La puesta en escena, que incluyó hasta una vaca pastando fardo junto a la escultura de la plaza Libertad, fue felinesca. Pero para el Sindicato de Camioneros, la crisis en el sector lácteo de la provincia es de tal gravedad que ameritaba la movida. Con el 80 por ciento de los tambos cerrados por el anegamiento de los campos y una merma en la producción del 50 por ciento, están en riesgo más de 700 puestos de trabajo de los choferes encargados de sacar la elaboración y llevarla hasta las usinas lácteas. Como forma de protesta, y en una medida que buscaron también fuera solidaria, repartieron en la esquina de Pasco y Sarmiento más de 6 mil litros de leche, un litro por persona. La convocatoria superó todas las expectativas y mostró la otra cara de la moneda: más de una cuadra de cola desde las 7.30 de la mañana, con familias que acercaron desde el norte y el sur de la ciudad, la mayoría diciendo que "ya no se puede" pagar casi 20 pesos el litro de leche en cualquier almacén o supermercado.
La situación de los productos primarios que no pueden llegar a destino fue detallada descarnadamente días atrás por el titular de la Secretaría de Lechería de la provincia, Pedro Morini. "Cuando la leche no se puede sacar en tres días del campo, hay que tirarla", dijo el funcionario, y detalló que se están perdiendo a diario 14 millones de pesos en leche, la producción bajó un 50 por ciento y anticipó que este año sólo se podrá recuperar un 20 por ciento de la producción.
Choferes. Ese panorama, que mantiene al 80 por ciento de los tambos de la provincia cerrados, es el que pone en riesgo la situación de 700 de los mil choferes empleados de pequeñas empresas de transporte y que son los encargados de llevar la producción de leche a las usinas lácteas. "El problema es que el camión que lleva leche no puede llevar otra cosa", remarcó ayer el secretario general del Sindicato de Camioneros de Santa Fe, Sergio Aladio, quien ayer se volvió a sentar con el ministro de la Producción de la provincia, Luis Contigiani, para solicitar ayuda para el sector (ver aparte).
Lo cierto es que la merma estimada entre los 4 y 5 millones de litros diarios en la producción de leche, representa entre 200 y 300 camiones que a diario no salen a buscarla. "Eso significa que todos esos choferes, incluidos los de relevo, estén en riesgo de perder su fuente de trabajo", indicaron.
Reparto. La protesta ocupó toda la esquina de Sarmiento y Pasco. Allí se instalaron largos tablones y se repartieron las cajas. "Más allá de nuestro reclamo en particular, el objetivo es ser solidarios con el resto de la gente", remarcó el secretario general de gremio, quien admitió que la concurrencia de gente "superó ampliamente las expectativas y muestra una situación es que es preocupante".
Es que mientras que el gremio previó comenzar la entrega a media mañana, la gente empezó a llegar apenas pasadas las 7 y, ya sobre las 10, la cola recorría toda vereda de la plaza sobre Pasco, desde la esquina de Sarmiento hasta Mitre.
Suponiendo que se entregaría leche suelta, muchos incluso se acercaron con bidones, botellas y botellones propios para llevarse el producto, pero se determinó que se entregaría un caja de un litro de leche por persona para que pudieran acceder a la propuesta.
"Que la gente haga esta cola para llevarse un litro de leche, también es un llamado de atención", remarcó el dirigente camionero.
La extensa fila, las horas de espera y la presencia de vicinos de barrios del sur y del norte e incluso de Villa Gobernador Gálvez, develaron la otra cara de la situación: esa leche por la que los tamberos reciben entre 3,5 y 4 pesos por litro, las familias la pagan casi 20 pesos en almacenes y supermercados, cuando hasta hace poco la abonaban 10.
Malaria. "Tengo tres chicas, dos mellizas de tres años y una nena de 12, tengo que comprar leche y pagarla 18 pesos; se me hace muy difícil", dijo Débora, que hasta hace pocos meses era empleada del sector gastronómica, pero quedó desempleada.
"Dejé currículums por todos lados y antes se conseguía algo más o menos rápido, pero ahora está todo muy parado y empezamos a asustarnos", contó casi sobre el final de la fila.
Fueron varias las familias que referenciaron una situación de desempleo reciente y "cada vez más dificultades para pagar las cuentas y hacer las compras", como aseguró Emilse, quien contó su propia situación y la de su hija.
A esa necesidad y a la "malaria" a la que muchos hicieron referencia, se sumó "la escasez en los almacenes y supermercados", dijo Lorena, y agregó que "en los últimos días sólo se están consiguiendo las primeras marcas que son imposibles de pagar".