugar de local. Por lo que ambos están haciendo en sus estadios, pareciera que esta vez da lo mismo.