Tras el entrenamiento matutino de ayer y antes del almuerzo, Washington Camacho (32 años) ingresó al lobby del hotel Quality de San José con su amigo inseparable de toda la vida: el equipo de mate. El volante uruguayo sólo se aleja de la infusión rioplatense a la hora de meterse a la cancha en los entrenamientos bajo las órdenes del Patón Bauza. Por eso en la charla que compartió en la intimidad del campamento auriazul en Costa Rica no podía faltar el mate como testigo de sus jugosas respuestas. "Soy demasiado especial con el mate y me gusta ser muy prolijo. En la ronda cebo yo. Y ahora los compañeros ya no me piden que traiga yerba desde Uruguay porque la que les gusta está disponible en los supermercados de Rosario", expresó el versátil mediocampista con una sonrisa. Claro que enseguida se inmiscuye en el presente de Central y en su necesidad de recuperar el nivel que supo tenerlo como uno de los jugadores más desequilibrantes cuando arribó al club a mediados de 2016.
¿El desafío en esta pretemporada es volver a ser ese Camacho que marcó la diferencia e incluso hizo goles en varios partidos (anotó diez con la camiseta de Central)?
Obvio. Sería el ideal en lo personal. Pero desde lo colectivo tenemos que ser ese Central que hace unos años venía peleando siempre por cosas importantes y estando en las primeras posiciones de arriba. Lamentablemente eso lo hemos dejado atrás. A nivel grupal hay volver a poner a Central en los primeros puestos.
Respecto al semestre pasado, ¿qué te gustaría revertir?
Creo que revertir casi todo. La realidad es que no fue un buen semestre para mí. Empezó complicado con el tema de la lesión del hombro. Me costó volver a agarrar ritmo en la parte física y ni qué hablar de lo futbolístico. Creo que se fue haciendo cada vez más difícil la continuidad y poder estar dentro del once ideal. Esto a cualquier jugador lo perjudica. Por suerte esa etapa ya pasó y hoy estoy haciendo una pretemporada muy buena, me estoy sintiendo bien. Esto es importante para poder dar lo que aporté en el principio de mi llegada al club.
¿Pensabas que esa lesión accidental en el hombro te podía demorar tanto para volver a tu mejor nivel?
La verdad que no. Cuando pasó pensé que podía volver un poco más rápido, pero la realidad fue otra y me costó bastante. No había quedado muy bien del hombro. A veces uno por apurarse y querer estar adelanta los procesos y eso te termina jugando en contra. El jugador quiere estar lo antes posible y fue una lástima lo que pasó. Esto es un juego de equipo y cuando los rendimientos individuales empiezan a bajar, en lo colectivo el equipo no funciona. Y esto fue lo que nos pasó en el semestre pasado. Las individualidades en este deporte prácticamente no existen, salvo casos muy excepcionales. Y la confianza es vital para tomar las decisiones correctas en la cancha.
¿Hablaste con el Patón? ¿Cuáles son las sensaciones de los primeros contactos con el nuevo DT?
Las sensaciones son muy buenas. El Patón es un hombre experimentado, que tiene los conceptos claros y es muy práctico y sencillo con lo que nos pide. Nos va a venir bien el tema del orden, de estar bien parados y la comunicación dentro de la cancha. Estas semanas que llevamos de trabajo sirvieron muchísimo y por suerte empezamos a hacer un poco más de fútbol, que es la etapa más linda de la preparación. Creo que el equipo va a ir agarrando forma.
Sos un jugador al que le gusta tener libertades para desnivelar por sorpresa. ¿Cómo te adaptás al orden que les pide el Patón?
Sí, es así. Charlamos de esto con el cuerpo técnico. En cuanto al orden hay que estar siempre bien parados para marcar, con las dos líneas de cuatro bien armadas y a la hora de jugar tenemos la libertad de movernos para hacer diagonales. Eso me gusta y me siento cómodo.
Fuiste titular en la goleada 3 a 0 ante Alajuelense y participaste en la jugada de dos goles. ¿Esto te ayuda desde la confianza?
Por supuesto. Es algo que me interesa poder asistir y estar en las jugadas de gol. Cuando llegué al club fue una de las cosas que demostré y últimamente me costó. Así que espero ir ganando confianza. Arrancar con un resultado favorable, más allá de ser un amistoso, es importante. Tenemos que apuntar a ganar y a que el equipo funcione.
El Patón te ubicó de volante por la izquierda. ¿Dónde te sentís más cómodo en la cancha?
Cuando llegó el Patón me dijo que yo estuviera por la izquierda y el Pachi (Carrizo) por la derecha. Por lo menos así arrancamos y eso puede llegar a variar o no. Es una posición que me queda cómoda, siempre he jugado por la izquierda, aunque también lo hice por la derecha y no me es incómodo. Aparte tenemos la libertad de movernos por el sector y no hay inconvenientes.
¿Cómo estás sobrellevando la exigencia física de la pretemporada?
Bien. Por ahora estamos haciendo una pretemporada que la disfrutamos. Es la parte más dura del año y los trabajos están siendo buenos. El cuerpo se va adaptando cada vez más a la exigencia. El equipo en sí está brindando todo para que esto salga bien y de cara al futuro podamos estar mejor.