Pese a la importancia que el tema tiene para Rosario y varias ciudades costeras, no solo de la provincia de Santa fe, sino también de Buenos Aires, finalmente la Ley de Humedales perdió estado parlamentario en el Congreso de la nación por no haber sido tratada.
La finalización de las sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados en noviembre pasado había dado una señal inequívoca de que la ley no iba a ser tratada en tres comisiones y mucho menos que logre media sanción. Sin embargo, el decreto presidencial que extendió el período de sesiones hasta el 31 de diciembre le dio aire a la posibilidad de que el texto consensuado entre 15 iniciativas de diferentes legisladores y bloques políticos, que ya tiene dictamen favorable para la comisión de Recursos Naturales, sea debatido.
De hecho, así lo planteó el legislador rosarino por Santa Fe Enrique Estévez ni bien se dio a conocer la prórroga presidencial y así lo señalaron las organizaciones ambientalistas que impulsan la ley y exigen a los diputados que "asuman sus compromisos".
Pese a todo esto, se cumplió el plazo y la ley de humedales perdió estado parlamentario, es decir que durante dos años no se trató y caducó el proyecto.
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El peso de casi tres décadas de debates truncos en el Congreso (incluidas dos medias sanciones del Senado), la insistencia de las organizaciones ambientalistas de todo el país y en Rosario nucleadas en la Multisectorial Por los Humedales y las feroces quemas del 2020 y 2021 que provocaron la pérdida de más 300 mil hectáreas en esos territorios hicieron que se apilaran en la Cámara de Diputados más de una decena de proyectos de ley para proteger esos territorios.
Sin embargo, y una vez cumplido el plazo, la ley no obtuvo dictamen en las comisiones y por ende no fue tratado en el recinto del congreso, con lo que perdió estado parlamentario. En rigor lo había perdido a fines de diciembre cuando terminaron las sesiones ordinarias del Congreso.
Ahora caída esa chance, las organizaciones ambientalistas y los pocos legisladores nacionales que impulsan estos proyectos tienen en mente un plan b: pedirle un nuevo decreto al Ejecutivo Nacional que incluya en la agenda del período de sesiones extraordinarias de 2022 ese debate o bien durante el presente año volver a presentar el proyecto para que pueda ser tratado en algún momento en el período de sesiones ordinarias.
Los consensos previos
Ante semejante escenario de quemas en las islas, el primer trabajo que encararon en su momento fue el de avanzar en los consensos, para de ese modo lograr un texto unificado en el marco de la comisión de Recursos Naturales de la que participaron expertos y representantes de organizaciones de todo el país y obtener el dictamen favorable de esa iniciativa que quedó pendiente para ser tratada en tres comisiones más: Agricultura y ganadería; Intereses marítimos, fluviales, pesqueros y portuarios; y Presupuesto y Hacienda.
Sin embargo, tras meses con el debate estancado y la finalización del período de sesiones ordinarias previsto para el 30 de noviembre, las posibilidades de que el proyecto no pierda estado parlamentario eran casi nulas. La extensión del trabajo legislativo hasta el 31 de diciembre reabrió esa posibilidad.
"Ahora el tiempo es suficiente si hay voluntad de que tengamos una ley de humedales", consideró en esa oportunidad el diputado Estévez a poco de conocerse el decreto presidencial, aunque reconoció que las expectativas de que el debate avance son "extremadamente prudentes". De hecho, más de un mes después eso fue lo que sucedió y la ley de humedales perdió estado parlamentario porque nunca se trató.
Los ambientalistas, nucleados en el sur santafesino en la Multisectorial por los Humedales, esos mismos que en agosto del año pasado pusieron en marcha una travesía en kayak desde Rosario hasta el Congreso de la Nación para exigir la reapertura del debate, estuvieron varias semanas levantando la voz y alertando de que el tiempo se acababa.