Central cambió dos veces de bombero con el fin de salir del ahogo futbolístico en el que se encuentra. Y las dos veces fue por uno inexperto. Primero con Leandro Somoza y luego con Carlos Tevez, del cual no se duda todo lo que vivió dentro del fútbol como jugador. Otra cosa muy distinta es ser entrenador. La elección ya fue hecha y no hay vuelta atrás, pero necesita el entrenador ayuda para salir del pozo en el que se encuentra el equipo. Y de manera urgente.
El equipo lleva cuatro derrotas en lo que va del torneo y el Apache cayó en las dos que lleva como DT. Los refuerzos que parecía que iban a venir en multitud quedaron en una mera ilusión. Porque de nombres pesados, hasta ahora poco y nada. Y es entendible si se tiene en cuenta la realidad económica que transita Central y la inexistencia de ventas para que ingresen dólares.
Todo lo que se pensaba no es. La realidad muestra otra cosa. Porque se pensó que, con la llegada de Tevez, se iba a producir el arribo de refuerzos de renombre y que se generaría una revolución futbolística. Pero como dijo Miguel Ángel Russo en reiteradas ocasiones, "esto es por plata". Y si no hay dólares, es difícil de seducir a cualquier jugador para armar lo pensado.
Tevez no le encuentra la vuelta al equipo, pero tampoco cuenta con demasiados elementos como para cambiar el destino futbolístico de un equipo que no luce como tal. Central es un equipo que luce vulnerable, que no mete miedo y al que cualquiera se le anima. De hecho, Aldosivi consiguió su primera victoria en lo que va del torneo después de una sucesión de resultados adversos.
Tevez puede aparecer como el culpable del presente. En parte puede serlo, por asumir un desafío complejo, pero lo cierto es que Central hace rato que se muestra desmejorado y, encima, sin figuras. Que no levanta cabeza, está débil y perdió fuerza. Y lo más preocupante es que parece haberse acostumbrado a los malos resultados. Una situación difícil de solucionar para salir del fondo de la tabla, aunque en el fútbol todo se puede.
Tevez y compañía deben encontrar, de manera urgente, el camino con lo poco que tiene a mano. Porque encima se viene el clásico con Newell's.