Después de un muy buen primer semestre del año está claro que Central no es el equipo de aquel entonces, que entró en un declive que no es pronunciado, pero sí evidente. En el decaimiento del funcionamiento colectivo hay que buscar una de las principales explicaciones al tema, pero también, y aunque sea una consecuencia de ello, la merma en la cuota de gol. Claro, perdió nada menos que a quien fuera su goleador en el torneo pasado, Alejo Veliz, lo que hizo que tuvieran que aparecer otros futbolistas para acomodar un poco las cosas. A Jaminton Campaz e Ignacio Malcorra les caben esos atributos y gracias a ellos el equipo de Miguel Angel Russo logró algunas victorias revitalizadoras, pero a esta altura, transcurridas ya las primeras diez fechas de la Copa de la Liga y con apenas cuatro encuentros por delante, es elocuente que el canalla perdió poder de fuego. Todavía está intentando acostumbrarse a jugar de otra forma, pero sin hallar la eficacia de tiempos no tan lejanos. De esos diez partidos que lleva jugados, en tres por ejemplo no hizo goles.
No hay forma de comprobar que habiéndose quedado Veliz o habiendo traído un centrodelantero con nombre y trayectoria la cosa fuera distinta. De lo que no hay dudas es que a este equipo le cuesta mucho más convertir. La productividad del 43 por ciento (13 puntos sobre 30 posibles) pone las cosas blanco sobre negro.
Y esto que se analiza ahora, después de 10 fechas, no se da porque sí, sino que se explica después de un partido en el que se vio con una claridad meridiana la fuerte exposición a la que son sometidos los delanteros de área a los que les toca jugar.
Es tan clara y notoria la ausencia de Veliz como la sostenida incapacidad del equipo de poder actuar en función de eso que ya no tiene. Y nadie se atrevería a afirmar que lograrlo debiera ser una tarea sencilla, pero sí que las dificultades son pronunciadas.
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Jaminton Campaz anotó tres de los ocho goles que Central marcó en la Copa de la Liga.
Leonardo Vincenti / La Capital
Fue tan claro lo ocurrido en Alta Córdoba frente a Instituto que sirve como un gran ejemplo. Porque fue un partido con un primer tiempo para Tobías Cervera y un segundo para Luca Martínez Dupuy (reemplazó al exAldosivi en el reinicio), sin que ninguno contara con al menos una chance para poner a prueba su puntería o su capacidad goleadora. Hasta aquí, el único delantero de área que pudo convertir un gol en esta Copa de la Liga fue Cervera, frente a Gimnasia. El resto, todos goles de volantes ofensivos y hasta de un defensor.
Para Russo en este sentido seguramente habrá un medio vaso lleno, y no está mal hacer esa lectura, respecto a la aparición de otros jugadores para convertir, pero en medio de un decaimiento general, la cuesta indefectiblemente es más empinada.
Campaz fue a quien mejor le calzó el traje de bombero, con apariciones certeras que sirvieron para sumar puntos importantes. En los tres partidos en los que el colombiano marcó, Central ganó dos de ellos y empató el restante. El primero fue ante Talleres (2-0), después contra Independiente (1-1) y por último frente a Huracán (1-0).
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Ignacio Malcorra puso su sello, de tiro libre, en la victoria de Central sobre Newell's en el clásico.
Virginia Benedetto / La Capital
El segundo lugar en el podio es para Malcorra, que también se las ingenió para convertir en partidos en los que el equipo de Russo logró sumar de a tres. Colaboró en el triunfo ante Talleres, pero, por supuesto, su mayor colaboración fue la que protagonizó contra Newell’s, con ese tiro libre formidable con el que el canalla logró imponerse en el clásico.
Además de sus aportes hubo apenas tres goles más de Central en el torneo. Lo dicho, uno de Cervera en la derrota contra Gimnasia, el de Damián Martínez en cancha de Colón (1-2) y el penal que convirtió Maximiliano Lovera en el empate 1-1 frente a Huracán.
En total son ocho goles en 10 partidos, una cifra bastante por debajo de las expectativas. Podría tratarse de un buen número en un equipo que se defiende de maravillas y al que prácticamente no le convierten, pero no es el caso de este Central. Y vaya paradoja: fueron cinco los partidos en los que no le convirtieron, pero aun así es mayor la cantidad de goles que le hicieron (9) que los que convirtió (8). Por eso hoy la pelea bastante detrás de los equipos que ahora están logrando un lugar entre los cuatro primeros de la zona.
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Tobías Cervera fue el único centrodelantero que marcó para el canalla en el actual torneo.
Celina Muti Lovera / La Capital
Central está a tiro todavía de la clasificación y pese a la deficiencia que se está marcando ha sabido mantenerse entre los clasificados a Copa Sudamericana y aún con chances de aspirar a la Libertadores. Es un mérito que sin dudas hay que reconocerle, pero el escenario podría ser mucho más placentero si hubiese podido suplantar los goles de Veliz con el aporte de los centrodelanteros que hoy tiene. Pero si ellos (Octavio Bianchi, Cervera y Dupuy) no estuvieron a la altura fue porque el equipo jamás les tendió una red que les oficie de contención.
Por lo pronto, Campaz y Malcorra al menos pudieron salir al rescate con sus goles para atenuar ese inconveniente que al canalla se le presentó de golpe y contra el que todavía, a cuatro fechas del final, está lidiando.