El presidente Alberto Fernández criticó a quienes plantean "el dilema entre la economía y la salud" para enfrentar al coronavirus por considerar que "es falso" y, al graficar su posición, sostuvo que prefiere "tener un 10 por ciento más de pobres y no 100 mil muertos" por la pandemia en el país.
"De la muerte no se vuelve, pero de la economía se vuelve", insistió en señalar el jefe del Estado en una entrevista difundida realizada en la quinta de Olivos para Net TV.
El primer mandatario dijo que "nunca" titubeó en declarar el aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero admitió que su duda "estuvo con el fin de las clases" y destacó que le prestó "mucha atención a lo que dicen los científicos".
"Prefiero tener 10 por ciento más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina por coronavirus. Los que plantean el dilema entre la economía y la salud, están diciendo algo falso. Sé que tengo que preservar a la pequeña y mediana empresa y a las grandes también", resaltó.
En ese sentido, agregó: "Tengo que preservar a los que puedan producir y exportar. Me hacen falta las divisas. Para comprar respiradores me hacen falta las divisas".
"Todo eso lo sigo atendiendo siempre, no lo desatendí nunca", añadió el presidente para luego subrayar: "Pero no me pidan que haga de cuenta que no pasa nada, porque acá pasa algo muy grave y, por lo tanto, no puedo hacerme el distraído frente a eso".
"Espero hacer todo esto y que crezca la economía, pero sé que se está estancando. Tratamos de evitar que nadie vaya a la quiebra, que a la clase media no se la devore la crisis, que las clases más pobres se sostengan. Estoy previendo todo eso", aseguró el primer mandatario.
En ese marco, Fernández consideró: "Pensar que puedo combatir el coronavirus generando una cuarentena que va a durar un mes y medio, por lo menos, y pensar que eso no tendrá consecuencias económicas, es imposible. Las va a tener".
"La economía se va a hacer trizas para todos, no solo para nosotros", expresó el jefe del Estado, que sostuvo que, "también, es una gran oportunidad de hacer un mundo más justo y legítimo".
Asimismo, el presidente enfatizó: "No podría vivir en paz sabiendo que, pudiendo evitar una muerte, dejé que esa muerte ocurra". Y manifestó que tiene "una sensibilidad especial con los más grandes, porque son los que hoy se muestran más débiles en esta situación".
Paralelamente, aseveró que no se siente solo, al resaltar que está "muy acompañado, no solamente de la gente que colabora" con él sino también de su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y de sus ministros. "La gente tiene una generosidad conmigo, enorme", destacó.
En ese sentido, sostuvo que se siente más acompañado por la gente a partir de la pandemia. "El coronavirus nos enfrentó a todos los argentinos a un dilema sobre qué es lo importante y lo innecesario, dónde está el problema real y el problema creado o ficticio", explicó.
Acerca de su confesión religiosa, se definió como "un católico, no muy practicante", y destacó la figura del Papa Francisco al señalar que "él es un líder moral como hace muchos años el mundo no da".
"Uno de los grandes daños que la Argentina le hizo al Papa es ver quién se apoderaba del Papa, si era kirchnerista, peronista, si era anti kirchnerista, si estaba con el campo, con el gobierno", indicó.
Asimismo, abundó sobre el proceso de compra (que finalmente no se concretó) de azúcar y aceite a valores por encima de los precios máximos fijados por el gobierno por parte del Ministerio de Desarrollo Social que encabeza Daniel Arroyo.
"Arroyo es un hombre de gran honestidad, pero nadie está exento de que haya un pícaro metido, que haga lo que no debe. Lo que sí tengo claro es que hubo una situación abusiva, que los que ofertaron fueron abusadores. No sé si corrompieron a alguien, eso que lo dirima la Justicia, y si alguien se corrompió, que lo resuelva quien corresponda", expresó el presidente.
"¿Cuál fue mi malestar con la situación? Esa suerte de confesión de Arroyo diciendo «tuve que enfrentar un dilema, o le daba de comer a la gente y cedía ante ellos, o me trataba de imponer ante los empresarios y dejaba sin comer a la gente»", concluyó.
Réplica chilena
El gobierno chileno criticó ayer el “triunfalismo” de los gráficos que el viernes pasado mostró Alberto Fernández. Autoridades del país trasandino defendieron el nivel de test en Chile y resaltaron la importancia de tener una “cuarentena progresiva e inteligente” y no una “cuarentena total” como en la Argentina.