El goce que generó en Central la victoria en el clásico fue de dimensiones impensadas, por el impacto emocional, pero el plantel inmediatamente tuvo que bajar a tierra y ponerse a trabajar de cara al próximo compromiso, que será en el plano internacional, ante Fortaleza. En la mañana de este domingo el grupo se reunió en el predio de Arroyo Seco para trabajar con vistas al partido de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Por estos días en Central el tiempo es oro y cada minuto cuenta, de allí la inmediata vuelta al trabajo, para recuperar a lo que vienen de jugar el clásico y en paralelo para exigir a quienes no sumaron minutos.
Y después de los dos partidos por la Liga Profesional, con sendos triunfos ante Gimnasia y Newell’s, Matías Lequi ya puso manos a la obra para ver qué decisiones tomar frente al encuentro del próximo miércoles, en el Gigante de Arroyito, contra Fortaleza de Brasil.
Seguramente habrá algunos días más de evaluación respecto a la condición física de sus jugadores, pero todo va camino a que pondrá lo mejor que tiene en la Sudamericana.
Las secuelas del clásico
Eso mejor que tiene seguramente estará íntimamente relacionado con lo que fue el equipo que jugó el clásico, con la salvedad, por supuesto, de que difícilmente pueda contar con Marco Ruben, quien tuvo que dejar la cancha pasado los 30 minutos del primer tiempo por una molestia en el isquiotibial derecho. De no surgir nada raro en ese puesto quien corre con ventajas para meterse en el once inicial es Enzo Copetti, que fue quien lo reemplazó en el clásico.
EquipoLV.jpg
Los once de Central en el clásico. Muchos de ellos seguro repetirán el miércoles ante Fortaleza.
Leonardo Vincenti / La Capital
Sí podría tener incidencia en el armado del equipo la lectura que haga Lequi junto a su cuerpo técnico respecto a las cualidades futbolísticas de Fortaleza. Es que ello podría llevar al entrenador canalla a realizar alguna modificación más.
Se recuerda que ante Gimnasia puso en cancha un equipo con un esquema, pero para el clásico, quizá por las características del rival, lo modificó, con una variación mínima desde lo nominal: Tomás O’Connor por Lautaro Giaccone.
>>Leer más: Central: Malcorra y Mallo, los del toque distintivo en el clásico
En tiempos de exigencia debido a la doble competencia, la rotación suele ser indispensable, pero está claro que lo que se le viene al Canalla es la Copa Sudamericana, sin dudas el terreno donde el plantel tiene depositadas todas sus fichas. Por eso la sensación, al menos en la previa, de que el técnico hará todo lo posible para que la mayoría de aquellos que vienen de jugar el clásico puedan estar presentes.
Quizá las dudas pasen por la conformación del mediocampo, donde en estos dos primeros partidos ya hubo alguna variación. Giaccone es un nombre del cual se podría pensar que tiene alguna chance de meterse en el equipo, pero también aparece el de Ignacio Malcorra, quien fue justamente el que le dio algo de fútbol en un clásico que volvió a tenerlo como figura.
Central tiene pocos días de trabajo entre un partido y otro, pero los transcurrirá con el ánimo por las nubes después de lo que viene de lograr. Y eso colaborará para que todos quieran estar. Pero será Lequi quien analizará antes de tomar una decisión. No obstante, el miércoles contra Fortaleza debieran estar muchos de los que jugaron el sábado en el Gigante.