El intendente Pablo Javkinabre este jueves el período de sesiones ordinarias en el Concejo Municipal y recordó que marzo será un mes que jamás se olvidará, ya que a poco de iniciar su gestión tuvo que enfrentarse a la pandemia de coronavirus y modificar los planes de gestión. "Llegamos para acercarnos y tuvimos que hacer lo contrario: distanciarnos", lamentó el jefe comunal, quien al iniciar su discurso de apertura ante los ediles presentes remarcó que "es tiempo de volver a empezar".
Previo al inicio, la presidenta del Concejo, María Eugeni Schmuck, solicitó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento del militante de H.I.J.O.S. Rosario y miembro fundador de la cooperativa La Masa y el semanario El Eslabón, Juan Emilio Basso Feresín. "Una muerte imperdonable", lamentó Schmuck antes de cederle la palabra a Javkin.
La sesión tiene la particularidad de contar con la presencia de los familiares de Carlos "Bocacha" Orellano y Sebastián "Oso" Cejas, quienes perdieron la vida en diferentes hechos. El primero falleció en el marco de un caso de violencia institucional, que se investiga, mientras que el segundo perdió la vida en un asalto.
"Quiero agradecer especialmente que hoy nos acompañen la familia de Bocacha Orellano y la familia del Oso Cejas. Gracias por enseñarnos el valor de pelear día a día por resignificar el dolor y buscar la paz en la ciudad", destacó.
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El intendente Pablo Javkin repasa el año de gestión y anticipa temas ante el Concejo.
Foto: Sebastián Suarez Meccia / La Capital
Acercarse y distanciarse
"Llegamos para acercarnos, y un fatídico día de marzo que jamás olvidaremos, lo que tuvimos que hacer fue lo contrario: distanciarnos. De un día para otro, la humanidad tuvo que cambiar toda la manera de vivir. De un día para otro, incorporamos palabras que con suerte habíamos leído en algún libro de historia, o en alguna novela distópica".
En tal sentido, destacó que siempre sintió que "la principal misión que me dieron los vecinos y vecinas de esta ciudad es la de recuperar la cercanía, lograr que ese Estado, que a veces parece inaccesible a propósito, se ponga de su lado, a su lado".
"De un día para otro tuvimos miedo de vernos, de tocarnos, de darnos un abrazo, de enfermarnos. Aquellas fueron horas de tomar decisiones. Era imperativo mantener firme el timón; cada segundo que pasaba era darle más chance a un virus del que, para colmo, nadie sabía prácticamente nada", expuso.
En eso repasó que "hubo que hacer y con urgencia. Así fue que reorganizamos un gobierno entero para ponerlo al servicio de la pandemia. Todo lo que no era esencial quedó para otro momento. La prioridad más absoluta era intentar achicar los daños que, sabíamos, llegarían de una manera inexorable".
"Hubo días aciagos. Una cama de terapia intensiva, una bolsa de plasma, un respirador, esos eran los pedidos que recibíamos", recordó.
También apuntó que "fueron horas de tomar decisiones" para "mantener firme el timón", puesto que "la prioridad más absoluta era intentar achicar los daños que llegarían de una manera inexorable".