Desde 2018, en la Argentina, vienen creciendo los pedidos de vasectomías, una intervención quirúrgica que se practica el varón y que permite evitar embarazos no buscados.
El humorista rosarino Pablo Granados contó en Instagram que se sometió a una vasectomía.
Desde 2018, en la Argentina, vienen creciendo los pedidos de vasectomías, una intervención quirúrgica que se practica el varón y que permite evitar embarazos no buscados.
En los últimos días, el rosarino Pablo Granados compartió un video que se hizo viral donde contó su experiencia con este procedimiento y alentó a los hombres a realizárselo.
Tanto en la salud pública como en el ámbito privado cada vez son más quienes optan por este camino que permite que la responsabilidad de la planificación familiar no quede solo en mano de las mujeres.
En el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar), por ejemplo, las operaciones no se detuvieron ni siquiera en pandemia, y aunque la práctica se realiza en forma rápida y hay un equipo de especialistas destinados a este fin, sigue habiendo lista de espera.
Sin embargo, una de las dudas más frecuentes cuando se está por tomar esta decisión es si es posible revertirla, en el caso de que el hombre se arrepienta.
En el país, en la salud pública, no se cuenta con esta alternativa por el momento, pero la realidad es que técnicamente puede resolverse y ya empiezan a aparecer los primeros pedidos, al menos en el sector privado.
Malen Pijoan, doctora en medicina (UNR), especialista en andrología, especialista jerarquizada y consultora nacional en urología y directora del Instituto Metropolitano de Urología, explicó que es posible recanalizar los conductos deferentes (que son los que se afectan durante la vasectomía para evitar que los espermatozoides lleguen al esperma), pero que la reversión depende de muchos factores.
“La vasectomía consisten en cortar y fusionar los tubos que llevan el esperma de los testículos a la uretra. Se realiza para prevenir el embarazo. Si en una pareja, por ejemplo, ambos consideran no tener hijos o no tener más hijos, una vasectomía es el método anticonceptivo más sencillo”, detalló.
Si bien la tendencia muestra que se incrementa año a año el número de varones que quieren someterse libremente a este procedimiento, empiezan a aparecer algunos casos aislados en los que quieren volver a la situación anterior. ¿El principal motivo? El hecho de tener una nueva pareja con la que se desea tener un hijo, aunque las motivaciones pueden ser otras y siempre muy personales.
“En el último tiempo empezaron a presentarse algunos pacientes que piden la reversión. Son pocos pero existen”, detalla la médica.
Según investigaciones internacionales, anualmente entre el 3 y el 6 por ciento de un total de 300.000 pacientes de vasectomía quieren revertir el procedimiento.
“Por lo general son reversibles. En un análisis de 2021 publicado en la revista SN Comprehensive Clinical Medicine, los investigadores analizaron 25 estudios sobre vasovasostomías entre algo más de 8300 pacientes. Los autores descubrieron que entre los 2933 hombres que se habían sometido a una reversión alrededor del 91 por ciento recuperaron su fertilidad”.
Uno de los factores que influye en la posibilidad o no de dar marcha atrás es el tiempo transcurrido desde la práctica, y la experiencia del cirujano uro-andrólogo en la técnica de reversión, que además precisa aparatología especial.
“Vale aclarar que toda vasectomía se realiza con ánimo de ser permanente y definitiva, más allá de que en muchos casos puede ser reversible”, dice la especialista.
Malen Pijoan menciona que a menor tiempo transcurrido “más posibilidades de recuperar la fertilidad” y agrega: “Por debajo de los 5 años, es posible que el paciente recupere la fertilidad en un mayor porcentaje mientras que si el tiempo transcurrido supera los 15 años, el porcentaje de éxito es más bajo”.
En la mayoría de los casos el fracaso de la técnica de reversión se da “por la obstrucción del epidídimo (que es la estructura contigua al conducto deferente) que se ha producido después del tiempo transcurrido desde la vasectomía”.
La reversión, al igual que la vasectomía, es una práctica ambulatoria y con internación de medio día pero “es una técnica compleja”, aclara la uróloga.
“La experiencia y formación en esto es clave. Mediante microcirugía, y con el paciente bajo una sedación anestésica, localizamos los conductos deferentes que se cortaron en la vasectomía y volvemos a unirlos (lo que se denomina vaso-vasostomía). Y esto se hace con instrumental muy específico”.
La intervención requiere de varios pasos. “Primero se hace una incisión en la piel escrotal para llegar a la zona donde se realizó la vasectomía. Se obtienen los dos extremos del conducto deferente obturados y se realizan cortes en estos extremos hasta asegurar la permeabilidad. El segmento que viene del testículo es en el que tenemos que comprobar con seguridad que obtenemos fluido seminal (espermático) y que analizaremos en el microscopio para apreciar su calidad. Si la calidad es buena, es decir, si hay espermatozoides, se procede a inyectar suero salino en el otro segmento (abdominal) para asegurarnos nuevamente la permeabilidad”, especifica.
Por otra parte, la médica señala que es recomendable congelar esperma en forma simultánea a la vaso-vasostomía. “Esto se charla en forma previa con el paciente”. Si la decisión es congelar, eso puede ayudar a la recuperación de la fertilidad incluso cuando la reversión no resulte exitosa, y lograr un embarazo a futuro con métodos de fertilidad asistida.
En resumen, dijo la uróloga, los factores pronósticos de una reversión de vasectomía, es decir, lo que incide en el resultado de la intervención está dado por: el tiempo de obstrucción y calidad del líquido que fluye de la boca testicular del deferente; la experiencia del cirujano en la técnica y el nivel de obstrucción (lugar del deferente en el que se practicó la vasectomía)”.
Por Lucas Ameriso
Por Javier Felcaro