El caso de Central es para el diván. Mostró un rendimiento irregular en todo el 2023. Afuera de Arroyito hizo agua casi siempre. En el Gigante mostró una cara seria y un firme andar. Así y todo hizo saltar la banca al coronarse campeón de la Copa de la Liga al dejar de rodillas en los playoffs a dos pesos pesado como Racing y River antes de vencer a Platense en Santiago del Estero. El inicio de la actual campaña generó una tremenda ilusión en la masa canalla. No era para menos. Es el vigente monarca de la máxima división y además jugará la Copa Argentina y Copa Libertadores. Pero con siete fechas en el archivo, de las cuales cinco fueron en rodeo ajeno, el elenco de Miguel Russo ratificó que siembra con buenas intensiones, pero cosecha menos de lo deseado. El marco práctico es concreto: hasta el momento perdió tres encuentros (Talleres, Independiente y Huracán), empató en el estreno contra Atlético Tucumán (el equipo más flojo del torneo) y, como todo tiene su excepción, hizo pata ancha en el Coloso Bielsa para vencer y extender su hegemonía en el historial ante Newell’s. El próximo martes tendrá una nueva cita. Será en Liniers ante Vélez. El gran interrogante en la previa es si podrá coparle el Fortín o pondrá la mejilla nuevamente ante el rival de turno.