El último decreto que firmó el gobernador Omar Perotti con restricciones en la provincia por el coronavirus vence hoy. Por eso se espera que a partir de mañana se profundicen las medidas ya adoptadas. Fuentes cercanas a la Casa Gris adelantaron que se prohibirán las actividades al aire libre en lugares públicos, en especial durante los fines de semana.
“Nos preocupa la aglomeración de gente”, destacó un alto funcionario de Santa Fe, justo ayer cuando los parques y las plazas se vieron colmados de público ante las agradables temperaturas.
Funcionarios del gobierno de Perotti manifestaron que podrían suprimirse las mateadas, juntadas, picnics y todo tipo de reunión con mucha gente que se realice al aire libre.
Ayer, mientras en Santa Fe se barajaban estas posibilidades, en el barrio Tiro Suizo se realizó el tradicional clásico rosarino con gran cantidad de espectadores en los alrededores de la plaza ubicada en Gutiérrez y Corrientes. Tampoco faltaron las hinchadas y las bombas de estruendo. Se calculaba que hubo unas 500 personas.
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Justamente este tipo de reuniones son las que se quieren prohibir para frenar de alguna manera la escalada de contagios.
Por otra parte, voceros del gobierno manifestaron que intentarán preservar lo más posible las actividades económicas y las clases presenciales en las escuelas.
Zona de alarma
El viernes, cuando el presidente de la Nación, Alberto Fernández, dio a conocer nuevas restricciones para todo el territorio nacional, habló de cómo se clasificaron las zonas del país según la cantidad de contagios y la ocupación de camas críticas.
Según esta clasificación, el gobierno nacional colocó a los departamentos Rosario y San Lorenzo, como zonas de “alarma epidemiológica y sanitaria”, es decir las de mayor cantidad de contagios y en peligro de que colapse el sistema de salud.
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Junto con Rosario y San Lorenzo se ubican en la misma clasificación la mayor parte de la provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma y cuatro departamentos de Mendoza.
En estos lugares ya se adelantaron los horarios de cierres de los locales gastronómicos a las 19 (hoy en Rosario pueden estar abiertos hasta las 23). Pero, desde la Casa Gris indicaron que se quiere “mantener el esquema” que funciona hasta la actualidad, dentro de lo posible.
También se suspendieron las clases presenciales, cuestión que no se estaría evaluando en la provincia de Santa Fe; al menos hasta ayer no era un punto de discusión.
Lo que más preocupa a la cúpula del gobierno es la utilización de los espacios públicos y la aglomeración de gente. Es uno de los puntos que los expertos que asesoran a la administración Perotti marcaron como de mayor riesgo.
Pedido de los intendentes
Por otra parte, tanto intendentes como presidentes comunales solicitaron a la ministra de Salud, Sonia Martorano, y a su par de Gestión Pública Santa Fe, Marcos Corach, que se profundicen los controles, y manifestaron la preocupación por la cantidad de gente que se reúne en los espacios públicos, en especial durante los fines de semana.
Ante este reclamo y la nueva clasificación que colocó a Rosario en una zona de altísimo riesgo, en Santa Fe analizaban sumar restricciones a las que se encuentran vigentes y, por otra parte, profundizar los controles en las calles para que realmente se cumplan las limitaciones que describe el último decreto provincial.
En este marco, el gobernador podría dar a conocer hoy las restricciones que empezarían a regir a partir de mañana.
En alerta
El gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud, clasificó a los departamentos Rosario y San Lorenzo como zonas de “alerta epidemiológica”, es decir de las de más alto riesgo.
Las zonas del país, según el riesgo sanitario, se dividen en bajo, medio y alto riesgo. Las que superan estas instancias se considera en alerta. Rosario ya se encontraba en un área de alto riesgo (calculada por el número de casos suscitados en los últimos 14 días, la cantidad de enfermos de coronavirus sobre la población total y la ocupación de camas de terapia intensiva), pero el viernes subió otro escalón. Es que Santa Fe tiene uno de los más altos números de contagios del país, después de Buenos Aires y Caba.